Los domingos muy temprano iban todos a misa, aunque no era una de las actividades favoritas de Christian la idea de poder ver a María Milagros era suficiente motivación porque cuando lograban cruzar miradas, Christian se convencía un poco más de que ella parecía corresponder sus sentimientos, solo esperaba una señal para dar el siguiente paso.
Por la tarde mientras su mamá descansaba en una hamaca Christian sin ayuda de nadie ensillo a sombra y se dispuso a salir, sin complicación monto a la yegua y ante la incrédula mirada de su madre salió del rancho, "¿Tú sabías que ya podía hacer eso?", Azucena solo sonrió ante el gracioso cuestionamiento de su tía.María Milagros ya esperaba en el río, al ver llegar a Christian su asombro fue inmediato. "Misión cumplida, ¿Ya podemos tutearnos?". María Milagros sonrió emocionada y le hizo un guiño, después de eso siguió una larga charla para conocerse un poco más.
María Milagros había descubierto su vocación por la docencia desde muy temprano, desde muy pequeña disfrutaba leer, escribir y enseñar a los demás todo lo que aprendía, su mamá la apoyó en su sueño y su papá lo aceptó, pero solo para sobresalir como siempre era su intención, el nombre de María lo había elegido su papá, por la mamá de él y Milagros lo había elegido su mamá porque después de muchas complicaciones durante el embarazo, su nacimiento había sido un verdadero milagro, había tenido un novio en la preparatoria, pero nada serio, principalmente por su papá porque era un tipo bastante difícil y controlador, además de que María Milagros no parecía estar tan interesada en ello.
Christian también le platicó un poco de sus sueños, cómo estudiar ingeniería y algún día tener un negocio propio, también le contó de su última decepción romántica, Milagros la escuchó atenta antes de interrumpir. "¿En este momento ya te sientes mejor?", Christian sonrió y respondió que sí. "Ya no estoy más enamorada de ella, no la extraño más, pero a veces pienso que el amor verdadero no existe o al menos no para mí". Milagros le aseguro que eso era absurdo y que era capaz de enamorar a cualquier persona, Christian se dejó llevar y sin decir nada la tomó del rostro y la besó en los labios, Milagros no pudo reaccionar de inmediato y hasta pareció corresponder un poco.Christian no dejó de sonreír durante todo el camino de regreso, aunque después del beso todo había pasado muy rápido y Milagros muy sorprendida se había marchado sin decir nada.
Por la noche en la caballeriza Christian le pidió a Azucena que le platicara más de María Milagros, "¿Por qué no le preguntas a ella lo que quieres saber?", "Porque no quiero hacerla sentir acosada", Azucena guardó un minuto de silencio antes de continuar, "¿Ella te contó algo de mí?", "no". La expresión de Azucena se volvió seria, "¿Porque no solo le dices que te gusta, para que ya empiece a contarte todo de ella?", "Ya lo hice y nos besamos". Azucena apretó los puños, tomó las riendas de Sombra y salió de la caballeriza, atravesó el patio de prisa directo hacia el portón, Christian la siguió hasta ahí, pero entonces Azucena muy diestra montó sin silla y salió a galope, pasándole casi por encima, Christian le gritó alertando al tío Lorenzo que salió corriendo de la casa, "¿Qué pasa Christian?", "Azucena se enojó conmigo y salió montando sin silla", "Ah diablo de chamaca, siempre con sus cosas, no te preocupes voy a ir por ella".
Al día siguiente Christian buscó a Milagros en la escuela, su rostro se llenó de sorpresa y emoción al verla en la puerta del salón, Christian le contó rápidamente lo que había pasado y le suplicó una explicación, Milagros le pidió que regresara al finalizar las clases, pero tampoco le dió mucha información.
"Sé que necesitas una explicación, pero no debo decirte yo lo que pasó con Azucena y con respecto al beso debes saber que yo no soy como...
"No necesitas decir nada, perdón si te ofendí, de verdad me gustas mucho, pero prometo no volver a molestarte si es lo que quieres"
Christian estaba tan agobiada que no quiso escuchar más, Milagros suspiró mientras la veía alejándose rápidamente.
Christian regreso a casa sin ánimo, entró directamente a las caballerizas donde ya se encontraba Azucena, al verla la ignoró mientras ensillaba a sombra, solo se escuchaba el ruido de los caballos y el viento que cobraba fuerza, quizá llovería, pero a Christian parecía no importarle, a punto de salir Azucena preocupada le pregunto a dónde iba, pero continuó ignorándola, la tomó del brazo mientras le preguntaba nuevamente, pero Christian se soltó rápidamente,"quiero estar sola, hablamos más tarde", Azucena se ofreció a hacerle compañía, pero Christian se negó y se marchó.
El cielo se oscureció y grandes relámpagos se formaban en el cielo, Christian se acercó a sombra para montarla, pero escuchó una voz a su espalda y se giró rápidamente, Chepe empuñaba un cuchillo con actitud amenazante, despedía un nauseabundo olor a mugre y alcohol, sus ojos destellaban ira y locura.
"Este lugar es mío, ¿Qué está haciendo aquí?", "Esto es propiedad de mi padre, es usted quien no debería estar aquí", Chepe sonrió y avanzó hacia Christian justo cuando Azucena le gritó por su nombre apuntándole con una escopeta, sin desmontar de su caballo. "Con esas cosas no se juega chamaca, te vas a lastimar"
"No la traigo para jugar Chepe, sé cómo usarla si lo quieres comprobar, vámonos Christian"
Chepe bajo el cuchillo mientras Christian montaba a sombra y se acercaba a Azucena, enseguida partieron a galope. Habían cabalgado casi media hora cuando gruesas gotas de lluvia comenzaron a caer, un relámpago seguido por un estruendo sordo hizo reparar a sombra obligando a Christian a sujetarse fuerte para no caer, Azucena le gritó que debían parar porque la yegua no continuaría así, corrieron hacía un pequeño e improvisado techo de lámina para resguardarse, sus ropas se empaparon rápidamente haciendo el temblor involuntario, permanecieron en silencio por unos minutos hasta que Azucena sorprendió a Christian con sus palabras."María Milagros y yo estuvimos juntas por algunos meses, yo creí estar enamorada y cuando ella me dejó sufrí mucho, ya nada volvió a ser igual entre nosotras".
Christian continuó en silencio sin dar crédito a lo que escuchaba.
"Cuando vi cómo te pusiste en el río sentí algo raro, pero pensé que era una tontería, después cuando me dijiste que ella te gustaba me sentí peor, aunque yo sabía que estaba mal y no debía, no pude evitarlo, para acabarla vienes y me dices que se besaron"
De pronto Azucena comenzó a llorar, Christian ya no pudo permanecer inmune y la abrazó tratando de consolarla.
"Lo siento, no tenía idea de esto y de que aún sentías algo por ella"
Azucena se separó suavemente, moviendo la cabeza y sujetando el rostro de Christian con sus manos.
"No Christian, lo que siento no es por ella, es por ti"
Christian casi se va de espaldas al escucharla, Azucena la agarró fuerte y sin darle tiempo a reaccionar le robó un beso en los labios.

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Huir o morir
AventuraChristian y Maria Milagros están enamoradas, pero el padre de la segunda jamás aceptará esa relación, cuando ya no pueden amarse a escondidas en el pueblo la única opción es huir, pero sí sus planes son descubiertos el final más posible es la muerte...