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Di mi nombre en la recepción del restaurante en el que íbamos a almorzar con Enzo. Esa mañana me habia enviado la dirección.
—Es por aquí—dijo la recepcionista en un inglés casi perfecto para después guiarme por casi todo el restaurante. Nos detuvimos en una puerta y ella me dijo que era ahí.
Gire la perilla de la puerta con desconfianza ¿Qué clase de restaurante tenia un espacio asi?. Al abrirla lo primero que note es a Enzo sentado en una mesa redonda junto con Olivia en una silla para comer.
—Hola Rubia—saludo el futbolista y se acerco a ayudarme con la silla para después volver a su lugar—Perdón por Oli. Le pedí a Valen que cambiemos el día asignado pero ella ya tenía planes.
—No te preocupes—lo tranquilice—No me molesta.
Mientras miraba la carta del lugar sentía la mirada directa de Enzo haciendo que me sonrojara un poco. Agradecía mentalmente a que la mesera llego haciendo que la mirada de él se desviará a ella.
Él se pidió un pedazo de carne con papas fritas y yo pasta con boloñesa.
—¿Algo para la bebé?—pregunto la mesera en español mientras escribía lo que habíamos ordenado antes.
—No, gracias—le contesto y después pidió un vino junto con una botella pequeña de agua.
—Hola Oli—salude a la bebé al notar que ella me miraba de reojo.
—Hola—saludo con voz aguda pero cortante y siguió jugando.
—No suele ser muy sociable—dijo Enzo intentando explicar la actitud de su bebé—Solo va con las personas cuando Valen o yo le decimos.
Eso explicaba el porque la bebé no había llorado o tratado así cuando la vi por primera vez.
—Entiendo.
Enzo y yo nos sumimos en una charla amena mientras esperábamos la comida. Nos hacíamos preguntas random para conocernos y la verdad es que me estaba divirtiendo con algunas anécdotas contadas por el futbolista. Cuando la comida y bebida llego hizo que la conversación se cortará.
