Capítulo 3.

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Me desperté sabiendo que hoy por fin vendría mi tía.

Me vestí con unos shorts vaqueros, una blusa blanca y mis air force.
Bajé a desayunar y allí se encontraban los gemelos.

-¡Hombre, por fin te has despertado!- dijo Dani nada mas verme.

-Estaba a gusto en la cama.- me defendí.

-Ya. Ya, ya.- dijo Jesús.
Cogí el Nesquick y me lo eché.

-¡¿Como puede gustarte el Nesquick?!- se quejo Dani

-Porque está muy bueno.

-Eso es verdad Dani-Dijo Jesús dándole un sorbo a su taza.

Terminé de desayunar y lave lo que había manchado.

Recogí la habitación y cogí la mochila que había traído para estos días. Sali de casa de los Oviedo y me dirigí a la mia.

Triana no volvía hasta la semana que viene. Voy a estar una semana sin quedar. Encima es verano.
Me tumbé en el sofá con el móvil y me llegó un mensaje de un número privado.

*Conversacion WhatsApp*

X:Hoola fea.

Yo:¿Quién eres?

X: ah...adivinas. -dijo imitando lo que dije yo la otra vez delante de Jesús y Dani.

Yo: De fijo eres uno de los Oviedo.

X: ¿Jesús o Dani? Esa es la cuestión.

Yo: Dani, como has conseguido mi número.

Dani: ¡Oh vamos!, como lo has sabido.

Yo: Obviamente Jesús no usa ese vocabulario.

Dani: Jajaja, ¿Quieres quedar hoy con Jesús y conmigo?

Yo: Siii, que Triana no está.

Dani: vale, a las 17.00 pasamos a buscarte.

Lo leí y bloquee el móvil. Que raro que los Oviedo queden con alguien como yo. Es decir ellos son los populares y los guays y yo soy...yo. Siempre estoy con Triana y parece que no estoy en clase. Ellos sin embargo se hacen notar.

《NARRA DANIEL OVIEDO》

Le he dicho a Amira para quedar porque ella tiene algo que me atrae. Tiene algo que nunca le he visto a ninguna otra chica.
No se si me estaba empezando a gustar pero sentía que algo de ella me atraía.

《NARRA AMIRA》

Me peiné, me eché colonia y baje al salón. No me cambie de ropa y use la que me puse a la mañana.

Esperé a que los Oviedo me tocaran al timbre para ir a dar una vuelta.

Y vaya si son puntuales, a las 17.00 exactas ni un minuto más ni un minuto menos allí estaban.

Tocaron al timbre y salí pero no sin antes avisar a mi tía de que salia.

-¿Vamos?- pregunté.

-¡Vamos!- me respondieron los gemelos al unísono.

Comenzamos a andar y llegamos hasta un descampado. Vacio. No había nadie.

-¿Que hacemos aquí? - pregunté.

-Tenemos un escondite- me dijo Jesús.

-Ahhh.

Cruzamos unos cuantos arbustos y algun que otro árbol y llegamos a un árbole muy coqueto con una casita en una de sus ramas.

-Vaya, se nota que veis mucho los Simpson.

-Y que lo digas- dijo Dani.

-La hicimos mi hermano y yo cuando éramos pequeños. -explicó Jesús.

-¿Puedo subir?

-Claro pero...prometenos que no se la vas a enseñar a nadie mas.- me dijo Dani.

-Os lo prometo.

Subí arriba y aunque por fuera se veía pequeña poe dentro no lo era tanto.

Había una alfombra azul y una mesa de madera sobre ella. En el suelo habia cojines ya que no cabían muchas sillas. Las paredes estaban adornadas con posters de cantantes.
-¡Wow! Que bonita- exclamé.

-Gracias- me respondieron a la vez.

-¿ahora quieres hacer tu algo?

-Mmm...si. he visto que tenéis un balón de fútbol ahí- dije señalando una esquina de la casa.- ¿podemos jugar a fútbol?

-Si, pero te vas a arrepentir se habernos pedido eso- me dijo Dani.

-¿Acaso por ser chica crees que soy mala? Porque hay bastantes chicas que juegan al fútbol mejor que los chicos- me defendí.

-No digo eso, digo que no sabes a quienes has retado.

-Ya veremos.

Bajamos de la casa tan coqueta y fuimos al descampado.

Hicimos las porterías marcandolas con ramas de árboles.

Dani y Jesús eran contra mi. Tenían ventaja, o eso creían.

Saqué yo ya que ellos eran dos y les debí de dar pena o algo por el estilo.

Vi como venían los dos hacia mi para quitarme la pelota pero les regatee fácilmente y marque gol.

-Te vas a arrepentir Ami.-Me dijo Jesús.

-Amira.- le corregí.

Ahora sacaron ellos ya que yo les había marcado.
Iban hacia la portería haciendo pases entre ellos pero les robé el balón y chuté a portería. Y otro gol.

-¿Lo dejamos ya no?. No vaya a ser que os marque otro.

-Si encima es la hora- se excusó Dani.

-Va, vamos a dejar la pelota y volvemos.

[...]

Llegué a casa después de acompañar a Jesús y a Dani a la suya.

Soñando el mismo sueño. [Jdom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora