CAPITULO IV

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Jungkook



Cuando Jungkook salio de la casa familiar de los Kim después de la inesperada lectura del testamento de Taeyang se sentía mas asustado y confundido de lo que estaba cuando llego.

A pesar de la explicación que le había dado Taeyang en esa carta póstuma, aun seguía preguntándose cual era el fin de nombrarle coheredero de la herencia que debería de haber sido toda de su hijo, Jungkook no necesitaba esa demostración tan ostentosa y fuera de lugar para demostrarle lo mucho que le había querido hasta el día en que murió, ya se lo había demostrado desde el primer día que llego a su vida, para nada era necesario lo que había hecho y entendía que con esa decisión Jungkook sin tener ningún tipo de culpa seguramente se iba a crear mas de un enemigo que él no deseaba, empezando por Kim Taehyung, al pensar en él sintió un escalofrío que le recorrió la columna vertebral, pues al recordárle aun podía sentir esa mirada penetrante atravesarle sin ningún miramiento, con esa mirada no había sido necesario ninguna palabra, pues le había quedado claro que no era ni querido, ni bien recibido allí y lo que era peor posiblemente nunca lo fuese, por mucho que Taeyang le repitiese en esa carta que solo era cuestión de tiempo, Jungkook no creía que hubiera suficiente tiempo en el mundo para que Kim Taehyung dejara de mirarle con odio.

Y es que en el fondo casi que le entendía, como se podía reaccionar cuando de buenas a primeras aparecía en tu casa alguien desconocido, alguien que tu padre jamas a querido presentarte, alguien del que no sabes nada, y sin mas se convierte en parte de una herencia que solo debería de corresponderte a ti? Desde luego que no ibas a recibirle con música y globos.

Lo peor de todo es que encima ni siquiera tenia la opción de rechazar esa herencia, si como Jin les había dicho que ninguno podía negarse o lo perderían todo, la sola idea de que todo el legado de Taeyang por el que tanto había luchado pasase a manos de gente que no era de la familia a Jungkook le hacia doler el alma.

Lo que le llevaba a la situación en la que se encontraba ahora mientras aparcaba en el exterior de la pequeña casa que desde hacia años compartía con su madre, cuando salio del coche y lo cerro con el mando miro por encima del pequeño muro y recordó el primer día que fueron a verla, Jungkook era solo un niño y a Taeyan le pareció excesivamente pequeña, en cambio a su madre le encanto, era perfecta para los dos, con un mini patio para que el pudiera jugar sin miedo a que le pudiera pasar algo en la calle y desde donde su madre podía vigilarle sin necesidad de salir a la calle, con solo dos baños tres habitaciones un salón comedor y una pequeña cocina para su madre era mas que perfecta.

Jungkook aun podía recordar la cara de Taeyang intentando convencerla para seguir visitando alguna mas y como su madre se mantuvo firme en su decisión.

Jeon Young Mi acertó en su decisión, pues en esa casa fueron inmensamente felices.

Jungkook abrió la puerta de la cancela y entro en el patio lleno de macetas que él aun intentaba mantener en honor a su madre y su gusto por la jardinería y con paso cansado y la cabeza baja subió el par de escalones hasta la puerta principal y sacando las llaves de uno de los bolsillos del abrigo la abrió encendiendo las luces con la otra mano.

Mientras cerraba la puerta con la mano que llevaba la llaves fue quitándose los zapatos ayudándose con los pies mientras alzaba la cabeza.

El recibidor era cuadrado y pequeño, con un perchero en una de las paredes para colgar allí los abrigos y cazadoras, cuando se descalzo subió el mini escalón que llevaba hasta el salón comedor con la cocina separada por una simple barra y suspiro.

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