Capítulo 14: Corazones perdidos

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La habitación de invitados donde dormía Jimin aún no había sido reparada del todo, aún faltaban muebles para completar después de dos días, los trámites y las compras podían llegar a ser tardadas, por eso él continuaba en la habitación de Yoongi, apreciando la televisión desde la extensa cama que le pertenecía al peliazul. Estaban pasando una de sus películas de romance favoritas: "Los puentes de Madison", una película que siempre lo hacía derramar algunas lágrimas al final, influenciado fuertemente por su abuela que lo llamaba para verla juntos cuando llovía.

El amor correcto en el tiempo menos indicado. Tan trágico.

La perilla de la puerta dio una vuelta para darle paso a Yoongi que ingresaba exhausto; llevaba su corbata ya deshecha alrededor de su cuello colgando, su cabello implacable se veía más desordenado, y caminaba como un pingüino desorientado.

—Hola, ¿qué tal tu día?

Yoongi se detuvo una vez se sentó en la cama para voltear lentamente, encontrándose con la expresión curiosa de Jimin que esperaba una respuesta. Pasaban los días y él aún no se acostumbra al trato tan cálido comparado con el frío de su prometido, que muy contrario a este siempre lo emocionaba, provocando en su corazón una mezcla de emociones que aún no podía entender.

—Fue agotador. Se crearon algunas discusiones por los desacuerdos, así que tendremos una nueva junta la siguiente semana, con los pensamientos más claros para dar una decisión final. —respondió entonces y se dejó caer en la cama, a la altura de los muslos descubiertos del rubio.

Jimin se tomó un momento en apreciar el rostro de Yoongi. Era realmente guapo, era tan versátil; pasaba de ser un imponente hombre en traje a un soñador joven que se emocionaba por alcanzar las estrellas en un columpio. Sus expresiones habían comenzado a hipnotizarlo cuando se dio cuenta de los bonitos labios de Yoongi, delgados labios rosas que siempre brillaban bajo el bálsamo. Cuidadosamente su mano se perdió entre el cabello del hombre, acariciando con sus yemas, logrando que el contraído rostro de Yoongi se relajara hasta soltar un suspiro en completa tranquilidad, sonriendo, y solo entonces pasó su surda por la perfecta mandíbula de este hasta crear caminos en sus mejillas.

Las manos de Jimin eran suaves, muy suaves y también cálidas, cada caricia que dejaba en su rostro se sentía como un arrullo. Yoongi detuvo el movimiento al atraparla entre su mano, y aún sin abrir los ojos pasó su pulgar entre los falanges del rubio y luego en el centro de su palma, una sutil caricia que tenía hipnotizado al contrario. Finalmente entrelazó ambas manos, y aún en ese agarre, sus labios tocaron delicadamente la muñeca de Jimin, acto que provocó un jadeo de sorpresa por parte de este, por lo que esbozando una sonrisa regresó a una posición derecha, a una corta distancia del otro.

El recuerdo del día anterior llegó a él.

Era de madrugada y faltaba poco para el amanecer, el cielo continuaba siendo cubierto por una extensa capa oscura con manchitas blancas, preciosas estrellas, o bien el pasado de ellas. No había viento afortunadamente a pesar de ser de madrugada pero sí se sentía el ambiente frío al ser inicios de diciembre. Yoongi observó a su acompañante que dormía abrazado a una maleta, sonrió apartando un mechón que cubría su rostro, viendo la tranquilidad en él, la manta que se había resbalado hasta su cintura la subió aún más hasta cubrir su pecho.

El insomnio de ese día era por las palabras que estaban taladrando su cabeza y en cierta parte su corazón. La causa de sus desvelos era Jimin, aunque no era de extrañarse. 

Cuando Jimin le preguntó aquello se había quedado sin palabra alguna, con su mente en blanco. No le dio ninguna respuesta por el momento, así que el hombre de rubios cabellos se había levantando con ganas de columpiarse, jugando como adolescente hasta media noche.

YOUNIVERSE. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora