¿Cuántos días han pasado ya? ¿Uno? ¿Cinco? ¿Una semana talvez?
No lo sé, ya perdí la noción del tiempo.
Aunque no es como que eso también importe. La vida se había vuelto una rutina, sin sentido alguno. Levantarse, comer, asearse, entrenar, tener expediciones, volver vivo para luchar otro día más; ya no había razón para hacerlo si lo que yo más amaba ya no está.
—Levi, despertaste, ¿Ya estas mejor? Ayer ni te peinaste ni limpiaste toda la cocina, y eso siempre la haces.—
—Sí, ya estoy mejor.—
—¿Seguro?—
—Sí. Y será mejor que corras porque hoy si tengo animos para lavarte, asquerosa.—
Ella se largo a correr, pero más alegre, se preocupo mucho por mí.
Seguí con mi rutina todo el día, hasta que llegó la noches y pude ir a dormir.
—¿No vas a cenar hoy tambien?— moví mi cabeza en negación —Pero Levi, ¡Te vas a enfermar si no comes! A Erwin no le gustaria verte así.—
—Lo sé, pero él ya no esta aquí para verme.—
Me fuí a mi habitación, no queria ver la cara de decepción de Hange, era la única amiga que me quedaba ahora.
Abraze la camisa de Erwin, la última que uso antes de irse.
Me sentía tan imbécil por decirle eso, no debí haberte dicho eso, no debí escoger al mocoso, no debí... Pero ahora en donde esta ya no tiene que vivir un infierno.
Sentí una frisa fresca a mi alrededor, puede que ya haya empezado el invierno con tu partida, mi amor.
Creo que me he estado volviendo loco
O puede que sea el estrés post traumático, según lo que suelen decir los psiquiatras.
Pero te he estado viendo Erwin, no como persona persona, sino que como una ilusión o talvez un reflejo.
No lo sé bien, pero espero que no sea solo mi mente tratando de jugar conmigo.
Oi a alguien entrar, así que escondí la camisa de Erwin entre mis cosas.
—Levi, te traje la cena. No has estado cenando y se que no estas bien, así que creí que te sentirias mejor comiendo acá.—
—Gracias.—
—De nada, descansa, Levi.—
—Tu también Hange.—
Me sente en la cama, pensando en lo mal que estaba. Preocupando incluso a Hange.
Sentí como esa especie de espiritu raro de Erwin me abrazaba. Era tan doloroso y gentil que hiciera eso.