-Nunca volvere a acompañarte a esto, es jodidamente aburrido.-
-Lo sé. Muchas gracias por acompañarme hoy, Levi.-
Realmente odiaba venir a estas fiestas de peces gordos que solo querian reirse de nosotros.
Pero Erwin me pidio que lo acompañara, y como de costumbre, no pude decirle que no.
-Cada vez que te acompaño, siento que nos ven como cosas pateticas de las cuales se entretienen.-
-Puede ser, pero necesitamos presupuesto para las expediciones.-
-Solo falta que nos pidan que bailemos para esos bastardos, son tan pateticos.-
Seguiamos caminando hasta que una mujer vino a acercarse a Erwin.
-Comandante Smith, ¿podríamos hablar en privado?-
El me miro, como pidiendome permiso, a los que le dije que se fuera.
Aunque el hecho de que se fueran no significa que no pudiera escuchar su conversación.
-Usted me gusta mucho, comantande Smith.-
-Lamento no poder corresponderla.-
-Se que busca presupuesto para las expedicones, si se casa conmigo podría darselo. Vengo de una familia adinerada, puedo darle todo lo que necesita.-
Decidi irme antes de escuchar la respuesta de Erwin. Posiblemente le diga que si, ya que necesita dinero.
Camine por las calles de esta estupida ciudad, sin saber a donde iba, porque, jodidamente, siempre sigo a Erwin a donde sea que vaya, por lo que no me preocupo por donde es.
De la nada se puso a llover. Vaya mierda. Posiblemente me vaya a resfriar por este clima de mierda. Todo esto es una mierda.
-¡Levi!-
Voltie a ver y era Erwin. Tenia cara preocupada.
-¿Por qué estás aquí? Estaba preocupado de que te hubiera pasado algo.-
-No tienes porque preocuparte, soy capaz de defender, y por si te interesa, no pienso dejarte mal ni a los demás.-
-¿Qué? No hablo de eso, pense que te había pasado algo malo. Ven acá, no te vayas a resfriar.-
-Solo queria dar una vuelta, no tenias que preocuparte por mi.-
Volvi a caminar en la lluvia. Estaba muy fría y posiblemente contaminada. Era muy asqueroso esto, pero lo prefería.
-¡Levi! ¡Ven aquí conmigo!- lo escuche gritar.
-¿Es una orden?-
-¿Qué? No, pero-
-Entonces no tengo porque hacerlo.-
Lo ignore y segui caminando por las calles. Aun seguía gritando mi nombre, pero no quería contestar, talvez mañana, talvez la proxima semana, talvez la proxima espedición, talvez nunca.
La lluvia se volvia cada vez más fuerte, tanto que me llegaba a los tobillos el agua. Estaba jodidamente empapado, estoy seguro a hasta mis huesos están empapados con esta maldita lluvia.
Ya no había nadie afuera, ni siquiera un gato. Supongo que era normal, esta gente no se expondría a la lluvia.
Escuche un chapoteo rápido corriendo hasta aquí, posiblemente sea un gato o algo así. Talvez era un ladrón o algun borracho.
Pronto senti como unos grandes brazos me abrazaban, no había duda de que era Erwin. Incluso ciego podría reconocerlo.
-¿Qué no te dije que no te preocuparas?-