03| Tensión

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Olivia

Me levanto de la cama con mucho cuidado.
Enciendo la linterna del móvil y me encuentro en el escritorio un sandwich.
Lo ignoro.
No tengo la más mínima hambre y todavía menos a las 5 de la mañana.

Lo que sí tengo es sed. Normalmente siempre tengo una botella de agua en la habitación pero anoche se me olvidó por completo.
El recuerdo de mis padres en las camillas hace que se me revuelva el estómago más de lo que ya lo tenía.
Sin explicación alguna el corazón se me comienza a acelerar y esto conlleva a que mi respiración poco a poco se vaya acelerando.

Me viene un impulso que hace que apague la linterna del móvil, ponga las deportivas que estaban debajo de la cama y comience a bajar las escaleras corriendo en cuanto salgo de la habitación.

Al ser las cinco de la mañana todo está completamente oscuro.

Mientras corro por las calles y me da el aire frío en la cara, escuchó unas canastas de baloncesto, por lo que reduzco la velocidad.
Pero esto no es suficiente.
Siento un fuerte golpe en el tobillo izquierdo.
Me caigo.
Me comienzo a poner roja al escuchar a unas personas acercarse a mi.

—Hey, ¿estas bien?

Me quedo muda, sin saber exactamente qué hacer.
Algo me toca el hombro.
Cojo aire y levantó la mirada.

—¿Olivia?

Giró la cabeza y me encuentro con ¿Liam?
¿Qué hacía él aquí? se suponía que él está en su habitación no aquí.

—Hola.

—¿Se puede saber que haces aquí?

Murmura enfadado mientras hace un gesto que provoca que la mano que tenía en el hombro me soltara y las pisadas se van alejando.

—Podría preguntar lo mismo Liam.

—En eso tienes razón Olivia, pero aquí quien hace las preguntas soy yo.

—Y una mierda, no tienes derecho a preguntarme.

Repaso a Liam.
Lleva una camiseta de tirantes blanca la cual está casi transparente por el sudor, se le notan los pezones.

Y joder.

Esta buenisimo.
No me solía fijar en él en los pasillos, al final quien se alejó fue él, no yo.

—¿Puedes dejar de mirarme como si fuera lo más sexy del mundo? Es incómodo.

Me pongo más roja de lo que estaba.
Se ha dado cuenta de que le estaba mirando.

—No.

—¿No? —dice sonriendo de una forma burlesca.

—No eres lo más sexy del mundo, ni mucho menos.

Digo bastante segura de mi misma, mientras voy alternando mi mirada de sus músculos a sus ojos.
Su respuesta es agacharse a mi altura y acercar su cara a la mía.
No sé en qué momento decidí que era buena idea decir esto.
Tengo a Liam Rossi a escasos centímetros y juraría que parece que me va a besar en cualquier momento.

—Repitelo.

—¿Qué?

—Repite lo que has dicho pero ahora a esta distancia.

Me quedo helada sin saber qué hacer.
Podría repetirle lo que dije, darle una puntita en la boca y que sepa que no es un dios.
Pero para que mentir, es imposible.

Saco fuerzas de donde no las hay.

Miró fijamente sus ojos marrones mientras lo repetía sin poder creerme que realmente estaba haciendo lo que él decía.
El me da una sonrisa como si esto no le hubiera servido.
Quita los pocos centímetros que nos separan, haciendo que ahora sus labios y los míos mientras no me quita la mirada de los ojos.

Aquella noche inolvidable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora