8.

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Me transformé en estatua apenas y lo escuché, estaba sin moverme y todo esto me empezaba a caer de peso tan pronto, no precisamente la comida.

- Joe..

- No me digas un no, sólo dame la oportunidad.

Intenté bajar la mirada, pero su mano ya estaba sobre mi barbilla atrayéndome a él.

- Por favor. 

¿Y sí era diferente? Yo no creía en el amor, tenía mis sentimientos y mi corazón bajo un candado y uno de ellos era la regla de mi padre al prohibirme estar con Joe o cualquier otro jugador, por eso, tenía que mentirle y hacer cómo si no estuviera generando sentimientos por Joe que ciertamente me aterraban, me llenaba de miedo saber qué el podría terminar herido por la forma en que me comportaba o cómo actuaba.

- Joe, no..

Susurré alejándome de él, solté un suspiro profundo y miré hacía arriba, cómo si el árbol tuviera alguna respuesta para mí. ¿Qué otra respuesta mejor había que admitir de una vez por todas que comenzaba a sentir algo por Joe pero mi terquedad y mi miedo no me dejaban admitirlo? 

- ¿Por qué no? No tienes y no tengo nada que perder.

Rápidamente se movió posicionándose frente a mi, me tomo de las manos y me jaló suavemente para que volviera a mirarlo.

Algo que debía admitir era que con Joe me sentía liberada de tanta atadura que me rodeaba, todos los problemas que tenía se esfumaban cuando él estaba junto a mí. Kennedy dijo que era malo guardarme sentimientos y llevármelos a la tumba, pero no podía arruinar esto. No quería arruinar algo que recién comenzaba con mis inseguridades o mis pensamientos tan arriesgados sobre él amor.

- Sólo una oportunidad, sí no funciona entonces lo dejamos ir.

Frustrada, y no precisamente por Joe, tuve que mirar a todos lados, ¿estaba bien lo qué mi corazón sentía? ¿estaba bien cómo actuaba? Toda mi vida viví bajo el mandamiento de qué no debía enamorarme de ningún jugador, pero cuando vi sus ojos y lo escuché reír no sería tan fácil para mi salir huyendo de sus encantos, ¿por qué era tan difícil?

- Joe, tú sabes lo mucho que odio que..

- Que el mundo esté sobre tus hombros, pero no tienes por qué cargar con eso sola, quiero ser tú apoyo.

Está vez no decidió esperar a mi respuesta y me tomó de las mejillas para acercarme a él y besarme, un baile entre nuestros labios lento y con dulzura, por primera vez sentí que era un buen lugar para estar, cómo si fuera una habitación segura en medio de un huracán. Estaba decidida, lo quería, sí, lo quiero con todo mi corazón y mi alma, era inútil querer fingir con lo de odiarlo y alejarme de él. Estaba asustada de todo esto pero no cambiaba el hecho de que había comenzado a quererlo cómo nunca pude hacerlo con alguien más.

Nos separamos viéndonos fijamente, una risa se escapó de ambos y entonces obtuvo esa respuesta que quería de mí. "Sí" el permiso a intentar algo en un futuro y saber que tanto podían fluir las cosas, no seríamos novios al instante, sólo compartiríamos tiempo y cosas juntos. 

Nuestra velada, o más bien madrugada, terminó juntos en aquel bosque abrazados y simplemente conversando de lo qué nos gustaba, y lo qué nos hacía feliz. Saber de los planes a futuro de Joe y tener más confianza con él realmente me ayudó demasiado, aún que nuestro rato romántico terminó cuando nos percatamos que era casi el amanecer, Joe insistió en quedarse y después me llevaría a casa, Ciertamente.. ¿quién era yo para negarme?

- Podríamos ver el amanecer juntos toda la vida sí queremos.

Paso su brazo por detrás de mi y me abrazó, me acerqué a él recostando mi cabeza en su hombro, la calma que sentía estando de ese modo fue increíble, aún que pronto el sol comenzaría a dar la bienvenida a un nuevo día y tendría que despertar de aquel bonito sueño.

- Joe, mi papá nos mata si se entera que estamos juntos.

- Yo podría hacer lo que fuera por ti, bonita.

Por más que me hubiera gustado continuar con el en aquel amanecer de cielo rosado y un sol escondido, teníamos que volver a la ciudad para recuperar energías más que nada Joe para que pudiera entrenar en unas horas más tarde con los chicos del equipo.

Me dejó en casa y se aseguró de que entrará, aún que no queríamos despedirnos y parecíamos adolescentes enamorados, antes de entrar a la casa me jaló a él y volvió a besarme, lo cual era arriesgado y le importó muy poco que se lo explicará. A él no le importaba el que dirían si estábamos juntos, otra cosa que me gustó de él.

Se marchó y yo pude subir a mi recámara sigilosamente para no despertar a mi papá, quién al parecer seguía dormido o era lo que me gustaría pensar, me fui a mi recámara y ahí mismo comencé a sonreír como estúpida cuando recordé como y con quién había pasado la noche, perdí la cuenta de cuantas veces bailé en la habitación con una sonrisa en el rostro por haber estado con Joe hasta el amanecer, no me había equivocado en aceptar esa propuesta y menos darle la oportunidad a intentar algo más.

Terminé cayendo a mi cama aún con la felicidad a tope en mi rostro, ¿podía estar así siempre? enamorada y feliz con Joe, sí, tenía miedo del amor pero no podía privarme toda la vida de sentir lo qué prometían ser tan bello. Sí salía mal o bien, sería problema de la Elisse del futuro, mientras tanto, hoy tenía mucho por asimilar y no quería hacerlo triste.

Envié un mensaje cariñoso a Joe y también una foto, sólo mi cara con un puchero. Después apagué mi teléfono y me recosté a dormir, esa mañana o hora que dormí, soñé con Joe y su forma de ser que para mí era más que perfecta. Para mí Joe se podría convertir en mi todo y eso me daba miedo justamente, el hecho de perderlo algún día y quedarme sola, sin él.

Uh oh, I'm falling in love
Oh no, I'm falling in love again
Oh, I'm falling in love.

Labyrinth. 𝄄 Joe Burrow.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora