Hoseok estaba en la barra terminando su tarea, la cafetería estaba vacía y Yoongi había salido junto con Jungkook.
Alguien entró y el ruido de la puerta lo alertó, terminó lo que faltaba de su tarea y guardó sus cosas.
El desconocido se puso enfrente del mostrador esperando a ser atendido.
— Buenas tardes, ¿qué te gustaría pedir? — lo miró con sorpresa.
— Hola. — sonrió un poco.
— ¿Qué haces aquí?
— Vine a tomar un café.
— A ti no te gusta el café, así que dudo mucho que estés aquí por eso.
— Bien, me atrapaste. — sonrió y levantó sus manos rindiéndose. — Quiero hablar contigo.
— Namjoon, no tenemos nada de que hablar, además no quiero problemas con Jimin.
— Me cuesta creer que después de todo hayan terminado siendo amigos. — sonrió con ironía.
— Ya ves, son cosas que pasan. — encogió los hombros.
— Hoseok, de verdad necesito hablar contigo. — lo miró directamente a los ojos.
Hoseok suspiró.
— Ven cuando sea mi hora de salida.
Namjoon sonrió y asintió.
— Gracias. — salió del lugar.
Hoseok lo vio irse.
Yoongi y Jungkook llegaron después de un rato.
Hoseok los observó, había notado el cambio de actitud de Yoongi hacia Jungkook, no es que antes fuera malo o grosero, simplemente que ahora era muchísimo más atento y coqueto con el, ya no disimulaba.
— Se me antojo una malteada de fresa, ¿quieren una?
Yoongi y Hoseok asintieron.
Jungkook sonrió.
— Voy a prepararlas. — se fue a la cocina.
— Yo te ayudo. — iba directo a la cocina, pero Hoseok lo detuvo.
— Gruñón, tu te quedas aquí. Tenemos que hablar. — dijo serio.
— ¿Sobre qué?
— ¿Qué intenciones tienes con Jungkook? — dijo mirándolo con los ojos entrecerrados.
— ¿De qué hablas?
— Tu sabes de que hablo. — se acercó más a él. — Desde que volvió de New York y supiste que está soltero andas más amable y coqueto de lo normal.
Yoongi lo miró y sonrió altivo.
— Si, lo estoy porque me gusta desde que lo conocí, pero con el tiempo me ha gustado cada vez más.
— Yoongi. — se quejó. — Acaba de salir de una relación complicada.
— Lo sé, créeme que no voy a presionarlo, pero no voy a esconder lo que siento a menos que me lo pida el.
Hoseok miró a Yoongi.
— Eres mi amigo, pero Jungkook es mi mejor amigo y mi familia, así que más te vale no hacerlo sentir mal o incómodo porque voy a patear ese redondo trasero que tienes. — acercó su puño a la cara del más pálido.
Yoongi se rió y asintió.
— Ahora si, ve a ayudarle.
Yoongi rodó los ojos y fue a la cocina con Jungkook.