Escenarios 2 (Eren Jaeger X Lectora)

3 Infiernos (+18)

Eren Jaeger era un joven inadaptado, desde su apariencia hasta su forma de pensar, todo en él lo hacía un marginado. Vivía en el mismo vecindario de (...), otra inadaptada.

(...) era hija de un comerciante y una ama de casa y hermana de 3 otros hermanos, la chica era lista, estudiaba becada en una escuela privada y se le daba muy bien. Eren era hijo del Dr. Jaeger, un joven problemático que estudiaba en una escuela pública, no por falta de recursos, más bien porque ninguna escuela privada quería aceptarlo por sus numerosos problemas y fichas.

Aquella tarde calurosa, (...) tristona en las afueras de su casa lo vio salir, había escuchado los gritos de su vecino, la voz del Dr. Jaeger recriminando a su hijo por una supuesta pelea en la escuela y él, enojado y rebelde se fue tirando la puerta en su cara ante las miradas angustiadas de sus padres y hermana adoptiva.

No pudo evitarlo, la joven lo siguió, sabía perfectamente hacia donde se dirigía él y lo siguió. Se sentó a fumar un cigarro en un columpio del parque cercano. Se veía feroz, hermoso y angelical. Él le dio una mirada rápida hacia la chica quien tímidamente se sentó en un banco fingiendo usar el teléfono.

—¿Quieres uno?—Habló Eren mirándola.

—No...no fumo.

—Que pena—Dijo y le dio una fumada a su cigarro.

Eren se miraba serio, distante y frío, la miraba de reojo cabizbaja como una simple chica insignificante. Ya la había visto algunas veces, ella sentía esa mirada que le había dado antes,  cuando las Bully en su escuela la atacaban de camino a casa. Él la miraba ser golpeada una y otra vez mientras fumaba, no le daba pena, pensaba claramente que era la ley de la vida, la chica era débil y el mundo le hacía pagar por ello.

Eren Jaeger se había vuelto un tipo demasiado duro e insensible.

(...) suspiró, se puso de pie y se dispuso a caminar cuando lo escuchó hablarle.

—¿No harás nada al respecto?

—¿De qué?

—Sabes de qué, ¿Dejarás que te muelan a golpes y ya?

—...

—Es tu culpa...deja de hacerte la víctima, no das pena.

—No intento dar pena—Dijo tranquila—Es mi vida y yo decido cómo manejarla.

—No manejas nada, eres una presa que terminará devorada.

—No importa, que así sea entonces.

Pero Eren tenía razón y ella se detuvo contradictoriamente.

—¿Qué podría yo hacer?—Dijo dándose la vuelta para mirarlo.

—Darles una lección.

Y ahí, marcó el inicio del plan.
Sentarse juntos en el columpio a charlar descubrieron que tenían más cosas en común que con cualquier otra persona, los dos odiaban el mundo casi en la misma intensidad. De a poco, los jóvenes se acercaron, él le agradaba, ella lo admiraba.

Pronto, la chica se ganó su confianza y así  al pasar algunas semanas, Eren le contó su plan.

—¿Estás seguro de esto?—Le preguntó angustiada.

Eren se levantó del columpio, se puso a su altura y tomándola del mentón le dijo:—No tienes que tener miedo, lo haremos juntos.

(...) no era tan ilusa, sabía que se había enamorado del de ojos verdes y que él era consciente de aquello, a lo mejor pensó que sólo quería usarla pero en su plan también estaba la eliminación del sufrimiento de la chica. Si él pensaba en ella, en ayudarla como nadie más quería ¿Por qué no darlo todo por él?