Capítulo VI

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Paul Brown

Después de atender a la prensa en las entrevistas que tenemos cuando acabamos el partido, llegamos finalmente al hotel. Son casi las once pasadas y, sinceramente, estoy deseando acostarme.

Una de las preguntas más repetidas por los reporteros ha sido por mi gol dedicado de hoy, pero intenté evitar responder a esa cuestión en concreto. No quiero involucrar a Lisa en esto y creo que tampoco debo dar explicaciones. Al fin y al cabo, solo somos amigos...

Sé que ella ya andará por el hotel, porque hemos estado hablando hace un rato. Le dije que me iría a su habitación cuando terminara de ducharme, porque necesito refrescarme y ponerme ropa cómoda. Aunque supongo que nos veremos también en la cena.

El míster nos avisa de que ya es la hora, por lo que llamo a Jack y a Peter para bajar juntos.

—Madre mía... Estoy que me comería hasta un búfalo—comenta Ben detrás nuestra.

Todos nos reímos de su comentario antes de empezar a comer. Cuando hago una visual del comedor, me doy cuenta de que no está ninguna de las hermanas Smith. Siempre cenamos todos juntos, pero no le doy demasiada importancia. Puede que estén haciendo cualquier cosa antes de bajar. Nosotros, mientras tanto, cenamos entre risas y vaciles, porque tenemos el ánimo por las nubes. Pedazo de victoria la de hoy. Nos la merecemos.

—Chicos, debéis acordaros de que mañana tendréis la mañana libre, pero por la tarde habrá un entreno bastante duro—nos recuerda el míster.—No podemos relajarnos ahora. Estamos en un muy buen momento. El domingo tenemos uno de los partidos más duros contra los Terriers y tenemos que jugar lo mejor posible y dar lo mejor de nosotros. Finalmente, me gustaría recalcar, que habéis estado espectaculares y que estoy super orgulloso de todos vosotros. Formamos un gran equipo. ¡Vamos a ganar!

En cuanto termina su gran charla, comenzamos a aplaudir y a vitorear por las palabras tan bonitas que nos ha dedicado nuestro querido entrenador. Pasamos el resto de la cena con normalidad hasta que mi mirada se dirige hacia la puerta y veo entrar a Rose, pero no viene con Lisa. Además, su cara de preocupación me hace estar alerta. Se acerca a su padre y le susurra algo al oído. Este se pone blanco y sale corriendo del comedor. Jack mira a Rose y ella viene a nuestra mesa.

—Amor, ¿qué pasó?¿Lisa está bien?—pregunta Jack preocupado.

—Mi hermana está fatal. Fui a su habitación para que bajásemos a cenar y estaba con un ataque de ansiedad horrible, porque el estúpido de su ex, la ha llamado por un número desconocido para decirle todo lo que ha podido. Y, ahora mismo, está hundida—susurra Rose haciendo que solo nos enteremos Jack, Peter y yo.

Joder, joder joder....

—¿Ahora cómo está?—pregunto yo bastante angustiado.

—Me ha pedido que llamase a mi padre, porque él sabe calmarla, pero creo que le hará bien que subas a hablar con ella, Paul. Sé que sabes como animarla—dice algo triste.—Pero tranquilos de verdad. Terminad de cenar con calma  y ya después os voy informando de cómo va la cosa. Yo voy a cenar algo rápido y me iré a mi habitación. Cariño, ¿te vienes conmigo?

—Por supuesto mi vida—dice Jack levantándose.—Nos vemos después chicos—se despide él antes de salir junto con Rose del comedor.

Mi cabeza no puede parar de darle vueltas a toda esta situación. Pedazo de hijo de puta. Quiero subir ahora mismo a ver como está. Quiero abrazarla y decirle que todo va a estar bien hasta que deje de llorar. Aunque no sé si ella me querrá ver... A la mierda. Me levanto de la mesa haciendo que el resto de jugadores fijen sus ojos en mí.

—Vas a ir, ¿verdad?—me pregunta Peter.

—Tengo que verla tío. No voy a dejarla así.

—Vale. Luego me mandas un mensaje diciéndome si está mejor enano. Dale un abrazo de mi parte y cuídala—dice él mientras me da un apretón en el hombro.

Te necesito conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora