—¿Por qué me odias?
—No te odio.
—Ni siquiera preguntaste el por qué de mi pregunta, sabes que actúas como si me odiaras y ahora vas a fingir que solo invento cosas.
—Es que estás inventando cosas—Me miró serio—No intentes hacerte la víctima para evadir la culpa, ya conozco bien tus mañas.
—Antes no te molestaban.
—Antes no sabía que eras así.
—Mientes—Dije mirándolo con ojos llorosos—Porque nunca he sido diferente del principio, es solo que...
—Termina la frase.
—¡Ahora mis atributos parecen los más atroces defectos!—Grité perdiendo todo el aliento.
—Supongo que...—Dijo sin mirarme—La etapa de enamoramiento pasó.
—¿Y entonces?
—Debemos darnos un tiempo.
—Quieres que me vaya.
—Quiero espacio, para ti y para mí.
—Bien, me iré.
En el fondo sí quería que Armin me detuviera, que me tomara del brazo y se disculpara, me lo merecía porque estaba sufriendo, él lo sabía más que nadie, sabía que alejarme de él me mataría pero parecía como si quisiera que muriera.
Era su casa, yo era quien se iba y él se quedaba con todo, volvería a mi antiguo apartamento en la ciudad, sola como estuve antes de él y ahora sin él.
A la salida se quedó parado esperando mi ausencia.—No puedo cargar con todo—Dije de espaldas a él—Volveré en otra ocasión a recuperar lo que queda de mí aquí.
—Está bien—Afirmó sin ningún tipo de remordimientos—Tus pertenencias no irán a ningún lugar.
"Eres mala (...)" me recordaba a gritos la voz de mi madre, yo lo sabía. Merecía el dolor del desamor más que nadie porque en el fondo era una mala persona y él buena, amable y gentil, yo no lo merecía, no importaba que tanto me esforzara jamás iba a ser digna de su amor y por eso acepté como justicia que ya no quisiera estar conmigo y decidí conformarme con Eren.
Conocí al de ojos verdes es un bar de muerte a días del rompimiento con Armin, estaba tomando como si quisiera ahogarse en el alcohol sin lograrlo y por obvias razones llamó demasiado mi atención.
Jaeger no se veía como un buen tipo, parecía un desgraciado que te haría hundir en la miseria, justo lo que yo andaba buscando. Incluso si Armin ya me había roto el corazón, no era suficiente, mi autoestima quebrada me exigía más dolor y por eso lo elegí a él.Al mes de conocernos ya me había ido a vivir con él, en su casa, ahora nuestra casa y mi nueva prisión.
—Déjame verlo.
—No hay nada raro ahí.
—¡Entonces déjame ver el maldito teléfono!
Tan pronto se lo extendí lo arrebató enojado. Sus cambios de humor me ponían loca, no sabía se me iría a besar locamente o me insultaría sin piedad. Hoy eligió ponerse celoso.
—¿Quién es ese?
—Es Reiner.
—Lo detesto, eliminado.
—¡Suficiente!—Me puse de pie. Era una mala idea pero no importó, forcé con él intentando quitarle el teléfono hasta que terminó tirándome al piso de un gran empujón.
Nos miramos, no había indignación.
—¿Te lo dije, no?—¿Vas a golpearme?
—¿Es eso lo que quieres, no?—Dijo mirándome desde arriba.
—...
—Quieres que te golpee para irte a llorar por algo. Para victimizarte, para sentir que tu miseria tiene una justificación, ¿No es así?
—¿Miseria?
—Has sido una miserable toda tu vida (...)—Escupió sin dolor— Por eso siempre necesitas de alguien, ¿Por qué otra razón necesitas amor tan desesperadamente? ¿Nunca te lo dieron tus padres?
—Basta—Hablé casi en un susurro.
—Es eso—Se puso a mi altura tomando mi cara entre sus manos—Nunca nadie va a quererte honestamente más que yo, lo sabes ¿Verdad? Y puede que no sea tu culpa pero eres así, es difícil que alguien no termine aburriéndose de ti, es difícil que alguien como tú pueda retener a alguien por mucho tiempo, es tan difícil para ti que te amen.
—Tú me amas.
—Te amo—Me dijo—Pero a veces, no sé porque...pero te odio y luego te vuelvo amar pero si eres aburridamente insoportable.
La charla era brutal, pacífica pero dura, fue la primera vez que lo vi en su forma real, desde ahí nada más me sorprendió. Claro que era abusivo y no solo verbal; No importaba de todos modos, él tenía razón, yo quería que me amaran y él era el único que a pesar de todo me amaba, sin pedirme mucho a cambio, solo que le perteneciera como ya lo hacía.
No salía mucho de la casa y casi siempre estaba desarreglada, cuando Eren llegaba desquitaba todo su estrés en la cama conmigo, no me tenía piedad, amaba cada embestida, cada mordida, cada beso apasionado, la forma de su boca chupando mi lengua, de sus manos apretándo mi cuerpo, era suya hasta el final.
Su posición favorita era degradarme a mí, le encantaba abrirme las piernas y posicionarse dentro al tiempo que con un pie pisaba mi cabeza.
¿Era por eso? ¿Por eso soportaba tanto? ¿Valía la pena? ¡Valía cada maldito gemido!Me había vuelto su víctima ideal, acomodada a sus cambios de humor, a sus deseos, por eso nos llevábamos tan bien.
—Mañana saldremos— Dijo tirándose a un lado de mí.
—¿A dónde?
—Con unos amigos míos.
—Bien.
—No vayas a pasarte de zorra y usa algo decente, no quiero tener que enojarme contigo, ¿Está bien?—Me dijo subiéndose encima de mí.
—Entonces tendrás que elegir tú la ropa—Respondí sin darle importancia dándole la espalda.
—Después del sexo te pones verdaderamente insoportable.
—...
—¿Tienes la regla?
—Sí.
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Escenarios 2 (Eren Jaeger X Lectora)
FanfictionMás escenarios de Eren Jaeger con (...). Portada hecha por @canisswife. No se aceptan copias ni adaptaciones.