Día 26

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Cumpleaños

—Buenos días, Sonic.

—Eggman...

El destino y su espectacular forma de sorprender a uno. No había duda que entre tantas posibilidades existentes, ahora estuviera el Doctor Eggman parado enfrente de su hogar —el apartamento de Shadow— con una gran sonrisa y esos dos robots creación del villano detrás de él. Fue impactante, pero más aún extraño.

Se aseguró de no estar soñando, analizó detenidamente la presencia del humano en repetidas veces, convenciendo a su propia mente de que esto era más que real y no una fantasía. Eggman pestañeaba sin quitar la mirada del erizo y esa tétrica sonrisa que tenía encima. Aquí era cuando Sonic le dejaba entrar por cortesía, pero eso no parecía suceder, y probablemente ni siquiera se le ocurría hacer ese azul.

—¡Feliz cumpleaños! —tarareó y los dos robots lanzaron confeti por todo el lugar—. ¡Cubot, el regalo!

El pequeño robot obedeció y entregó la canasta llena de frutas y envuelta en papel celofán. Sonic a pesar del trance en el que se encontraba, fue casi por instinto que sostuvo del regalo que Cubot le extendió.

—Señor, parece que lo sorprendimos, justo como usted dijo —comentó Orbot hasta su creador.

—Así es, sabía que mi sorpresa jamás fallaría —llevo ambas manos hasta sus caderas, una gran pose de orgullo por lograr su cometido.

Después de unos momentos más de proceso, recapacitó de inmediato y parpadeó infinidad de veces. Una vez estable, necesitaba saber la razón de este acto de presencia tan inédito.

—Razón, solo quiero una razón por la cual estás ahora acá. Más te vale no querer matarme en mi propia casa —pausó unos segundos y continúo: —, porque ni siquiera es mía, es de Shadow y no queremos armar un relajo aquí —murmuro hacia el mayor con la intención de no ser escuchado por la cámara que tenía casi arriba de él.

—Oh sí, supe de la boda. Muchas felicidades a ambos. Pero, la razón de mi visita es porque quería felicitarte por tu cumpleaños, sé que es en dos días, pero tengo la agenda llena para venir en el día exacto —comentó, Sonic solo asentaba sin darle mucha importancia a sus palabras—. Quería hablar contigo acerca de algo muy importante.

Las orejas de Sonic se levantaron para brindarle toda su atención. Ahora sí, esto se volvía interesante. Abrió paso para dejar entrar a los tres individuos quienes accedieron y caminaron rumbo a la sala que se encontraba ahí mismo. Miraban y apreciaban el apartamento soltando halagos y unos cuantos "wow" por la gran vista a la ciudad.

—¿De qué se trata, Egg? —caminó hasta ellos.

Eggman se abalanzó hasta el sillón blanco, reposando aún más sus glúteos en el. Era tan cómodo que sentía su trasero estar encima de una nube que ascendía al cielo, una gloria ese sillón. El semblante de Sonic se arrugó después de ver la asquerosa escena de Eggman rebuscando la comodidad de sus nalgas en el sillón de Shadow.

—Es tan cómodo —suspiró el hombre con tanto alivio.

—Sí, no pienso sentarme ahí nunca más —mencionó con nariz arrugada. Dejó la canasta sobre la mesa de centro y se paró delante del Doctor—. Ahora dime —exigió a voz fuerte.

—Para ello, necesito llevarte al contexto, a la razón de mi decisión. Será breve, lo prometo —extendió sus piernas para ponerlas sobre la mesa de centro y sus brazos quedando detrás de su cabeza—. Hace unos meses estaba pensando en uno de mis miles de planes e ideas para poder destruirte a ti y a este patético mundo. Sin embargo, ocurrió algo inesperado que hasta a mí me tomó por sorpresa.

30 DÍAS [Sonadow/Shadonic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora