03|¿QUÉ HICISTE CON ÉL?| Naiara

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Al abrirle la puerta me hago la enfurruñada y él estalla a reír y me revuelve el pelo, sacándome una sonrisa que no ve. Luego vamos a la cocina y le señalo donde le aguardaba su café y se sienta.

En la silla que nunca cedo pero no sé por qué, a él solo le doy una mala mirada y el frunce el ceño, preguntando.

— Nada.

Se encoge de hombros y bebe del café, yo decido seguirle los pasos y beber de lo mío y me siento, en la silla del otro lado de la mesa.

— ¿Y eso que me has invitado en vez de matarme?

— Nos llevamos a matar, pero no te mataría.

— ¿Ahora la bufitas me quiere?

— Mamón— le respondo mirando al techo enfadada por el estúpido mote.

Cuando termina, se levanta y lo deja en el lavavajillas y me mira.

— ¿Qué?

— Tengo que irme...

— Bueno, te acompaño abajo.

Asiente y salimos de casa, casi olvidándome de las llaves, pero no, vamos al ascensor y tarda en llegar, después; cuando abre, me meto y pongo planta baja, cuando entra justo cierra puerta y suspiro de los nervios que me ha hecho pasar.

— ¿Te has preocupado?— mira atento a mi respuesta.

— Espérame nena.

Lo miro de lado y me encojo de hombros, saliendo al portal, cuando sale, una brisa nos atrapa y yo me estremezco. Él me mira y sonríe.

Luego nos despedimos y me susurra un gracias que me eriza la piel y se va, con un hasta mañana en su espalda.

Cuando subo a mi piso, me tiro en el sofá y respiro profundamente... Que habremos liado... Me llega una notificación de un mensaje de Gabs y me río con su ocurrencia.

— ¿Qué has hecho con él?

Decido llamarla y me lo coge al segundo timbrazo.

Me río cuando descuelga y me habla.

— No hemos hecho nada, tampoco nos hemos matado.

Hablamos un poco más de la quedada, le nombro al maldito apodo y la cabrona, se parte el culo de risa en mi morro. Luego al colgar, decido cenar y pido pizza.

Cuando llega, me siento en el comedor y me pongo 101 dálmatas y ceno mirando pelis.

Cuando termino, siento que llaman al timbre y me desespero, pero me acerco, cuando escucho a Zorie, me pongo nerviosa.

Le abro y me abraza, sin intercambiar palabras entre nosotras; cuando se calma un poco, le pido que le pasa y me cuenta, que Hunter, la ha desplantado y la consuelo, invitándola a dormir de paso.

— ¿Has cenado reina?— niega.

Me levanto y le ofrezco una mano.

— Ven.

Cuando se levanta, vamos a la cocina y veo que le ofrezco y a ella le apetece.

—¿Te cuento como ha ido el día hoy a ver si te distrae?— encoge los hombros y asiento.

Le cuento y me pregunta que hice con él, le cuento el final y me dice que quizás podemos sentir algo. La tomo por tarada pero me lo repienso.

—¿Zorie?

—Dime.

—¿Qué ha pasado realmente?

—¿Es que no me crees?— pregunta dolida.

—Si te creo, pero necesito que me lo cuentes todo, no solo por tu dolor.

Asiente.

—Mañana Nai.— asiento y le doy las buenas noches.

509 palabras.

Una Mochila de Besos ❣️Mireia Campdelacreu Ortega❣️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora