El doctor entró a mi habitación.
-Hola Amira, ¿Qué tal?. Menudo susto nos has pegado.
-Qu...que tenéis que decirme. -pregunté yo.
-A ver, te preguntarás por qué estás aquí ¿no?
-Si, yo solo sé que me he desmayado.
-Vale a ver, te tenemos que decir algo.
-Va...vale- dije yo.
-Te hemos hecho unos análisis y unas pruebas mientras estabas 'dormida' y hemos encontrado algo.
Me empecé a asustar, no podía creerme lo que me estaba diciendo el médico.
-¿el qué?
-Verás cielo, tienes cáncer de tiroides.
Comencé a llorar, ¿y si no podían operarme? ¿y si me moría? ¿que pasaría con Dani?
Preguntas como esas daban vueltas por mi cabeza.
-Tenemos una buena noticia-dijo el doctor.
-¿Cuál?
-Podemos operarte, es una operación bastante complicada pero si elegimos a nuestros mejores cirujanos todo saldrá bien. Ahora solo hace falta que estés dispuesta.
-Lo estoy, obviamente. Si esa es la única posibilidad de que pueda estar viva...tendré que hacerlo.
-Bien Amira, eres muy valiente. - me animó el doctor. -mañana a las 9.00 de la mañana te bajarán para operarte y a las 14.00 ya estarás bien si dios quiere. Es una operación larga.
-Vale, gracias.
El doctor se fue y yo me derrumbé. Comencé a llorar mientras mi tía me abrazaba.
-Ahora vienen tus amigos ¿vale?. Les he llamado y les he contado todo.
-Gracias.
-Tu eres fuerte pequeña, eres grande.
[...]
Los Oviedo llegaron y entraron en mi habitación junto a Triana.
-¡Ami!- exclamó Jesús y vino corriendo a abrazarme. -Grande.-susurro en mi oreja.
Me separé y Triana vino corriendo.
Nos juntamos en un abrazo.
-Tu puedes con todo,fea.- me animó ella.
Dani era el que quedaba y Jesús y Triana salieron de la habitación juntos, dejandonos solos a el y a mi.
-Hola.- dije yo rompiendo el silencio.
El vino hacia mi y me abrazo. Comencé a llorar.-no llores, que me vas a hacer llorar a mi.- dijo el y solté una carcajada.
-Gracias Dani.- dije.
-¿Por qué?
-Por estar siempre ahí.
-No pequeña, gracias a ti por enseñarme a amar.
Dicho eso nos volvimos a abrazar.
-A ver-comenzó a hablar Dani- se que aún no somos nada, pero tengo que apoyarte ¿no?
Sabes que la vida no es siempre de color rosa, que hay muchos baches y nosotros hemos pasado por uno, y ahora te toca a ti ser fuerte, que sé que lo eres. Tienes que luchar contra todo lo que venga. Que eres muy grande joder. Que no te tenia por que pasar esto a ti.- dijo secandose las lagrimas.Y no pude evitarlo y lo besé. Un beso lleno de sentimientos.
Nos separamos y me miró asombrado.
-¿Me perdonas?- me dijo el.
-Ahora te necesito más que nunca, y no podemos estar enfadados.