19| Buen despertar -para él-

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Este capítulo esta potente.

Espero que os guste muchisimo, y porfa comentad el capítulo.


Olivia

Me despierto lentamente, parpadeando varias veces para acostumbrarme a la leve luz que entra por la ventana que hay a mi derecha. Siento el calor de unos brazos rodeándome la cintura. Mis pulsaciones comienzan a acelerarse a medida que reconozco el color de la sudadera.

No recuerdo haberme dormido con Liam abrazándome... Me intentó girar pero sus brazos me detienen, pegándome más a él, suspira pesadamente y su respiración, constante y cálida me da de lleno en el cuello.

Se me va cortando la respiración a medida que él se pegó más a mi cintura, siento una presión que anteriormente juraría que no estaba.

-Liam.

-Olivia.

Su voz suena más ronca de lo normal, me da un ligero beso en el cuello y se gira, quedando boca a arriba y liberándome por fín.

-¿En qué momento me abrazaste? -hablo a la vez que me doy la vuelta para mirarlo.

-No tengo la menor idea.

Pongo los ojos en blanco y le saco el dedo del medio, haciéndole una peineta.

-Que amable te despiertas Miel.

No me contengo y le quitó la sábana de encima al ver que se tapaba la cara con esta.

-¿Estás empalmado? -murmuró muy nerviosa, el bulto de debajo de su pantalón es demasiado notorio.

El no tarda ni dos segundos en abrir muchísimo los ojos.

-Se suponía que no me quitarías esto -señala la sabana y se levanta de golpe.

-Serás guarro, Rossi.

-¿Guarro yo? -su mirada es pura indignación- ¿Qué crees que me iba a pasar durmiendo con una chica que me atrae?

Ahora es mi turno de abrir los ojos -incluso la boca-

-¿Te atraigo?

-Obviamente -se señala la entrepierna con la mirada- sino no habria pasado esto.

-Que ¿bien?

-¿Te ha comido la lengua el gato Bianco?

-Esque n- no se que decir.

Liam se acerca con una zancada.

-¿Debería creer que no sabes que decir?

-¡Pues sí!

-Pues sabes que? Creo que no sabes que decir porque a ti te pasa lo mismo.

-¿Qué se supone que me pasa?

-También te atraigo -asegura mirándome fijamente.

-Tonterías.

-Si te hace feliz pensar que lo son... -Me revuelve el cabello y se aleja.

-¿Dónde vas?

-¿No pensarás que bajare a desayunar así no?

Y sin más recorrió la habitación y se fué.

¿Qué acaba de pasar?

...

Me visto y me pongo el chándal de animadora para entrenar después del desayuno.

Aquella noche inolvidable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora