5. Revelación

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Mariana ya no tenia noción del tiempo. El chico lleva tanto tiempo prisionero de aquel sujeto que ya no sabe que dia está. Los castigos de aquel hombre vuelven entre momentos que este se enoja o que llega de mal humor. El hombre lo iba a visitar en lapsos de tiempo indefinido, si fuera claro, diría que a veces son días o semanas, pero no está seguro de eso. Siempre le deja agua y comida, pero esta ultima vez... el hombre estuvo tan furioso que lo dejó esposado, con los brazos colgados. Dejándolo así desde la ultima vez que fue, sin oportunidad de tomar agua o de comer. 

- Maldición como te odio. ¿Por que te quedas callado? - Dijo aquel hombre llegando furioso al cuarto donde tiene preso al chico desde hace meses. Este voltea a verlo, como mantiene sus ojos cerrados y lo golpea con la palma en el torso. Ve que este no reacciona haciendo que se preocupe. - ¿Mariana? 

El captor se preocupa por su victima al notar que no reacciona, que sus ojos se mantienen cerrados. Lo desata y el cuerpo del chico cae al suelo. El secuestrador preocupado lo levanta, revisando su pulso que es debil. Esto lo preocupa demasiado e inmediatamente lo acuesta sobre la cama. El chico comienza a revisar su temperatura notando que es normal, pero se ve algo pálido. Inquiero sale del cuarto para buscar en la enfermería de este lugar un par de medicinas y un suero. El sujeto había tomado medicina básica en el pasado y sabe como tratar la inanición de Mariana que él mismo provocó. El monstruo no es capaz de matarlo. Deja todo preparando y clavando agujas en el delgado brazo de Mariana conecta el suero para que pueda ingerir líquidos y recuperarse, colocando un dedal al joven ahora conoce el pulso del chico. Su pulso en el electrocardiograma es normal, si él hubiera llegado un dia más tarde esto hubiera terminado de otra manera, seguramente hubiese muerto. 

Ver aquel chico medio muerto lo sacudió, no puede evitar ver ahora todas las marcas tiene en su cuerpo, todas causadas por él. Odia a Spreen, todo lo que tenga que ver con él y que siempre consiga el amor que él nunca ha podido tener. 

Tras un par de horas Mariana despierta. Los dolores que tenia ya no están como antes, ahora está muy cansado, pero no le duele el cuerpo como antes. El pobre omega no reacciona bien, en la orilla del cuarto, hecho bolita sujetando su cabeza ve aquella persona, se mueve de forma histérica. 

El chico voltea a ver que Mariana ya despierta y se acerca a este viéndolo. Mariana quiere mover su rostro por miedo al ver como la mano del chico se acerca, pero esta se pone en su frente. El chico lo ve con un rostro muy serio, despues de eso sale del cuarto dejando la puerta abierta. Mariana ve su tobillo dándose cuenta que está encadenado. El chico intentaría escapar, quitarse aquel grillete, pero su cuerpo se siente tan cansado que no podría ponerse de pie para correr. Por la puerta ve como el chico vuelve a entrar con una charola. 

- Sientate, tienes que comer. - Dijo aquel sujeto de aroma fuerte viendo al chico. Al notar que el joven no puede deja la charola para ayudarlo, parece que se encuentra genuinamente preocupado. - Ten, come es sopa.

El plato es una sopa de pollo, todavía tibia con verdura y unos fideos, era de lata pero fue preparada para mejorarla. El omega se queda viendo aquella sopa se pregunta si se encuentra envenenada, es muy probable que lo sea. Una vez le trajo una pizza y resultó que en lugar de salsa de tomate era únicamente salsa picante en toda la pizza y lo obligó a comerse toda la pizza mientras lo veía y se reía. 

- Es segura mira. - Dice el chico tomando una cucharada de la sopa y comerla como si nada. Se espera unos segundos, vuelve a comer otra y sigue de pie como si nada. - Ya come. Debes recobrar fuerzas.

Mariana todavía con dudas comienza a comer esa sopa, era deliciosa, el sabor de las verduras combinadas con el pollo. Si era su ultima cena la disfrutará hasta el final. Cuando termina de comer aquel mismo sujeto se lleva el plato. Mariana no comprende ese cambio de actitud tan grande en la persona que lo ha tenido capturado y recluso de su libertad por tanto tiempo.

Al volver el chico Mariana lo ve todavía con miedo, lo ve directamente a los ojos mientras camina hasta la pared, de esta abre las cortinas, por primera vez en mucho tiempo Mariana en mucho tiempo volvió a ver la luz del dia. Vio que se encontraba muy lejos, cerca de un bosque, en el patio puede ver un alimentador de aves donde varios colibríes toman agua tapidamente y vuelven a salir volando en cuestión de segundos. Las aves toman el polen de unas caléndulas que están en toda la casa. El patio simplemente hermoso. El sujeto se sienta nuevamente en el suelo, recargado en la cama de Mariana, mueve su cabeza y se queda viendo al chico.

- ¿Por qué me salvaste? - Pregunta Mariana con la duda del porque su captor le salvó la vida despues de varios días casi matándolo.  

- Pensé, de verdad pensé en que sucedería si murieses, pero no soy capaz. No soy capaz de matar a una persona. - Dijo el chico respirando con fuerza. - No soy un maldito asesino. No soy tan cruel como tu crees. 

- Quizás suene algo trillado, pero estoy seguro que eres una buena persona. Solo que hay algo que no te deja en paz. 

- Quizás por mi naturaleza. Despues de todo, soy un delta. Mi destino siempre ha sido ser un monstruo, mi padre me lo dijo. 

- No creo que seas un monstruo, durante todo el tiempo que te he conocido siempre has sido una persona muy amable. Lo que tu padre te háyase dicho no marca tu destino.

- Siempre he sido lo que él quiere, despues de todo. soy su hijo un sujeto que apesta a vinagre y debe ocultar su aroma para no ser un error para la sociedad. Como tu lo hacías por ser un omega que no luce como debería.

Los dos chicos se voltean a ver. Por un momento ambos ven esa conexión que existe, el hecho de ser de un genero distinto al que se supone deberían lucir. no ser lo que la gente espera y ser únicamente un error de la naturaleza. Sin embargo, Mariana ya no tiene porque ocultarse. Se siente libre, se siente feliz de amarse a si mismo y amar a Spreen. Algo que su captor nunca ha podido experimentar en su vida. 

- Yo no ocultaba mi aroma por ser alto o no ser tan adorable como un omega. Yo me ocultaba por temor a los alfas. Tú te has ocultado todo este tiempo por que te han dicho que lo hagas, pero deberías por ti mismo primero Late. 

Buscando un Aroma PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora