Despertar no estaba en sus planes, mucho menos despegarse de la almohada que guardaba el fascinante aroma de Min Yoongi. Quería quedarse hasta tarde en esa cómoda cama y perderse por mucho tiempo en sus sueños. Abrió los ojos para ver la hora, y apenas marcaban las 8:00 a. m. por lo que decidió dormir un poco más.
Pasó una hora y media, debía despertar o su cabeza explotaria en cualquier momento a causa de la jaqueca que lo estaba molestando.
Los recuerdos del día anterior aparecieron en sus sueños, vagando en su mente, rebotando aquí y allá, palabra tras palabra, imágenes distorsionadas y voces, la propia que le repetía constantemente posibles verdades.
Infiel.
Mentiroso.
Farsante.
Jimin gruñó molesto levantándose para apoyarse en el respaldo de la cama, sin abrir los ojos porque aún no se acostumbraba a la luz.
Después de unos minutos tocaron la puerta y permitió el paso.
—Buenos días, señor Park —con una leve reverencia la anciana le saludó—. Me preguntaba si le gustaría desayunar, preparé una sopa muy buena para la resaca.
Por la puerta se dejó ingresar un aroma muy delicioso que hizo suspirar a Jimin. De forma lenta y con pereza se puso de pie.
—Bajaré enseguida. —mencionó.
La anciana le mostró una sonrisa y salió de la habitación. En ese tiempo Jimin fue al baño para lavarse, más tarde tomaría una ducha para relajarse.
Al bajar lo esperaba un gran plato de sopa con otros acompañantes, todo lucía exquisito, y el aroma más intenso lo tenía cautivado.
—Señora Yeo, realmente es una genio de la cocina. —dijo tomando asiento y dio un agradecimiento rápido para comenzar a comer, sus expresiones eran de pura satisfacción que hacían sentir orgullosa a la anciana.
—Pensé que le gustaría, el señor Min me hizo la recomendación.
—Le agradeceré cuando lo vea, por el momento voy a acreditarle el reconocimiento a usted.
—Muchas gracias, señor Park.
—Guri Yeo, ¿puedo pedirle un favor?
La anciana que limpiaba sus manos con un trapo le prestó atención, asintiendo de forma rápida.
—Me gustaría que me llamara por mi nombre, el honorífico me hace sentir extraño, por lo que estaría feliz de que me trate de esa forma.
—Pero eso sería una falta de respeto, trabajo para ustedes, siempre lo ha recalcado.
Tragando la porción que mantenía en su boca, la tomó de la mano; era pequeña y muy cálida, le traía muchos recuerdos, como su rostro cansado pero sin perder esa chispita de amabilidad. Jimin tenía un gran respeto por las personas mayores, y aunque conocía a algunos que se aprovechaban de esa posición, habían otros como la señora Guri Yeo, personas mayores que buscaban una forma de continuar con el peso de los años y la vida en su espalda.
—Lo sé pero ahora me gustaría que se diriga a mí por mi nombre, para sentirme más cómodo.
La mujer se sentía indecisa porque aún no era capaz de comprender al hombre frente a él, había cambiado tanto que se preguntaba cuándo sería el día en que Park Jimin despertara pidiendo un té y algo ligero para desayunar, o cuándo tendría que irse temprano para no presenciar una discusión.
—Lo haré —ella sonrió dejando visibles sus arrugas en las esquinas de sus ojos—. Con su permiso.
Jimin no dijo nada y solo observó cómo la mujer se perdía en la cocina para lavar y guardar lo que había utilizado. Se dedicó a disfrutar la sopa que lograba el cometido de alejar la resaca del día anterior, no es que haya bebido demasiado pero no estaba acostumbrado a hacerlo y era débil con las bebidas.
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YOUNIVERSE. ➸yoonmin
Fanfic❝ La noche del primero de septiembre Park Jimin regresaría de su agitador trabajo, saludando comúnmente a su vecino del frente, alimentando a su cachorro para irse a dormir, tapándose con su sábana favorita y pedir que el siguiente día fuera mejor...