Capítulo XXXI

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Lisa Smith

Siento la luz del sol ardiente traspasar el cristal de la cristalera haciendo que me desperece en la cama, pero con los ojos cerrados. Me paso las manos por la cara para espabilarme un poco y es cuando me doy cuenta de que no hay nadie a mi lado. Me parece muy raro que Paul no esté aquí junto a mí ya que suele ser él el que se levanta más tarde.
Al centrar la mirada en las preciosas vistas que tengo justo en frente, me doy cuenta de que estoy en el paraíso. El cielo está azul, sin nubes a la vista, pero hace una calor que parece que nos vamos a derretir como un helado. Doy la vuelta en la cama de tres metros para coger mi móvil y mirar la hora. Son las once de la mañana, es decir, nada mal.

¿Dónde estará este niño metido?

La ducha no se escucha y en sí la habitación esta desierta. No se oye otra cosa que las olas del mar y el dulce canto de los pájaros que se apoyan en la barandilla de la terraza. Miro WhatsApp para ver si Paul me dejó algún mensaje y, efectivamente, así es. Me escribió a eso de las nueve.

Mi niño 😍❤️:

Buenos días, mi amor❤️

Sigues durmiendo como la marmotilla que eres y, como no quería despertarte, decidí ir al gimnasio del hotel a pillar máquinas y hacer algo de cardio.

Te llevaré el desayuno a la cama cuando suba, ¿vale?

Te amo😍

yo:

Vale cari, sin problema

Yo me acabo de levantar y he dormido de puta madre en esta cama

Así que puedes venir cuando tú quieras. Aquí estoy esperándote

Y yo también te amo mi niño😍

Estamos en nuestro tercer día de <<vacaciones>> y mañana por la tarde ya nos volveremos a Los Ángeles. Estos días atrás, nos los hemos pasado visitando la ciudad. Hemos comido en gran cantidad de restaurantes y hemos alquilado barcos y nos hemos recorrido todas las playas y todas las calas de esta isla. Algunas las visitábamos mientras veíamos el atardecer desde la playa y otras mientras dábamos un paseo en kayak.

Sinceramente me lo estoy pasando súper bien y está siendo uno de los mejores viajes de mi vida. Me quedaría unos días más si pudiera, pero Paul ya tiene que volver a los entrenamientos y prepararse para el partido que tiene el día cuatro de junio contra los Rhinos. Pero no pasa nada. Pronto le darán las vacaciones oficiales a Paul, así que más le vale que lo que nos queda de verano nos volvamos a ir de escapada.

Me levanto de la cama antes de hacerme mi característico moño en la cabeza y me saco la camiseta de dormir por la cabeza. Abro el cajón para ver que bikini me puedo poner y me decido por uno color yema de huevo. Me pongo mis chanclas y reproduzco música a todo volumen en un altavoz mientras me dirijo a la terraza a tumbarme en una tumbona para tomar el solecito. Y aquí estaré, esperando a mi queridísimo novio.
Canto la canción Queen of Kings de Alessandra dándolo todo mientras siento como los rayos del sol me calientan el cuerpo. Me gustaría ponerme morena lo antes posible y, para eso, necesito estar bastante tiempo al sol aunque en verano me suelo poner muy morena en muy poco tiempo.

—Lookin' out, she calls... "Lai, la-da-di-dai-da... Who will conquer all, all?" Her name is She, queen of the kings, runnin' so fast, beatin' the wind... Nothin' in this world can stop the spread of her wings (hey) She, queen of the Kings, broken her cage, threw out the keys.. She will be the warrior of North and Southern Seas—canto a todo volumen mientras lo doy todo en la tumbona.

Menuda canción. Es una pasada la mires por donde la mires.

Veo como la puerta de la habitación se abre lentamente dejando entrar a Paul todo sudado y vestido con unos pantalones cortos de deporte y una camiseta de manga corta. Joder, es un dios griego. Se quita los cascos y los deja junto a la tarjeta de la habitación en uno de los muebles. Pone el móvil en la mesilla que hay antes de salir a la terraza y viene hacia mí mirándome con una sonrisa que no le cabe en la cara.

Te necesito conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora