𝗗𝗲 𝗕𝗼𝘀𝘁𝗼𝗻 𝗮 𝗕𝗲𝗿𝗹𝗶́𝗻 | La Casa De Papel

𝓑 𝓐 𝓑 23

La inspectora entra en el "salón" dentro de la casa de Toledo

-- la habitación oeste parece ser un aula. Taburetes, pizarra...no hay presencia humana

-- inspectora, hemos encontrado algo

-- que no entre nadie en el aula, que no sea de la científica- ella pide

Ellos caminan hasta el piso de abajo. A el comedor, siendo específicos

-- inspectora- un hombre la interrumpe- la cocina y el baño están llenos de restos

-- acompañeme

Ellos llegan a el comedor

-- ¿Que es eso?

-- los registros de compra que robaron en la farmacia de Palomeque

-- joder- ella suspira, con una sonrisa- la persona que les ayuda desde fuera, ha estado aquí y hace menos de 30 horas.
Poned vigilancia en las carreteras colindantes.

-- atención, corten todas las carreteras en 10km a la redonda. El sospechoso puede estar cerca, repito, el sospechoso puede estar cerca

El profesor observa todo desde el auto, "esperando" a Raquel

La inspectora comenzó a segregar adrenalina y cortisol. Su ritmo y su presión sanguínea aumentaron, al igual que una leona segundos antes de cazar a su gacela. Estaba exitada y sentía el aliento de su presa muy cerca.

Una mujer llega hasta la inspectora

-- tenemos hasta 8 tipos de huellas diferentes. Una de ellas ya ha sido cotejada. Pretence a Valentina Cortes, alias Boston

Raquel suspira

Raquel no podía parar de hacerse preguntas. ¿Eran realmente aquellas pruebas un hilo de el que tirar, o de nuevo una vía muerta en la que atascarse?

-- esto no tiene ningún sentido- ella sale de la casa

¿Recuerdan que dije "podría"? "El plan, PODRÍA estar en peligro" pues claro, era solo tensión para ustedes espectadores

Ella estába en lo cierto, por qué el profesor había planeado minuciosamente llevar hasta Toledo a la policía, por lo que había dejado una fantástica escena de el crimen digna de un Oscar y llena de ADN de gente que nada tenía que ver con el atraco

Con lo que no contaba el profesor, era con volver y dejar las huellas de aquellos que la policía ya tenía identificados. Berlín, Río, Tokio y yo

Y ya de paso, desconcertarlos con unos boquerones y los papeles de la farmacia

Lo único que pretendía, era llevar a Murillo a una vía muerta en la que perdería al menos, tres días

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Tres días, muy productivos para nosotros, por qué dan para mucho cuando se imprimen billetes a ocho millones por hora. Sobre todo, con la ayuda inestimable de los rehenes

-- venga chicas- las animo- esto lo necesito contado, en media hora

Veo a Alisson, quien se ve más que obligada

<<Por qué lo estaba>>

-- ¿A ti que te pasa? Despabila, cari. Mira- señalo a Monica- ve la sonrisa con la que trabaja la gente. A trabajar! Que el trabajo dignifica, joder!

Convertidos en cómplices y con la ilución de recibir algún día por correo postal un millón de euros

Tomo una de las bolsas de billetes y la llevo hasta la cámara uno, encontrando a mi hermano en el camino, e intercambiando miradas cómplices