Después de cenar sola, ya que me cuesta perdonar a mi tía me eché en mi cama, no ha dormir, si no ha pensar, ha imaginar una vida perfecta, sin complicaciones donde yo era feliz con mis padres y no tenía ningún tipo de problema con mi novio. No se porque pero al pensar en mi novio pensé en Jesús y sacudí bruscamente la cabeza.
- a ver,no te confundas Amira, solo sois amigos.-pensé.
Y justo sonó mi teléfono. Miré la pantalla y vaya...era Jesús.
-El destino-dijo mi subconsciente.
●conversación telefónica●
-Hola Jesuso.
-Ami, ven rápido a casa, ¡corre!.- dijo Jesús y se le notaba bastante apurado.
-Ya voy, ¿pasa a...-dije pero no terminé la frase porque Jesús colgó.
Salí corriendo de mi casa y fui a la de ellos. Toqué el timbre y me abrió Jesús.
-Ven- me dijo.
Subí tras el las escaleras y fui a la habitación de Dani.
Y ahí le vi a el. Con un brazo apoyado a la pared y la cara encima de este.
Estaba llorando y tenia sangre en las manos.
-D...Da...Dani, ¿Estás bien?- me atreví ha hablar.
El se giró y comprobé como las lágrimas caían de sus ojos.
-Como voy a estarlo si la persona a la que quieres, llora delante tuyo pensando en que tu no la quieres. Y pensando que todos los besos y abrazos que le has dado no han valido. -dijo el.
-Lo siento Dani. Es lo que me has demostrado. Y yo no soy el juguete de nadie.
-Tu no eres un juego.-alzó un poco la voz.
-ya no soy el juego de nadie, pero he sido el juego de un miserable. La doble vida de un amor cobarde.
-Yo no he jugado contigo y me duele que pienses eso de mi.
Jesús miraba la escena atónito.
-Dani, ¿en serio me estás diciendo que ser el centro de una apuesta tuya no es jugar conmigo?
-Pero yo no quería. Me obligaron.
-Ya, eso es, no des la cara y echa ma culpa a los demás.
-Amira, te juro que yo no quería.
-No lo estás demostrando. - dije.
Estaba a punto de irme, me di la vuelta pero Dani me agarró provocando que mi piel se erizara.
-¿Como puedo demostrartelo?- preguntó el.
-Vuelve a enamorarme, como hiciste al principio.
-Hecho.
-Pero una cosa más.
-¿Qué? -preguntó el.
-No te lo voy a poner nada fácil Oviedo, no creas que todo va a ser como en una película de Disney. Y además solo te voy a dar 2 semanas. 14 días. Ni un dia mas ni un dia menos.
Mañana empiezas el primero.-Vale.- contestó el y me solto el brazo por lo cual yo salí de la habitación.
Volví a mi casa y ahora si me metí en la cama. Estas dos semanas serian bastante difíciles. Yo quiero estar con Dani pero siento algo por Jesús que no se lo que es.