Los Cullen

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2 días después de mi llegada a Forks

Aurora

Ya tenía todo listo, mañana entraría a clases y aunque ella fuera una persona extrovertida, se sentía un poco nerviosa y melancólica, sería su primer día de escuela sin su mamá, los primeros días de escuela eran especiales para ellas dos, su mamá tenía la costumbre de levantarse temprano y hacer mi desayuno favorito y cuando ella llegaba su mamá siempre tenía mis dulces favoritos y una taza de té lista para que su hija se sentara y le contara sobre su día, dios... cuanto la extrañaba.

Después de revisar que tenía listo unas dos veces más, se puso pijama y se fue a dormir

al día siguiente

me desperté por el sonido de mi alarma, rápidamente me levante, me bañe y me vestí, para luego bajar a comer algo y lavarme los dientes, revisando si tenía todo, me gire por un momento, observando la casa en silencio, ella ya no estaba pero aun así...

-Adiós mamá...-dije en un susurro, esperando que adonde sea que ella este me escuchara.

Salí rápidamente y me subí al auto, mientras conducía pensaba en el extraño presentimiento de que mi vida iba a cambiar

al llegar y estacionarme, sentí los ojos de toda la escuela mirándome, por lo que supe no había una alumna nueva desde Isabella Swan, hija de Charlie, él me hablo un poco de su hija cuando nos encontramos en esa cafetería, él dijo que le hablaría de mí para que ella pudiera ayudarme a acostumbrarme como alumna nueva.

Quedándome unos momentos dentro del auto y mentalizándome para un día lleno de presentaciones, salí rápidamente y entre al instituto.

Sentía todas las miradas en mí y uno que otro susurro poco disimulado, tenía que acostumbrarme por ahora, además tenía cosas más importantes que hacer que pensar en lo que dirán, como encontrar el gimnasio, ¿qué tan difícil podría ser?

Pasaron 15 minutos sin encontrar la maldita sala, mirando fijamente el mapa que la amable secretaria me dio para poder ubicarme.

-tú debes ser Aurora Sallow, ¿verdad? La chica nueva- me pregunto un chico bajo con aspecto asiático, aunque realmente no era una pregunta, después de todo era un pueblo pequeño, todos se conocían entre todos- Soy Erick, los ojos y oídos de este lugar, lo que necesites, un amigo, un guía, para lo que necesites, estoy a tu servicio -dijo con una sonrisa amigable en su rostro

-Bueno, Erick, es un placer conocerte, ahora..., ya que te ofreciste tan amablemente, podrías ayudarme a llegar aquí- le mostré mi horario de clases- tengo que ir al gimnasio, pero no tengo idea de donde queda... ¿Podrías guiarme, por favor?- le mostré una amable sonrisa lo que provoco que el chico se pusiera un poco timido-

-s-será todo un placer, sígueme -respondió el chico con timidez- 

Llegamos rápidamente al gimnasio, mientras él me guiaba por el instituto, además de ofrecer que me sentara con él y sus amigos, el día no estaba tan mal después de todo, pensé contenta.

Después de unas indicaciones del profesor y de cambiarme para poder jugar voleibol, odiaba esto, me refiero, ¿a quién se le puede ocurrir ponernos educación física a la primera hora del día? No es que fuera mala en los deportes, de hecho era bastante buena, pero era demasiado temprano como para poder coordinarse bien.

Después de una larga hora de jugar voleibol, rápidamente me di una ducha y salí, lista para la próxima clase, que era... Trigonometría y Cálculo.

-entonces debería estar a la derecha, ¿verdad?- murmuré mientras me ubicaba, logrando ubicar el aula, rápidamente toque la puerta y mientras me asomaba fui recibida por un profesor quien tenía alrededor de unos 30, pelo castaño y ojos celestes, quien al verme dio una gran sonrisa

Pieza faltanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora