;🐇' Capitulo 18 '

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—¿Qué clase de comida te gusta? —le pregunto. No sé adónde llevarlo. Nunca he salido a cenar a solas con nadie.

—La verdad es que me gusta todo, siempre que sepa lo que es y que no lleve kétchup.

—¿No te gusta el kétchup?

—No, es asquerosa.

Me hace gracia lo seguro y orgulloso que se muestra con respecto a su firme odio por el kétchup. Se echa a reír conmigo.

—¿Te parece que sea una cena sencilla, entonces?

Cuando el ambiente en el coche se vuelve demasiado silencioso, le pregunto: —¿Qué planes tienes para cuando termines la universidad?

Mierda, ya le había preguntado eso. Se me da fatal conversar.

—Tengo intención de mudarme a Japón inmediatamente, y espero trabajar en una editorial o ser escritor. Sé que es una tontería. —Se mira las manos. No es ninguna tontería; yo tengo el mismo sueño—. Pero ya me lo preguntaste, ¿recuerdas?

—No, no lo es. Conozco a alguien que trabaja en la editorial Gong; está un poco lejos, pero a lo mejor podrían hacerte un contrato de formación. Si quieres, hablo con él. — Gongyoo mataría por tener a alguien tan brillante como Jimin trabajando allí.

—¿En serio? ¿Harías eso por mí? —Se ha quedado pasmado, lo noto en su voz.

—Sí, no es para tanto. —Me encojo de hombros. Odio recibir tanta atención en este momento. Siento el rebosante entusiasmo de Jimin en el asiento de al lado.

Conseguirle a alguien un contrato de formación en Gong no es gran cosa. Lo haría por cualquiera. De verdad.

—Vaya, gracias. En serio. Necesito conseguir un trabajo o un contrato de prácticas pronto, y eso sería un sueño hecho realidad —dice, y junta las manos con entusiasmo. Las junta literalmente, como un niño que acaba de ganar el oso gigante en la feria. Me entran ganas de sonreír.

Mientras aparco, Jimin parece algo inseguro con respecto a la cena, y veo cómo observa el aspecto desfasado del local.

—La comida aquí es fantástica —le garantizo, y salgo del coche.

La cafetería está casi vacía cuando nos sentamos. Una anciana baja y rechoncha nos trae los menús, y yo intento mirar a cualquier parte menos a Jimin. Una vez pedida la comida, inicia una conversación conmigo. Intenta sacarme algo sobre mi infancia, pero no se lo permito.

—Mi padre bebía mucho; nos abandonó cuando yo era pequeño —me suelta de repente. Yo no digo nada. Me quedo mirando el plato con el ceño fruncido e intento no imaginármelo de niño escondiéndose de su versión del borracho de mi padre.

Permanezco sumido en mis pensamientos durante el trayecto de regreso. Centro la atención en usar los dedos para dibujar pequeñas figuras en la pierna de Jimin.

—¿Lo has pasado bien? —pregunta cuando llegamos al campus. Su frase está cargada de expectación.

Lo cierto es que sí lo he pasado bien. Me gustaría volver a «pasarlo bien» con él y hacerlo gemir mi nombre mientras lo penetro con los dedos una y otra vez. Pero, en lugar de eso, le digo: —La verdad es que sí. Oye, te acompañaría a tu cuarto, pero no tengo energías para soportar el interrogatorio de Taehyung...

Me vuelvo hacia él. Está decepcionado, aunque se esfuerza por mantener esa falsa sonrisa en su rostro. —Tranquilo. Nos vemos mañana —dice con pesar.

Sé que no quiere marcharse, y la idea me complace. Se me queda mirando, esperando a que diga algo. No lo hago, pero alargo la mano y le coloco un mechón de pelo detrás de la oreja. No tengo mucho que decir, pero quiero volver a tocarlo. Quiero sentir esa inmensa calma que me infunde cuando me toca. Vuelve la mejilla y la apoya en la palma de mi mano. Parece una versión más joven de sí mismo, abierto y aguardándome.

After "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora