III

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A veces, darle a alguien una segunda oportunidad, es como darle una bala, porque no te mató la primera.





Quizás podrían arreglar las cosas de una puñetera vez, pero no, a veces debemos aceptar que nada volverá a ser igual.

Después de que Felix se marchara, dejando a Hyunjin sumido en un mar de pensamientos y emociones encontradas, pronto llegó Han a la habitación acompañado por la pequeña Aera, que jugueteaba alegremente a su alrededor. Al ver a Hyunjin con la cabeza gacha y el semblante sombrío, Han comprendió de inmediato que algo no estaba bien.

Tomó a Aera en brazos con cuidado y se sentó en la silla junto a la cama donde Hyunjin reposaba. La habitación parecía más tranquila con la presencia serena de Han, aunque el aire estaba cargado de preocupación.

—Hyunjin —llamó Han con voz suave, su mirada expresaba tanto paz como preocupación—. ¿Cómo te encuentras?

Hyunjin permaneció en silencio por un momento, sintiendo el peso de las palabras no dichas entre ellos.

—¿Qué tal tu brazo? Me dijeron que te dolería moverlo... —preguntó Han, intentando iniciar una conversación para aliviar la tensión.

—Sí, un poco —contestó Hyunjin brevemente, sin mucho ánimo para extenderse en detalles.

Han observó a Hyunjin con atención, esperando pacientemente a que este decidiera hablar. Después de un breve momento de reflexión, Hyunjin rompió el silencio.

—Extraño todo —comenzó Hyunjin con voz apagada, mirando hacia la pequeña Aera que jugaba despreocupadamente—. Extraño a Felix, maldita sea.

—Es normal extrañarlo. Parece que tu mente ha aceptado que ya no están juntos, pero tu corazón... —Han hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas—. Tu corazón aún no lo ha superado.

—Necesito tenerlo de nuevo en mis brazos. Abrazarlo y asegurarle que siempre estaré aquí para él... —murmuró Hyunjin, dejando escapar los sentimientos que llevaba tanto tiempo guardando.

—Entonces, ¿por qué no vas a buscarlo? —preguntó Han con sinceridad—. Dile todo esto que me estás contando. Quizás él esté dispuesto a escucharte.

Hyunjin miró a Han con incredulidad, como si la idea de buscar a Felix fuera una posibilidad remota y fuera de su alcance.

—Han, me muero por ir a buscarlo, pero... no tengo los motivos suficientes para pensar que le hago falta...

—Bueno, por ahora deberías descansar. Todo este pensamiento te está consumiendo demasiado —aconsejó Han con una sonrisa, tratando de infundirle calma—. Tranquilo, todo va a estar bien.

Han abrazó a Hyunjin con ternura, y este correspondió al gesto con un abrazo agradecido. La presencia de Han era reconfortante en medio de la tormenta emocional que Hyunjin estaba atravesando.





21:30 pm

Después de despedirse amablemente de Han, quien se marchó con Aera en brazos, Hyunjin se quedó solo en la habitación. La noche caía lentamente fuera de la ventana, iluminada por la luz de la luna que se filtraba entre las cortinas.

Heather 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora