Nuestra hermanita (Teenage Mutant Ninja Turtles)

Involucrados en la venganza

Ahora en las calles de la ciudad de Nueva York, Sara y Casey estaban conduciendo a toda velocidad en la bicicleta de este último, ¿Y por qué?, Bueno, los robopie habían secuestrado a los bravucones de Sara, y ellos estaban haciendo todo lo posible por salvarlos.

–¡¿Para que quieren a esos tres?! –se cuestiono Casey mientras seguía pedaleando con todo lo que tenía.

–¡No lo sé!, ¡Pero no tengo ganas de averiguarlo! –le respondió Sara.

–Creo que no tienes de otra en todo caso –dijo una voz detrás de ellos.

Sara y Casey miraron de reojo hacia atrás, viendo hacia que alguien los atacó sin que ninguno pudiera reaccionar a tiempo. Esto provocó que ambos salieran volando de la bicicleta, pero Casey consigue reaccionar lo suficientemente rápido para tomar a la menor en el aire y cubrirla con su propio cuerpo, recibiendo todo el daño de la caída.

Una vez que Casey termino de rodar por el pavimento soltó a Sara en los últimos momentos, dejando ver a la menor completamente ilesa del conflicto.

Casey con algo de dolor se trata de levantar, pero el ser, o mejor dicho, mutante que los atacó llegó hacia ellos y se puso encima de Casey impidiendo que se levanté.

–Tal parece que tenemos a un par de fisgones metiéndose en dónde no les llaman –comento el mutante con forma de un pez cabeza de serpiente.

Sara se asustó mucho ante la apariencia del mutante, cosa la cual este mismo había notado y aprovechado para intimidar a la misma aún más quien empezó a retroceder completamente asustada.

–¡Déjala en paz! –exclamo Casey alcanzando un palo de hockey para golpear al mutante.

Sin embargo, el mutante le consigue arrebatar el palo para acto seguido reventarlo contra la cabeza de Casey, dejándolo inconsciente al instante.

Sara al ver esto se levantó y reunió el valor para atacar al mutante pero este atrapó el puño de esta y le dió un rápido golpe el cual hizo que Sara se desplome al suelo completamente inconsciente y antes de que el mutante pudiera hacer algo más, una voz por el intercomunicador sonó.

–Xever, ¿Cómo va todo? –le pregunto una voz ronca.

–El secuestro se realizó con éxito, maestro Destructor, solo hubo un ligero inconveniente del que ya me encargue –dijo el mutante con forma de pez cabeza de serpiente para acto seguido ver de manera persuasiva a la menor –De hecho, creo que ese inconveniente hará que las tortugas tengan más motivos para venir a nuestra trampa –le comento el mutante mientras alzaba a la menor del brazo con suma facilidad.

Minutos después, Claude estaba despertando después de ser noqueado por alguien, y trato de moverse pero esto no resultó, por lo que miro a si mismo viendo en shock que estaba encadenado, por lo que desesperadamente trata de liberarse hasta que alguien se hizo presente.

–Ni lo intentes niño –le dijo una voz adulta.

Claude alzo la mirada viendo con asombro y temor a un tigre de bengala humanoide parado frente suyo.

–Garra de tigre, no deberías de espantar así –le comento una voz adulta con una especie de eco.

Al instante, un hombre con una armadura imponente y con cuchillas en sus brazos se hizo presente, lo que asustó aún más al menor.

–Ni te molestes en memorizar mi rostro, puede que está sea la única y la última vez que nos veamos –le comento el hombre al menor quien se asustó aún más.

–¡¿Q-q-qu…

–¿Que haces aquí?, Oh, eso te lo puedo contestar –le comento un hombre mosca haciendo acto de presencia.