Capítulo 12.

433 41 7
                                    

[...]

Ya han pasado unos días desde que me escapé, Triana ya ha llegado pero solo la he visto una vez en toda la semana que llevamos.
¿Con mi tía? Ni me hablo.
Y los únicos que vienen a visitarme de vez en cuando son Jesús y Dani.

[...]

Hoy si, salí a que me diera un poco el aire, lo necesitaba después de todo.

Fui a un parque y me senté en un banco escuchando música.
Estuve así un rato hasta que alze la mirada al oir risas y ví a Dani con su cuadrilla de antes, la del instituto, con los 'guays'.

Pensé que había dejado de hablarse y verse con ellos, pero bueno, no puedo obligarle a hacerlo.

Vi como una chica de su grupo,Lorena me señalaba y se reía haciendo que todos los demás también lo hicieran menos Dani, Dani me miraba con pena.

Observé como se acercaban al banco y yo tenía miedo pero a la vez no.

Miedo porque ellos son más y pueden hacerme cualquier cosa. Pero también sentía que era fuerte y podía con todo.

-Hombre,si está aquí Ami- dijo la puta de Lorena.

-Oye cielo mmm...veras, llamame Amira porque es que ya te lo he dicho unas cuantas veces pero veo que tienes déficit de atención- suelto yo haciendo que los de su grupo metan cizaña.

-Oye,¿quién te crees que eres para chulearme así?.-dice ella cruzándose de brazos.

-A ver cari, que te lo he dicho antes, Amira. Oye esto ya no se si es déficit de atención o alzheimer eh.- digo yo y veo como Dani sonríe por mi comentario.

-Bueno, bueno, a ver como te quedas cuando sepas que Dani no te quiere- suelta ella y me quedo un poco asombrada.

-Eh, no se si es verdad o no, pero creo que nunca sabré como me quedaré porque Dani nunca me va ha decir eso. ¿verdad Dani?

Y ahora si, ahora se que todo ha sido mentira que los besos y los te quiero eran una ilusión. Que he creído gustarle a alguien y jamás lo haré.

Las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos cuando Dani no respondía a mi pregunta pero no iba a dejar que me vieran llorar.

-¡¿Verdad Dani?!-insistí gritando.

Y vi como bajaba la cabeza.

-Era una simple apuesta- dijo mirando al suelo.

Y ahí es cuando me derrumbé, cuando ya sentía que no podía mas y eché a correr, corría sin saber a donde iba. Parezco tonta, he estado ciega todos estos días.

Tenía que haberlo sabido cuando Jesús me dejó su teléfono y Dani contestó de esa manera. Pero el amor me ha cegado.

Corría y corría como si de una maratón se tratase y llegue a donde siempre es como un imán o algo desde que conozco ese lugar. Llegue a la casita.

Soñando el mismo sueño. [Jdom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora