𝓑 𝓐 𝓑 58

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Observo como Denver le quita las esposas a Gandía, mientras Tokio le apunta directamente a la cabeza con su pistola

- ha llegado tu momento. Ahora vas a ser dueño de tu destino: vida...o muerte. Hemos reconectado tus aparatitos. Vas a llamar a la carpa, vas a hablas con Tamayo y le vas a decir que has matado a Nairobi...hijo de la gran puta. Y que me has matado a mí. Todavía no hemos descubierto la habitación del pánico, pero estamos a punto de hacerlo. Que vas a salir y que llevas una radio. Al lio

Él se gira lentamente, mientras analizo lo que hace

Claro que la va a cagar

Toma el teléfono y lo coloca sobre su oído

- soy Cesar Gandía. Jefe de seguridad del gobernador del banco de España... ¡Esto es un engaño! ¡Me han atrapado! ¡Quieren tenderles una trampa!

Sonrío, negando con la cabeza

- les dije

- Gandía, soy el profesor. Sabíamos perfectamente que ibas a hacer esto, pero esta ha sido la única oportunidad que has tenido para equivocarte. La siguiente llamada la vas a hacer directamente a Tamayo, y si vuelves a hacer lo mismo...

- pensá en tu hijo Juanito – Palermo susurra burlón

-...Tokio te ejecutará ¿Me oyes, Tokio?

- alto y claro

- escúchame, Tokio. Colgaras y le ejecutaras. Pero me gustaría que entendieras una cosa, Gandía. Tú ya no puedes vencer. Ya has perdido ¿no lo entiendes? La única heroicidad que te queda por hacer, es volver a ver a tu esposa y a tu hijo. Si no, te perderán

- al lio

El cuelga, y vuelven a hacer la llamada

- Coronel, estoy en la habitación del pánico, pero están a punto de descubrirla...He eliminado a Nairobi y a Tokio. Voy a cometer otra incursión. Llevare una radio, le doy la frecuencia: 462.662

Deja el teléfono en su base, y me acerco para tomarlo por el traje con algo fuerza

- con nosotros

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- Boston, Lisboa está en camino. Cuenta atrás, ya – recién la voz del profesor se escucha por la radio, Palermo, Tokio y Helsinki preparan sus armas, comenzando a disparar hacia el techo

- ¡a correr!

Emprendemos camino hacia el techo, simulando una persecución

- Gandía, responda – la radio suena, con la frecuencia de la carpa

- aquí Gandía – murmuro sin detenerme, esperando a que repita todo lo que digo

- aquí Gandía

- me están acorralando

- me están acorralando, señor. Estoy un poco ocupado

- ¡sube! – llegamos a las escaleras, y lo obligo a seguir con el mismo ritmo

- ¿Dónde está? ¿Le podemos dar fuego de cubertura?

- negativo

- negativo, coronel

- voy a la azotea

- me dirijo a la azotea

- solicito evacuación

El repite, comenzando a respirar con rapidez

- ¡aguante, Gandía! ¡Aguante!

- tengo un M16 y tres cargadores. No sé el tiempo que podré resistir

- listo el humo – Palermo informa

- han hecho fuego

- están prendiendo fuego. No veo nada

- aguante, Gandía. El helicóptero está en camino

Seguimos corriendo, comenzando a escuchar el movimiento al exterior del banco

- salga a la azotea. Le cubrimos

- imposible. Hay explosivo plástico en la puerta, RDX

- describa el dispositivo

- cable azul cebador

- hay un sensor de movimiento y un cable azul cebador

- córtelo

Dejamos pasar el tiempo en el que llegamos hasta arriba, encontrándonos con mi hermano, Estocolmo, Denver y Bogotá

- Cable cortado

Denver se prepara para salir

- voy de negro. No disparen

- voy de negro y con pasamontañas. No disparen

Denver sale disparando en cualquier dirección, seguido de Estocolmo y Rio, quienes lo ayudan a pretender aquella guerra

- Boston, ya

Suelto a Gandía, preparando la pistola para disparar hacia los policías que estén en la posibilidad de dispararle a uno de los nuestros

Ubico a uno, y cuando noto la forma en que pide permiso para disparar, lo hago yo primero

El helicóptero no tarda en llegar, tomando lugar en la azotea. Deja caer un cable, por el cual una figura vestida de policía baja rápidamente

Escucho movimiento a mis espaldas y alcanzo a ver como Gandía se zafa de los brazos de Palermo, tratando de huir

Bogotá es más rápido, y termina acorralándolo contra la pared, antes que nada. Me tiento a sacar mi arma de mano para colocarle un disparo en la sien, pero Bogotá en un movimiento rápido, lo golpea fuertemente contra el barandal, dejándolo inconsciente

Me aseguro de que Bogotá este bien, y para cuando mi atención vuelve hacia afuera, solo alcanzo a abrir la puerta, dándoles paso

El silencio nos inunda, hasta que tanto Denver como Lisboa se quitan los pasamontañas

Mierda. Lo hicimos

Mi hermano es el primero en reaccionar, soltando un grito de victoria

Me lanzo a darle un agrazo, tomando el radio

- ¡profesor, Lisboa está con nosotros! ¡Repito: Lisboa está con nosotros!

- escuchadme...esta guerra la vamos a ganar

- por Nairobi – Lisboa murmura

- por Nairobi – le secundo, asintiendo hacia el resto

- ¡Por Nairobi!...

Por primera vez, después de todo este tiempo, las cosas me caían en cuenta

Estábamos atracando el banco de España

Habíamos perdido a Nairobi

No teníamos ni idea de lo que podía pasar en un futuro, porque todo era una puesta en escena

Todo podía cambiar, pero por un momento, nos sentíamos unidos

Sentíamos que podíamos con todo

Pero algo nos haría caer en seco y la guerra, tendría que continuar 

𝗗𝗲 𝗕𝗼𝘀𝘁𝗼𝗻 𝗮 𝗕𝗲𝗿𝗹𝗶́𝗻 | La Casa De PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora