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Alastor sabe exactamente cuan molesto puede llegar a ser el demonio de la televisión, un aparato viviente que pierde la señal cada que se estresa, un sujeto que se mete en la vida privada, levantando capa por capa, husmeando, acechando e interfiriendo hasta hallar algún punto débil o alguna información que le proporcione ventaja en esta eterna carrera de ganar poder e influencia en este plano infernal.

Si era meticuloso o detallista, de seguro notaría ese algo que Alastor trata de esconder adoptando una postura menos erguida y con prendas de vestir menos entalladas.

— Que hace un payaso como tú por estos lugares?. — expresó con su característico tono sarcástico. — Y ¿porqué no estas acompañado de tu grupito de pretenciosos?

— Pretenciosos o no,  seguimos siendo mas influyentes que tú, patético demonio de la radio — comenzó a molestar — ¿por qué te escondes? Creí que habías dicho que atacarias con todo lo que tienes ¿qué? ¿ya te estas dando por vencido?.

Alastor rió sonoramente.

— Sigue soñando, ¿quien dijo que tomarse un respiro es considerado un pecado condenatorio? —  el sarcasmo era su principal arma en contra de las estupideces y comentarios que estaban fuera de lugar — Cualquiera diría que me estás espiando.

— Cómo no hacerlo después del vergonzoso show que dieron tú y esos idiotas del hotel! —exclamó entre carcajadas —¿Qué se sintió ser jodido por un ángel como Adam?.

Alastor apretó su bastón,  tratando de no demostrar que sus palabras lograban afectarlo.
El demonio de la radio solía ser alguien muy paciente, pero en la lista de demonios expertos que lograban irritarlo, en primer lugar estaba Lucifer,  y en el segundo lugar, definitivamente se lo llevaba Vox.

— Aún así, Adam esta muerto yo sigo con vida, y esos idiotas resultaron tener mas agallas que todo tu grupito pretencioso, cegados e idiotizados por la modernidad, ni si quiera son capaces de actuar por su cuenta —  dijo totalmente decidido a expresar lo que piensa de esto, usando sus habilidades atrapó a Vox entre sus tentáculos, haciendo presión, llamando la atención de todos los espectadores — Y tú, tu eres el mayor ejemplo de la decadencia moderna, tu actualización es patética, cuando te conocí eras todo un prodigio y ahora...  Solo eres un aparato con fallas que depende de sus actualizaciones, sin saber usar sus poderes.

Charlie salió de la tienda al escuchar tal alboroto.

— Alastor!, qué estás haciendo!? 

— Ahora no, querida, este es un asunto que solo yo y mi viejo amigo debemos arreglar.

— No! Espera!

Alastor creó una especie de escudo de fuerza, caracterizada de un color verde, con el objetivo de que no interfiera nadie, Vox por su parte, se veía menos alterado de lo que hubiera esperado.

— Uh!  Mas fuerte — el demonio de la tv rió sonoramente — el mismo discurso de siempre,  Alastor,  solo dices eso porque fuiste completamente humillado — Los ojos de Alastor se oscureciera, denotaban furia genuina, incluso incrementó la fuerza de agarre, pero Vox, con pequeños jadeos disimulados, no pareció darle verdadera importancia.

— Ja!, realmente estas perdiendo el toque. Si hubieras aceptado unirte a los Vee's y ser un miembro activo, quizás la radio no estuviera desapareciendo.

Esas palabras llamaron la atención de Alastor, su mirada volvió a la normalidad.

— Ah! Con que de eso se trata — Exclamó con un tono de voz mas relajado, claramente  recuperando la confianza — casi olvido que estas resentido conmigo porque no acepté unirme a ustedes, bola de perdedores.

𝐏𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍̃𝐎 𝐄𝐍𝐆𝐄𝐍𝐃𝐑𝐎 (Appleradio) || MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora