CAPITULO XXXIV

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JUNGKOOK


La primera vez que el mundo de Jungkook se tambaleo fue cuando supo de la enfermedad de su madre, el miedo que sintió no iba a poder compararse jamas con ningún miedo que sintiera en toda su vida, el vació, el dolor que sintió cuando ella murió tampoco, con la perdida de Taeyang años después sus sentimientos pudieron llegar a parecerse bastante.

Después de esos dos desastres, Jungkook estaba seguro de que nada podía volver a hacerle sentir nada parecido, meses después estaba convencido, la vida le había cambiado tanto que a veces cuando estaba solo se pellizcaba a si mismo para asegurarse de que no estaba en medio de un dulce sueño.

Pero no, los pellizcos dolían dejándole claro que lo que estaba viviendo era real, aun así no podía evitar sentirse flotando en una esponjosa nube sobrevolando un hermoso cielo, pues así es como le hacia sentir Kim Taehyung, si siempre sintió que estaba enamorado de él, ahora lo sentía triplicado por dos y aunque a ratos se sentía algo tonto por estar tan, pero tan azotado por él, cuando se perdía en la nada mientras le miraba, olvidando donde estaba o de que estaban hablando, por lo general no creía que podía ser mas feliz en toda su vida, que Taehyung le correspondiera, era definitivamente lo mas grandioso del mundo.

Aun con todo eso, que Hana se enfermara de esa manera hizo tambalear su perfecto y maravilloso mundo, pues hasta el momento en que la vio con esa carita pálida y con esa tos tan fea, no había sido consciente de lo mucho que la quería, de lo mucho que significaba para él esa pequeña que le seguía a todas partes cuando estaba con ella, la preocupación le hizo regresar el domingo y pasar con ella todo el día atendiéndola personalmente, pues como una buena niña consentida, la medicación se la tomaba mejor si era Jungkook el que se la daba, por supuesto solo acepto comer si el mismo le daba de comer como si de una bebe se tratara.

Por suerte Taehyung les observaba con una tierna sonrisa y sus preciosos ojos rasgados llenos de un amor que hacían sonrojar a Jungkook, pues a pesar de los pellizcos y de saber que todo lo que le estaba pasando era real, aun le costaba creerlo cuando Taehyung le miraba con tanta ternura.

Ese domingo mientras Jungkook cuidaba o malcriaba a la pequeña enferma, Taehyung lo aprovecho para preparar con la directora del centro la próxima salida el sábado siguiente al parque de atracciones de Lotte World, pues en las fechas en las que ya estaban a días de Navidad, el lugar iba a estar abarrotado de gente, ese martes iban a tener una reunión con el consejo y Taehyung estaba seguro de que no les iba a parecer muy bien esa excursión, aunque Jungkook estaba seguro de que el joven Kim sabría como convencerles, pues no conocía a nadie con mayor poder de convicción

Y desde luego no se equivoco, por que no solo convenció al consejo, si no que sin saber como también había liado a Hoseok para que les echara una mano con los niños, ya que el mayor inconveniente era tenerlos a todos controlados para no perder a ninguno.

Durante esa semana Jungkook fue a ver a Hana al terminar los ensayos comprobando que lo que le había dicho Taehyung iba cumpliéndose poco a poco, pues a medida que pasaban los días la medicación fue haciendo su efecto.

En su ranking de recuerdos ese dia en el parque de atracciones sin duda se colocaría entre los mas altos, pues no solo disfruto como otro niño mas, si no que su corazón se ensancho ante las miradas de fascinación de los niños, Hana por ser la mas pequeña fue bastante tiempo sobre los hombros de Jungkook o de Taehyung pues tanta gente a su alrededor no le daba demasiada seguridad, Jun casi lloro de emoción cuando vio los globos y su hermano gemelo tuvo que ir cogido de su mano casi todo el tiempo por temor a perderle ante tanta fascinación.

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