CAPITULO XI

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TAEHYUNG

De todos era sabido que Kim Taehyung tenia mucha paciencia, también que cuando se enfadaba no montaba grandes espectáculos, simplemente callaba y se mantenía en silencio por un tiempo, o eso era al menos hasta ahora...

Se había negado a coger ninguna de las muchas llamadas que le había hecho Soo a lo largo de toda la mañana, pero todo cambio cuando comprobó que Jungkook estaba lo suficientemente bien para marcharse después de comer.

Porque en lo primero que pensó Taehyung fue en coger el coche y presentarse en el apartamento de Taesun y reventarle la nariz a puñetazos y no solo por lo que le había hecho a Jungkook que no tenia ninguna justificación, si no por que sentía que de alguna manera había traicionado su amistad, faltandole el respecto a alguien que había ido con él.

Pensamiento que estuvo masticando durante un tiempo, deseoso de reventarle a golpes, con la rabia aun suspendida en todos los poros de su piel, después de la noche que había pasado con un miedo que no iba a reconocerle a nadie por si le sucedía algo a Jungkook, en cierta manera por su culpa.

Rabia que había aumentado al verle tan desvalido vomitando en el baño, algo que nunca debió de suceder, por que si bien Taehyung tenia muchas reservas hacia el joven, era su problema, no el de nadie mas.

Que Soo le invitara a esa fiesta para disfrutar de verle fuera de lugar, le hizo darse cuenta de lo tonto que había sido aceptando su juego e insistiendo en llevárselo, cuando desde el primer momento se debería de haber dado cuenta de que era innecesario y tampoco es que tuviera mucho sentido.

Mirando el jardín trasero desde uno de los ventanales del despacho esa tarde, en la que debería de estar descansando pues tenia turno de noche toda la semana, no podía dejar de pensar en lo solo que se sentía, abandonado por su padre, traicionado por sus amigos, viviendo con un desconocido al que no sabia como tratar.

Por un instante estuvo tentado de ir hasta el escritorio para buscar el sobre que Seokjin le había dado en la lectura del testamento y leer lo que su padre le había escrito, en un triste intento por quizás buscar algo de sentido a todo lo que le estaba pasando.

El miedo a que solo encontrara excusas que le hiciesen enfadar mas, le hizo dejarlo donde estaba, pues no necesitaba mas rabia de momento.

Y quizás fuese el destino o quizás que los dioses le estaban concediendo una mínima tregua, que hizo que la semana siguiente pasara tranquila y sin ningún tipo de conflictos.

Aunque quizás la realidad es que, era muy difícil que tuviera algún problema, cuando seguía sin querer hablar con Soo, a pesar de que también había recibido alguna llamada de su madre, tampoco sabia nada del resto de sus amigos, ni siquiera entraba en el chat grupal que tenia con ellos, pues lo había silenciado ese mismo domingo antes de ir a trabajar.

Y ademas al estar de noche en el hospital, pasaba la mitad del dia durmiendo, recuperando las horas de la noche.

Casi ni se había cruzado con Jungkook, lo cual por una parte no estaba tan mal, pero por otra... por otra era algo extraño pues la semana anterior Taehyung juraría que Jungkook llegaba antes de la universidad, cuando llego el viernes solo deseaba estar durmiendo todo el fin de semana y que nadie le molestara... evidentemente no tuvo tanta suerte.

Pues cuando llego a casa el sábado por la mañana después de haber tenido que rellenar los partes de las urgencias que habían tenido esa noche, sentado en una de las sillas de la cocina desayunando un buen plato de arroz con Kimchi, huevo y tocino, acompañado de un vaso de batido de fresas y plátano recién hecho que le había preparado Sun, pues pensaba irse a la cama en cuanto terminara de comer todo lo que le había preparado y no levantarse en todo el día. El timbre de la puerta sonó haciendo que Sun frunciera el ceño.

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