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Tras ese corto momento cargado de emociones, Alastor encontró la voluntad para separarse de Lucifer, le dijo que necesitaba tiempo a solas, cómo siempre, el rey del infierno lo entendió, tomó la taza y la bandeja vacía para darle un último beso en la mejilla y salir de la habitación.

Alastor no podía aceptar la sola idea de tener una relación fija y establecida.

No planeaba buscar un compañero.

El primer paso y el objetivo principal de su plan maestro es romper el maldito trato de una vez por todas, y así recuperar su alma, su poder y su influencia.

Vió el anillo de compromiso que Lucifer había dejado sobre el mueble, lo tomó y pudo ver que este tenía escrito la palabra "Always" y el símbolo de infinito.

Lilith, maldita mujer...

Sin pena ni asco, tiró ese anillo al contenedor de basura que tenía al lado de su escritorio, ya era hora de ir a su estación radial. Terminada su transmisión, de regresó a su habitación, necesitaba un descanso, su espalda lo está matando, y ahora siente que terminará por partirse uno de estos días.

Estaba dispuesto a tomar una siesta cuando repentinamente alguien llamó a la puerta, la única que venía a verlo además de Lucifer y Niffty (quien tampoco tocaba la puerta) era Charlie.

Recuperó la compostura.

— Adelante.

— Hola, Al!, te dije que te traería una sorpresa y finalmente pudo venir!

Charlie abrió la puerta para que la invitada pase.

— Alastor! Querido! — la figura jovial y amable de la Overlord, Rossie, estaba en su habitación. Quizá Alastor estaría molesto, pues el trato consistía en guardar el secreto a toda costa.

Pero, ahora más que nunca, Alastor necesitaba distraerse y que mejor que hablar con su querida amiga.

— Rossie! — exclama con ilusión en la mirada, poniéndose de pie para recibirla.

— Los dejaré para que hablen — mencionó Charlie saliendo de la habitación y cerrando la puerta.

— Oh, querido, no sabes lo adorable que te ves en ese estado, creeme, no tienes ni la más mínima idea.

Rossie fue quien se acercó primero, la emoción era tanta que Alastor correspondió el abrazó de su amiga, ella era más que bienvenida, siempre tenía algo bueno que decir, sus consejos eran excelentes, y sus anécdotas eran perfectas para hacerlo reír y subir su ánimo.

Un muy apachurrado bebé se molestó por la intromisión de su espacio y se lo hizo saber de la forma más efectiva, un par de patadita efusivas.

— Oh, alguien no le gustó que lo ignoremos - Rossie se agachó un poco, está situación era tan extraña, pero ella lo tomaba con una tranquilidad sorprendente.

— Haber, empecemos de nuevo, me presento, soy la tía Rossie, pequeña criatura divina, amiga de tu padre, o madre, y verás que nos vamos a llevar muy bien cuando salgas de ahí. — mencionó en un tono dulce y consentido — Y en todos estos años, pensé que eras asexual, que escondido lo tenías, Alastor.

— Querida mía, sabes que no entiendo esos términos modernos que usas.

— Bah!, da igual! Estoy tan feliz por tí, que buena jugada amarrar al rey del infierno con un bebé — guiñó un ojo y rió dándole suaves palmadas en su hombro — pero vamos, no te esfuerces por mi, vuelve a la cama, ese bebé está enorme y debe pesar mucho.

Cómo buena amiga, lo llevó de regreso a su cama y ella tomó asiento en una silla aledaña.

— Jamás te perdonaré por no haberme contado desde el principio, hubiera organizado un Baby Shower estupendo.

𝐏𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍̃𝐎 𝐄𝐍𝐆𝐄𝐍𝐃𝐑𝐎 (Appleradio) || MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora