I

5.3K 337 152
                                    





Su cuerpo ardía como si estuviera cubierto de las llamas mas ardientes de la tierra, de pies a cabeza salían ese calor, aparte de ello, sentía pesadez en sus extremidades que lo dejaron congelado, quieto.

── Despierta.

Sus ojos se abrieron de golpe para sentarse, su respiración era irregular junto a su corazón que palpitaba con miedo y pánico en su pobre pecho, parpadeo varias veces para procesar donde estaba, sin pensar mucho se levantó de la cama, tropezando con su manta que se enredó en su pierna, sentía el ardor en su mejilla, aún así se coloco de pie para ir al interruptor, dejando ver la habitación bien decorada, amueblada, no entendió eso, ¿Dónde demonios estaba?, definitivamente no era su casa pero ¿cómo era su casa?, dudo completamente de su memoria, ¿por qué no recordaba?, ¿por qué le dolía tanto la cabeza?, negó bruscamente para concentrarse.

No pronunció, ni hizo algún ruido, al contrario, camino en completo silencio, estando descanso en el suelo forrado con alfombra de color azul claro, la casa parecía infantil, colorida, le había doler los ojos, no se sentía seguro, bueno quien lo estaría, ponerse en su lugar era estar confundido y desorientado, cómo un niño sin su madre en medio del parque, así se sentía, al llegar a la puerta, esperaba alguna especie de trampa, algo que lo hiciera volver a dentro pero al contrario, solo vio un bosque lleno de colores y vida en el, mariposas que revoloteaban por la zona, posando en las flores de distintos colores, el cielo de perfecto color azul que no poseía casi nubes para arruinar el día, el aroma a hierba fresca inundó su nariz, agradable aroma.

A lo lejos de su hogar, si es que podía llamarlo hogar, había mas casas, unas cuantas, realmente pocas para decir que era un pueblo o una ciudad, su hogar estaba a minutos, pasando la arboleda, desconfiando pero obstinado a conseguir respuestas, salió de la casa, no sin antes ponerse las pantuflas de color gris que encontró a lado de la puerta.

En su caminata, se preguntaba su nombre, no solo como llegó ahí, sino también cual era su propósito, su cabeza se negaba a dar esa información, sentía vergüenza al no saber su nombre, suspiró rendido, el lugar no era tan malo como su corazón decía ser, pero no evito seguir en guardia.

── ¡Quizás llueva, el día está muy lindo, lo puede arruinar una lluvia!. Escuchó una voz femenina adulta gritar preocupada y paranoica sobre el clima.

Miró al cielo frunciendo el ceño, ¿cómo iba a llover si la única nube que había era pequeña?, bueno, no debía juzgar el tamaño, no por ahora.

── Tranquila Poppy, solo es una nube.

Al ver a las dueñas de esas voces, quedó sorprendido, definitivamente el lugar iba de sorpresa a mayor sorpresa, había una especie de ave, gallina o avestruz, desconocía la especie pero era alta, sus piernas le daban esa altura, llena de colores y plumas, sin dudas algo que no vería de nuevo si se iba del lugar, por su parte, había una joven Rubia, pelo esponjoso amarrado y bien peinado, vestido rosa y zapatos oscuros, algo infantil su atuendo pero quién era él para juzgar.

Repentinamente notó el silencio, saliendo de sus pensamientos vio a las mujeres acercarse a él, preocupado miró a sus costados para irse pero ya era tarde, ya le hablaron.

── ¡Hola nuevo vecino!. Saludo cordialmente la joven rubia.

── Así que este es el nuevo vecino, ¿uhm?. Habló la pájaro examinando al joven de pies a cabeza. ──¿qué eres exactamente?.

── ¿Vecino?. Murmuró mirándolas, no tenía de otra, debía seguir el juego. ── ¡Claro!, un gusto soy.

Allí se detuvo, no sabía su nombre, ¡Su nombre!, pensó una y mil posibilidades pero su mente solo le dio una.

── ¿Eres?. Preguntó la pelirubia.

──Darwin. Soltó de la nada, era un nombre muy común, pero le servía hasta saber su verdadera identidad.

── ¡que hermoso nombre!, Soy Julie y esta bella dama es mi amiga Poppy, aveces se pone algo loca por tonterías, te acostumbraras.

La mas alta se mostró ofendida, alzando la cabeza para girarse sobre sus talones e irse sin decir una sola palabra.

── ¡Era broma, Poppy, te quiero siendo loca incluso!. Dijo la chica para correr detrás de la ave. ── ¡Adiós Darwin, luego hablamos!.

Se despidió agitando su brazo, no le dio tiempo de hablar, siquiera preguntar, solo se quedó allí, quieto.

── Te vas a acostumbrar a la energía de esas dos. Escuchó de repente una voz detrás suyo, pegando un pequeño grito se giro para mirarlo. ── Lamento haberte asustado.

Quería maldecir al extraño de voz amargada pero se calmó, sonrió falsamente, no podía ser grosero.

── Tranquilo, no me molesta. Respiró profundo para calmarse, el sujeto era gris y una voz muy diferente a la de su aspecto, que rareza la gente de aquí.

No podía negar una cosa, eran agradables.


















—  —  —  —  —  —  —  —

• ¡Welcome Home!.

• Espero les haya gustado, tranqui gente, Wally aparecerá.

• Una cosa mas que aclarar, no es una historia de amor normal, Wally no siento amor por nadie mas que consigo mismo, que él decida tener tu atención y ser egoísta, no es amor, no romantices sus actos.

• El protagonista es el único humano del lugar.

• Wally es bastante caprichoso cuando quiere algo, bastante agresivo también pero jamás lo dejará ver.

• Algo mas, Wally sabe todo del protagonista, incluso su nombre, Wally sabe demasiado.

¡Bienvenido Vecino! | Wally × LectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora