;🐇' Capitulo 05 '

566 50 2
                                    

Unas risas y los ladridos de un perro me despiertan de mis tres horas de sueño. Nunca duermo mucho de todos modos, pero agradecería un poco de silencio en el vestíbulo, teniendo en cuenta que es lunes por la mañana y que tengo clase dentro de... Cojo el móvil y miro la hora. Las 8.43. «Mierda.» Tengo que estar en clase de literatura antes de media hora... Y ¿qué hace un perro en la casa?

Recojo del suelo los vaqueros negros que llevaba anoche y me los pongo, tambaleándome ligeramente y maldiciendo la tela tan ajustada. Tengo las piernas demasiado largas como para llevar pantalones anchos sin parecer un puto zancudo de feria. Anoche se me cayeron las llaves al suelo, así que ahora me toca rebuscar entre la montaña de camisetas negras, vaqueros negros y calcetines sucios para encontrarlas.

Recorro la casa y paso por alto los reveladores signos de la fiesta de anoche. Soobin me saluda, con unas ojeras enormes y una bebida energética en la mano.

—Me encuentro como el culo, tío— se lamenta, intentando sonreír. Siempre está sonriendo, y hace que me pregunte qué se siente al ser así, al estar contento todo el tiempo, igual que él. Incluso a pesar de la resaca. Yo nunca lo he conseguido. —Haces bien en no beber.— Se acerca a la nevera, saca una botella de dos litros de leche y bebe directamente de ella.

—Joder, qué asco.— Sacudo la cabeza censurando su gesto. Él sonríe y bebe un poco más. La cocina empieza a llenarse con otros miembros de la fraternidad y, como no estoy en su círculo, cojo un trozo de pizza de lo que sobró anoche cuando a alguien se le ocurrió la ebria idea de pedir diez pizzas a las cuatro de la mañana. Mientras salgo de allí, oigo cómo Neil le pregunta a todo el mundo si quieren ir a cenar a algún restaurante esta noche antes de la fiesta. No esperaba que me invitaran..., nunca lo hacen. Además, jamás me dejaría ver con un grupo de idiotas de fraternidad con demasiada gomina en el pelo, fuera de un par de fiestas.

Mi madre siempre me está dando la lata con lo de «hacer amigos», pero no lo pilla. No es tan fácil, ni remotamente entretenido. ¿Por qué iba a esforzarme por obtener la aprobación de gente que no soporto, sólo para sentirme ligeramente más importante en la vida? No necesito tener amigos. Tengo un reducido grupo de personas a las que tolero algo, y con eso me sobra.

Para cuando llego al campus, el aparcamiento está casi lleno, y tengo que cerrarle el paso a un idiota con un Beamer para quitarle la plaza. El profesor ya ha empezado la clase cuando entro en el aula. Echo un vistazo, busco un asiento vacío y me fijo en el chico que está sentado en primera fila. Me parece reconocer su pelo largo y rubio, pero es el buzo hasta el suelo lo que me confirma de quién se trata.

Es Jimin, el compañero puritano Taehyung. Y está sentada junto a Jung Hoseok. Cómo no.

Será divertido: Jimin atrapado en una clase conmigo, con un asiento vacío a su lado. Esto acaba de alegrarme el día.

Conforme me acerco, se vuelve, me ve y abre los ojos como platos. Se vuelve otra vez rápidamente, y yo acelero el paso para sentarme a su lado. Tal y como imaginaba, finge que no estoy. Lleva puesta una camiseta azul unas dos tallas demasiado grande.

Justo cuando estoy cerca de ellos, me vibra el móvil en el bolsillo. Es un mensaje de mi donante de esperma: «Yejin va a preparar una magnífica cena, deberías venir».

¿Se le ha ido la olla? Miro a Hoseok, que resulta ser el perfecto hijo de Yejin, todo impecable con su polo de mierda. Joder, no, no pienso ir. Jamás se me ocurriría ir a su fastuosa casa nueva a cenar con su novia y con Hoseok. El perfectito de Hoseok, al que le encantan los deportes y le lame el culo a todo el mundo para ser el chico más agradable y más respetuoso de la Tierra. «Bah.»

Espero que mi querido «hermano» Hoseok me diga algo, pero no lo hace. Y luego mi padre me viene con sus mierdas de «unir a la familia». «Menudo idiota.»

After "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora