1. Entre acto

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Carrera se encontraba viendo las nubes en el cielo. El invierno se vuelve a aproximar. Desde aquel dia en la preparatoria nada volvió a ser igual. Despues de haber tenido ese ataque mental su vida no fue nuevamente igual, las citas con el psicólogo se encontró  mentalmente, en aquellas sesiones logró darse cuenta de todos los errores que tuvo durante su vida. 

Como las ideas de otras personas marcaron su vida a tal grado que no pudo aceptarse a si mismo teniendo siempre presente que las ideas de los demas es lo más importante  que sus propios gustos o personalidad no son importantes al fin y al cabo. Durante sus citas logró encontrarse y aceptar que hizo daños a personas inocentes como lo fueron Mariana y Robleis. Sin embargo, lo que siempre piensa es lo difícil que es pedir perdón. Usar las palabras correctas para que la persona comprenda que sinceramente se siente arrepentido del error que cometió. 

Tiene sus disculpas escritas, desde hace mucho las escribo para decírselas cuando los vea, pero cuando se encontró listo para hablar con Mariana, para disculparse por haberlo dañado, Mariana desapareció. El chico no pudo disculparse con Mariana en aquel momento y ha deseado que vuelva, porque él conoce lo buena persona que es el alto omega. 

Por otra parte estaba Robleis. El chico pidió cambio cuando estaba en la pasantía debido a que el omega de aromas puros e inocentes no quería ver a Carrera a los ojos. Carrera logró ver a Robleis un par de veces, pero este esquivaba el contacto visual siempre viendo hacia otro lado. El omega dominante no buscaba intimidar al chico, no quería decirle algo incorrecto y siempre se mantuvo esperando a que fuese el momento idea para hablar. El chico se mantenía en su cabeza pensando que sucederá en el momento que hable con Robleis.

Ahora el chico se encontraba viéndolo. Carrera conoce donde trabaja actualmente Robleis sabe que trabaja en un café donde el chico es bartender. Como la tarde de hoy, Carrera se encontraba viendo al omega que está preparando cafés. El chico se encuentra viendo atreves del vidrio, afuera bajo la noche y con la nieve que comienza a caer. El omega con aroma a fresa y menta se queda viendo si debería entrar o no a disculparse con Robleis. 

Pensando en todo el tiempo que ha pasado el chico abre la puerta del café para entrar. El chico siente el confortable aroma del café. El chico obligándose a caminar llega hasta la barra para pedir su bebida, llegando directamente con Robleis. Los dos omegas cruzan miradas, sus aromas son liberados de forma inconsciente mientras sus latidos se detienen por la emoción de estar delante del otro despues de tanto tiempo. El fresco aroma a menta y fresa se abraza con el aroma a mango y rosas blancas de Robleis. Los dos se quedan viendo sorprendidos que se hayan vuelto a encontrar. 

- Ho-hola. - Dice Carrera apenas pudiendo hablar de lo nervioso que se encuentra de tener al chico de lindos ojos marrones delante suyo.

- Hola. - Dice Robleis aun sorprendido, pero tornando la esquina de su labio en una sonrisa que hace que el joven de ojos claros delante suyo se sonroje. - ¿que le gustaría ordenar el dia de hoy? 

- Ah si... me gustaría pedir un café de caramelo frio... grande. - Dice el chico viendo al joven delante suyo. 

- Perfecto, puede tomar asiento en un momento le llamamos. - Dice Robleis todavía con una sonrisa. 

- ¿Puedo sentarme aquí en la barra? - Dice Carrera nervioso. 

- Si, claro. Por eso están las sillas. - Dice el chico delante suyo todavía con una sonrisa.

Carrera se sienta y no puede evitar quedarse viendo al chico, siente como sus manos sudan por los nervios de estar próximo al omega tan apuesto. El chico se da cuenta de los nuevos tatuajes del omega, aquel tatuaje en su cuello que lo deja hipnotizado. El omega le da su café viéndolo con una sonrisa y dejándolo todavía más sonrojado. La actitud calmada del omega lo sorprende mucho más. 

Buscando un Aroma PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora