Después de aceptar la oferta que los dos hombres le habían hecho, llegaron a un restaurante que se veía moderno, donde sus especialidades era la comida tradicional y ciertamente cara; las trabajadoras eran mujeres mayores y los empleados jóvenes amables que los habían atendido muy bien.
Por petición de Jimin, tomaron asiento en una mesa cerca de la ventana con vista a la calle transitada por autos y personas de traje. Y por lo que se veía, la zona era concurrida por personas de estatus alto.
Namjoon fue el primero en hablar cuando el silencio surgió.
—Yoongi comentó que no estabas yendo a trabajar luego de llamar y darnos cuenta que el anuncio no salió en la fecha programada. ¿Sucedió algo entre ustedes dos? Antes nos habías dicho que no estabas seguro de ese gran paso.
Jimin lo veía serio, con una mirada cargada de preocupación e intriga; con el gran paso pensaba que se refería al matrimonio de Yoongi y él. Mejor dicho, el Jimin de este lugar.
—Mencionaste que había alguien más. —Namjoon agregó.
«¿Alguien más?»
¿Acaso en esa realidad soñadora estaba engañando a Yoongi? Pero si el hombre era como un verdadero ángel.
—No sé a qué se refieren. —respondió.
—Supongo que lo pensaste mejor. ¿Lo están intentando de nuevo? Yoongi es un buen hombre, Jimin. Aunque entendemos que los sentimientos ya no sean los mismos de hace cinco años, algunos se desgastan en lugar de reforzarse.
—¿Cinco años dices?
—Sí, Jimin, no me digas que te dio un tipo de alzheimer.
Aunque su tono fue de burla, Namjoon se mantuvo guardando silencio cuando no escuchó una respuesta.
Claro, el alzheimer podría ser la solución a su pequeño problema. Tal vez hacerles creer eso a los que parecían ser sus amigos podría ser conveniente; le darían información y el trato no sería tan incómodo ya que ellos serían conscientes de que no sabía demasiado.
«Pero qué listo eres, Jimin».
—Creo que es algo parecido. Una mañana me levanté desconociendo todo lo que me rodeaba, hasta a Yoongi. Estuve descansando este tiempo para no entrar en pánico. Hoy vine para conocer la empresa e intentar recuperar algo, pero no lo estoy logrando. —terminó por decir con una leve sonrisa.
La mirada de ambos hombres estaba sobre él con asombro y muchas dudas en la cabeza, pero luego Jimin notó que en uno de ellos se reflejó la suma tristeza en su rostro.
—¿Te encuentras bien, Jungkook? —le preguntó.
—Sí, so-solamente es doloroso que no lo recuerdes... Es posible que, ¿ni siquiera cuando nos conocimos en ese puesto?
—Me apena decirlo, pero no. Realmente lo siento porque tampoco conocía tu existencia.
—Mejor deberíamos crear nuevas memorias, en el proceso se podrían recuperar algunas. —intervino Namjoon.
—Aquí están sus platillos, disculpen la tardanza.
Frente a ellos, con una carretilla colocando los platos con cuidado, estaba un atractivo mesero; llevaba una camisa gris que se adhería a su cuerpo dejando visibles sus hombros anchos y una clavícula perfecta. Jimin reconocía a un hombre atractivo cuando lo veía, pero el mesero no era de su gusto, a diferencia de Namjoon que tenía toda su atención en el joven.
—No te apenes, podríamos esperar más si era necesario.
Por debajo de la mesa Jungkook le dio una patada suave a Namjoon, reclamándole su apetito. A reacción de eso, el mesero sonrió con gracia haciendo una reverencia para retirarse.
—Seguro te preguntabas quién es y por qué él está así —en un gesto vago Jungkook señaló con su pulgar a Namjoon—. Pues verás, hemos comido aquí por seis meses aproximadamente, hay tres razones: la primera porque se convirtió en tu lugar favorito, la segunda por su exquisito sabor, y la tercera por el mesero; Namjoon tiene una profunda atracción por él, no hay día que no le coquetee, es increíble.
—En algún momento lo invitaré a salir, solo tengo que armarme de valor. Sus ojos son como una llama y yo un pequeño cubo de hielo; me derrite completamente. —dramatizando, Namjoon hizo el afán de desmayarse en la silla.
