𝐏𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍̃𝐎 𝐄𝐍𝐆𝐄𝐍𝐃𝐑𝐎 (Appleradio) || Mpreg

7

Las palabras no fueron necesarias, la pareja de demonios parecían estar muy a gusto compartiendo un momento tan íntimo y emotivo.

Alastor se sintió tan relajado que sin darse cuenta fue el primero en caer rendido al sueño entre los brazos de Lucifer, quizá porque finalmente pudo sentir algo de alivio.

Era curioso que el poderoso y temido demonio de la radio ahora se vea tan calmado y apasible entre los brazos del señor del infierno.

Lucifer se encargó de acomodarlo en la cama con mucho cuidado y delicadeza.

Acomodó las almohadas para que la espalda del contrario pudiera descansar correctamente, y antes de cubrirlo con las sábanas, por primera vez después de mucho tiempo, pudo sentir la presencia del bebé, su poder era mucho más fuerte y perceptible que la primera vez.

— Ahora que comes de más, estás creciendo rápido y te estás haciendo mas fuerte — dijo con una leve sonrisa.

— No te gusta que molesten a mami  ¿Cierto? — Lucifer no pudo evitarlo, sentía tantos deseos de hablarle y esta era su oportunidad.

— Me disculpo contigo por lo de hoy... A veces Alastor puede ser difícil de entender, no hagas caso de sus quejas, cuando llegues verás que te amará tanto como yo — colocó una mano sobre el pequeño bultito creciente, ya notorio, pero no lo suficientemente desarrollado como para moverse o dar pataditas.

La sola conexión que sintió con ese pequeño ser fue suficiente para satisfacer las ansias del rey. No quería imaginar el escándalo que haria Alastor cuando el bebé comience a moverse y a darle pataditas.

De todas formas estaría ahí para tratar de contenerlo... tal y como debe ser.

— Papi está contigo y siempre estará contigo... No cometeré los mismos errores...

Lucifer cumplió su palabra y transfirió parte de su propia energía al bebé, se despidió de su pequeño,  cubrió a Alastor con las sábanas decidido a salir del lugar, sabía que el demonio de la radio se enfadaría si pasaba la noche en su habitación y no quería darle más disgustos.

Así, la noche transcurrió con tranquilidad, Alastor se despertó temprano, seis de la mañana, como solía hacer habitualmente antes del embarazo, se sentía mejor que antes, mucho mejor que las últimas semanas, cuando se percató que sus poderes estaban de regreso, se sentía tan capaz que ni si quiera lo pensó dos veces y se preparó para volver a su cabina radial.

El programa volvió al aire y lo primero que hizo fué colocar canciones de Jazz moderno ya que estaba de muy buen humor, lo suficiente como para experimentar un poco, en su mente estaba la idea de no perder la influencia que ganó en tan poco tiempo con el público.

Todo el Hotel despertó con la suave melodía de Jazz, como solían hacerlo habitualmente.

Lucifer le llevó el desayuno a la cabina radial, saludando y dándole los buenos días, cuando Alastor escuchó esa voz chillona y animosa en su área de trabajo, se puso en alerta, nadie entraba a este sitio... nadie más que Lucifer, la primera vez fué cuando perdió la conciencia, con esta sería la  segunda vez... no esperaba verlo tan pronto, no después de lo acontecido la noche anterior.

Muy en el fondo, la cara se le caía de vergüenza, Alastor odia el contacto físico y odia a Lucifer por ser su principal obstáculo para gobernar,  él no lo merece, es un rey incompetente, pero tampoco podía dejar de pensar que el tacto de Lucifer,  este era tan estimulante que...

— Veo que volviste al aire — dijo el rey dejando la bandeja en una mesita que hizo aparecer con un chasquido.

— Si, ya era hora — respondió Alastor de forma directa.