Aquella noche inolvidable

13| El Bello durmiente

Disculpad la tardanza, a partir de ahora habrá capítulos todas las semanas y 

nuevos libritos pronto.

Olivia

Abro los ojos encontrándome con una mata de pelo un pelo rubio oscuro.

Parece una especie de ángel que está a punto de extinguirse.

Y está a punto de extinguirse él solito como no aparte sus manos de mi cintura.

Apoyo mis manos en su pecho y lo empujo en un rápido movimiento.

Consigo que se ponga boca arriba, supongo que yo me quede dormida antes que Liam y él apagó el portátil dejándolo en algún lugar de la habitación que en este instante desconozco.

Los recuerdos de anoche no hacen más que golpearme como si de una pesadilla se tratase.

Estuvimos riéndonos la gran mayoría de tiempo, o al menos en los momentos en los que no me daban pinchazos en el vientre y él me abrazaba.

Ojala Liam se comportará así la mayoría del tiempo, en ocasiones no comprendo del todo porque es tan introvertido o gilipollas, dependiendo del contexto.

Me levanto con cuidado de no despertar al bello durmiente y me dirijo a mi armario para cambiarme de ropa.

Aunque si lo pienso bien, esta camiseta es bastante cómoda, y bastante combinable con cualquier pantalón.

Localizó unos leggins cortos de color negro y me los coloco bastante rápido.

De paso agarro agarro un sujetador para ponermelo en el baño, porque cualquiera se cambia delante de Liam, capaz y está despierto mirándome.

...

—¿Deberíamos decirle a Mia lo de Carlos? Con lo que hablaste con él borracho se nos confirmaron las dudas.

—Exactamente por eso mismo no deberíamos decírselo, estaba borracho y poco consciente de lo que me decía.

—Lucy tu cuando estas borracha dices la verdad siempre, esto es lo mismo.

—No es lo mismo.

—Bueno ya veremos.

—Ya veremos no Olivia, es su privacidad.

—Mejor dejemos esta charla para luego, ahora te tengo que preguntar algo muy importante.

Estoy segura de que ahora mismo si pudiera Lucy saldría corriendo con tal de evitar la pregunta.

—Sabes cuánto odio ese tipo de preguntas...

Tiene razón, las odia con locura, pero si no le pregunto por Christian voy a explotar por toda la curiosidad que está amenazando con salir de mi cuerpo en cualquier momento.

—¿Te gusta Christian?

—Queee va, es feiisimo. —Sonrío mientras me siento en uno de los taburetes de la cocina.

—Estás mintiendo Lucy.

—No.

—Si Lucy, cuando mientes alargas las vocales.

Lleva haciéndolo desde los cinco años y a pesar de que se lo suelo decir seguido, sigue hablando así cuando miente, es como cuando le dices a tus padres una mentira añadiendo un ''es verdad, no me lo estoy inventando'' o derivados.

—Bueno tienes razón, pero no me gusta, solo me atrae un poco.

—Lucy.

—Bueno ¡Vale! me atrae mucho, pero ¿qué le voy a hacer? si esta buenisimo y ya sabes que los negros me ponen.