—¡Ah, qué cursi eres! —Jungkook le golpeó el hombro, haciendo que el otro hiciera pequeños piquitos simulando besos que lo hicieron reír aún más.
Jimin se unió a ellos en ese pequeño momento de gracia, experimentando lo que era un momento entre colegas, lo que veía en las mesas lejanas cuando tenía la oportunidad de almorzar en su trabajo, cuando sus compañeros en la secundaria distraían a la clase ganándose un regaño de los docentes, ahí en un restaurante hogareño que veía por qué era su favorito.
Entre otras charlas, cada uno terminó gustosamente su almuerzo, agradeciendo a los presentes, con un coqueteo ligero por parte de su amigo Namjoon al conocido Kim Seokjin.
Regresando al edificio, Jimin se sintió pequeño entre ambos hombres y bajo la mirada de los empleados que seguían sorprendidos por su manera de actuar. Cada uno se despidió regresando a su puesto laboral y él solo subió al ascensor hasta la oficina de Yoongi. Ahora que lo pensaba, lo había dejado solo aún cuando lo había invitado a almorzar siendo tan amable.
Recordando lo mencionado por Jungkook, ¿cómo podría alguien engañar a Yoongi si era la representación de un hombre perfecto? Nunca había visto a su vecino con otros ojos, pero cuando lograban coincidir, el chico se mostraba amable, vestía como un adolescente a diferencia del Yoongi adulto que tenía presente.
Jimin nunca pasaba de conversaciones ligeras con su vecino, entonces, ¿por qué aquí era su pareja?
Demasiadas dudas para su cabeza.
Al llegar a la puerta tocó tres veces, escuchando un "pase adelante" de Yoongi que estaba en su silla con un porte recto, su entrecejo fruncido y su mandíbula se marcaba perfectamente del lado izquierdo. Se veía demasiado atractivo. Jimin se preguntó si a él también se le marcaba así de bien la mandíbula.
—¿La pasaste bien? ¿No fue agotador o asfixiante?
—Me la pasé bien. Es la primera vez que salgo con un grupo de amigos, fue agradable así como el lugar donde comimos. Namjoon y Jungkook son personas muy simpáticas, transmiten mucha energía positiva.
Yoongi esbozó una ligera sonrisa, un detalle desapercibido por Jimin, ya que el de tez pálida había tenido un recuerdo de cuando su novio le habló por primera vez de los mencionados.
"—Ellos son como un reciente sol y un arcoíris después de una tormentosa mañana. No creí que congeniaran tan bien. Es agradable, ¡pero bromean demasiado! Me reí todo el rato."
—Me reí en todo momento.
Yoongi parpadeó rápidamente. —¿Qué?
—Que me reí en todo momento, son graciosos.
Yoongi asintió, continuando con su trabajo. Su mente laborando en otros espacios opuestos al trabajo presentable recientemente por su secretaria.
Si veía al Jimin sentado de este momento, era como ver a su novio cuando tenía veintidós años: risueño, inocente, tímido; comparado al de hace una semana que sonreía mínimo una vez en su presencia. El cambio y diferencia era notable. Si era sincero, tenía miedo de lo que estuviera por pasar. ¿Su Jimin estaría bien? O, ¿su Jimin se redujo cinco años atrás?
Soltando un suspiro, se recostó en la silla. —Recibí una llamada de la empresa donde eres el jefe, quieren verte a más tardar en cinco días, no tuve tiempo para explicarles alguna excusa.
—Puedo decirles que es alzheimer, eso fue lo que les dije a Namjoon y Jungkook, no me retaron, por el contrario, estaban dispuestos a ayudarme, así que puedo decirle lo mismo a la compañía.
Yoongi asintió a sus palabras porque era una buena excusa, solo tenía que investigar las causas de esta enfermedad para darle sentido, decirles que despertó así como así no sería muy creíble, aún más cuando era totalmente diferente al Jimin que estaban acostumbrados a tratar, incluyendo a sus empleados que se habían acercado para preguntarles indirectamente sobre su prometido y su personalidad tan... agradable.
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YOUNIVERSE. ➸yoonmin
Fanfiction❝ La noche del primero de septiembre Park Jimin regresaría de su agitador trabajo, saludando comúnmente a su vecino del frente, alimentando a su cachorro para irse a dormir, tapándose con su sábana favorita y pedir que el siguiente día fuera mejor...