;🐇' Capitulo 01 '

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Los últimos días de las vacaciones son siempre los mejores. Todo el mundo se vuelve loco por hacer realidad los últimos planes y deseos del verano. Hay más gente en las fiestas, las chicas se
desmelenan... Sin embargo, me muero de ganas de que empiece el semestre. No porque sea un novato y me emocione el mágico mundo de la universidad. No. Me apetece que empiece el curso porque, si juego bien las cartas, me graduaré en primavera, un año antes de tiempo.

No está mal para un delincuente del que todo el mundo pensaba que nunca pisaría una universidad y, mucho menos, que iba a terminarla pronto.

Mi madre estaba tan preocupada por mi futuro que me envió a la otra punta del mundo, al grandioso estado de Asia, para que viviera cerca de mi padre. Usó como excusa la bobada esa de que quería que «reconectara» con él, pero a mí no me engaña. Sé que ni podía ni quería
aguantarme más, así que me embarcó hacia Corea, como a los puritanos de antaño.

—¿Te falta mucho?— Una maraña rosa y unos labios hinchados me miran desde la entrepierna.

Casi me había olvidado de que estaba ahí.

—Sí.

La cojo por los hombros y cierro los ojos, me concentro en el placer físico que me proporciona. Una distracción, eso es lo que es. Todas lo son.

La presión en mi espina dorsal aumenta y no me molesto en fingir que disfruto de su compañía más allá del placer sexual mientras me corro en su caliente boca. Unos segundos más tarde, se está limpiando los labios en la palma de la mano mientras se pone de pie.

—¿Sabes?...— dice Jieun cogiendo su bolso. Saca un pintalabios de color oscuro —. Al menos podrías fingir que te interesa, idiota.— Tuerce el gesto y elimina el exceso de pintalabios.

—Eso hago.— Me aclaro la garganta —.Hago que me interesa.

Pone los ojos en blanco y me saca el dedo. Me interesa, al menos sexualmente. Folla bien, y a veces no es mala compañía.

Somos muy parecidos ella y yo. A los dos nos rechaza la familia. No sé mucho de su pasado, pero sí lo bastante para saber que algo malo debe de haberle pasado para que se haya refugiado en el remoto estado de Asia en vez de quedarse en su casa de niña rica en Pensilvania.

—Idiota.— masculla tapando la barra de labios.

Está más guapa sin maquillaje, con los labios rosados e hinchados de haber estado chupándome la polla.

Jieun es una amiga mía. Bueno, amiga con derecho a roce, diría yo. Nuestra «amistad» no es exclusiva ni por asomo, y los dos tenemos libertad para hacer lo que nos apetezca con quien nos apetezca. Me detesta la mitad del tiempo, pero no me importa. El sentimiento es mutuo. El resto de nuestros amigos nos dan la vara con el tema, pero funciona. Me aburro y la tengo a mano. La chupa bien y no se queda cuando acabo. Para mí es perfecto. Parece que para ella también.

—¿Estarás esta noche, para la fiesta?— pregunta.

Yo también me levanto, me subo el bóxer y los vaqueros. —Vivo aquí, ¿no?— replico enarcando una ceja.

Odio este sitio, y todos los días me pregunto cómo diablos he acabado en una fraternidad.

Por el donante de esperma que me hizo. Por eso.

Jeon JungJae es un tarado de primera, de la peor especie. Un cabrón alcohólico que destruyó mi infancia y, sin más, le dio un giro a su vida y se fue a vivir con una señora que tiene un hijo, un perdedor dos años más joven que yo.

Su segunda oportunidad, imagino.

Jeon JungJae consigue una segunda oportunidad y yo acabo en una pocilga de fraternidad en la universidad de la que está a cargo. Por si fuera poco, prácticamente me ha suplicado que me vaya a vivir con él, como si creyera que de verdad voy a respirar bajo el mismo techo que él, bajo su control. Cuando me negué, creía que iba a conseguirme un apartamento. Pero no. Y aquí estoy, en esta puñetera casa. Lo cabreó de lo lindo que prefiriera este agujero a su casa limpia e impoluta. Aunque la fraternidad de mierda tiene sus ventajas. Es una casa enorme donde se celebran fiestas casi todas las noches, hay un flujo constante de conejitas.

After "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora