Jungkook se quedó a dormir en casa de Hoseok, tenían que ponerse al día con todo lo que habían pasado en estos casi dos años.
— Extrañaba mucho estar aquí, aunque New York es muy lindo, pero no me sentía cómodo estando ahí.— Debió ser muy duro para ti… — lo miró. — Me hubiera gustado estar ahí contigo.
— Ahora que estoy aquí, viéndote, no puedo mentirte. — suspiró. — Fue una tortura estar todo este tiempo en New York, no hubo día que no quisiera volver aquí, pero tenía que soportar hasta que tuviera todo lo necesario para volver.
— ¿Por qué no me dijiste nada? Yo pude haberte ayudado.
— Es que no te he dicho toda la verdad. — dijo apenado.
— ¿De que hablas?
— Te mentí, yo te había dicho que hace poco rompí con Seokjin y que todo este tiempo en New York estuve con el, pero eso no era verdad.
— ¿¡Qué!? Entonces ¿dónde estuviste? — dijo confundido. — Jungkook, ¿qué fue lo que pasó?
— Es una larga historia.
— Confía en mi. — agarró su mano.
Jungkook lo miró y sonrió asintiendo, le contó todo lo que había vivido en New York con un nudo en la garganta y derramando lágrimas.
Hoseok lo abrazó fuerte limpiando sus lágrimas.
— ¿Por qué no me lo dijiste? Si me hubieras dicho yo habría hecho lo que fuera para ayudarte. — acarició su espalda. — Fuiste muy valiente y fuerte de soportarlo todo tu solo, estoy muy orgulloso de ti.
— Gracias, te juro que a veces sentía que ya no podía más. Me quería morir. — dijo entre sollozos.
— Lo hiciste muy bien, siempre lo has hecho bien.
Jungkook se aferró más a Hoseok.
Hoseok se sentía mal por todo lo que había vivido Jungkook en New York, ahora entendía más el porqué no se comunico con él por varios días y la razón de que evitara hablar de Seokjin.
— ¿Cómo te ha ido a ti? — se alejó un poco del abrazo. — ¿Cómo está ese corazón roto?
Hoseok se tensó y bajó la mirada.
— Está bien.
— ¿Por qué será que no te creo? Hobi, te conozco muy bien, y a mi esos ojos no me engañan. — lo miró.
— Me he mantenido ocupado, así que no he tenido tiempo para pensar en eso, pero en las noches no puedo evitar llorar hasta quedarme dormido. — sonrió resignado. — Me lo merezco, yo me puse en esta situación.
— Te equivocaste, pero incluso para ti fue mucho más duro tomar esa decisión.
— Debí hacer las cosas diferente, pero fui muy cobarde. — dijo con un nudo en la garganta.
— Le hubieras dicho lo que pasaba, estoy seguro que lo hubiera entendido todo.
Hoseok bajó la mirada.
Jungkook lo observó y lo abrazó fuerte.
— Yoongi se va a enojar de que no le dijimos que regresabas hoy.
— Lo sé, pero ya mañana le daré la sorpresa. — susurró.
Ambos habían pasado por cosas complicadas durante esos casi dos años.
Jimin estaba en la sala de su departamento, llevaba dos meses viviendo ahí.
Namjoon salió de su cuarto sin camisa y bostezó.
Jimin lo miró.
— ¿Puedes ponerte una playera? — dijo con tono serio.
— ¿Por qué? Estoy en mi casa, creo que soy libre de hacer lo que yo quiera.
— Es nuestra casa, recuerda que yo también aporté en la compra de este lugar. — lo miró molesto. — Así que evita hacer ese tipo de cosas, al menos cuando yo esté presente.
Namjoon puso los ojos en blanco y se fue a su cuarto.
Jimin lo observó irse y suspiró.
Los padres de Jimin le habían pedido desocupar la casa porque la venderían, ni siquiera pidieron su opinión, simplemente le avisaron que debía irse lo antes posible, incluso ya habían acordado que se iría a vivir con Namjoon, y a regañadientes aceptó aquella decisión.
Aceptó vivir con una persona que seguía lastimándolo, no porque quisiera conquistarlo o iniciar un romance, lo hizo porque sus padres no le dieron tiempo ni siquiera de pelear por aquel lugar en el que creció, pues cuando le dijeron que venderían la casa era porque ya tenían al comprador.
La convivencia con Namjoon era mala, a veces simplemente se toleraban y otras veces era insoportable vivir en la misma casa.
Taehyung caminaba por las calles de New York, se podía notar los rastros de lluvia en el pavimento, el ambiente estaba bastante frío, la gente caminaba y se oía el ruido de los autos, podía ver el reflejo de las estrellas en los charcos.
Le encantaban las noches de New York, amaba salir tarde de la universidad y poder disfrutar de la noche de la ciudad.
Taehyung pasó a su cafetería favorita, compró unos pasteles y café para cenar junto a Seokjin.
Al llegar puso todo en la cocina y vio a Seokjin acostado en el sofá abrazando a Soobin, sonrió al ver lo calmados que se veían juntos.
Entro a su cuarto, dejó sus cosas en su escritorio y se acostó mirando al techo, no importaba lo que hiciera para dejar de sentir ese dolor que lo consumía, los recuerdos lo atormentaban todo el tiempo, pero cuando llegó a New York se prometió que lo olvidaría, que nunca volvería a hablar de él.
Aunque quisieran negarlo, para ellos siempre existiría la duda de que hubiera pasado si las cosas fueran diferente, ¿serían felices o de todos modos habrían terminado? Esa duda era algo que siempre les dolería.