A la mañana siguiente no me apetece ir a la primera clase, así que decido ir a la habitación de Taehyung en su lugar. Seguramente aún esté dormido, pero me aburro, y su cuarto está más cerca de mi siguiente clase que el de nadie más del grupo. Le mando un mensaje y le digo que voy de camino, pero no espero a que responda. El vestíbulo del viejo edificio está casi vacío, sólo unos cuantos rezagados frenéticos corren de un lado a otro con los brazos cargados de libros. Llamo a la puerta, para que a don Remilgado no le dé un ataque y, al no oír respuesta, entro con la llave que Taehyung me ha dado.
Para evitar quedarme dormido sobre el colchón de mierda de Taehyung, zapeo entre los canales básicos de la televisión por cable. Justo cuando un «médico» aburrido está a punto de dar un consejo matrimonial a dos idiotas, la puerta se abre y el compañero de cuarto de Taehyung entra corriendo.
Está envuelto en una toalla húmeda, y tiene el pelo empapado pegado a la cara de un modo que casi resulta cómico. Mientras abre mucho los ojos por la sorpresa, apago la tele y observo al espécimen que tengo ante mí.
—Esto... ¿Dónde está Taehyung?— dice casi como un alarido. Se queda mirando al suelo, luego me mira a mí de nuevo, y otra vez al suelo.
Sonrío al verlo tan avergonzado y me quedo callado.
—¿No me has oído? Te he preguntado dónde está Taehyung.— Ahora su voz es más suave, más amable.
Mi sonrisa se intensifica.
—No lo sé.
Está muerto de vergüenza y, por cómo está agarrando los bordes de la toalla, temo que vaya a hacerla trizas. Enciendo de nuevo la tele y me incorporo.
—Vale. Bueno, ¿te importaría... irte o algo para que pueda vestirme?
No pienso largarme. No ahora que he encontrado la única posición cómoda en esta cama.
Hago como que me vuelvo y me tapo la cara con las manos para seguirle el rollo. —No seas tan creído, no pienso mirarte.
¿Cómo puede tenérselo tan creído como para pensar que voy a estar aquí mirándolo? Vale..., está bien, seguramente lo haría, sobre todo teniendo en cuenta que la toalla que lleva enrollada a su cintura se ciñe a su cuerpo de un modo delicioso.
Lo oigo moverse de acá para allá. Sigue nervioso, y me encantaría verle la cara mientras intenta subirse la ropa todo lo rápido que puede. Me destaparía los ojos sólo para fastidiarlo, pero hoy estoy de un humor bastante decente. Además, voy a ver a este chico bastantes veces, así que más me vale mostrarme algo cívico.
—¿Has acabado ya?— pregunto poniendo los ojos en blanco por debajo de las manos.
—¿Por qué eres tan desagradable? Yo no te he hecho nada. ¡¿Qué narices te pasa?!— grita.
¿«Narices»? Por supuesto, no esperaba que nada más fuerte saliera de esa boquita de niño inocente.
Está intentando con todas sus fuerzas tener paciencia conmigo, y yo estoy intentando con todas mis fuerzas que estalle.
No puedo evitar reír. Mientras observo al furibundo compañero de Taehyung, se me hace raro reírme así, tan fuerte, pero es que su expresión es digna de ver. Está muy mosqueado.
La puerta se abre y Taehyung entra vestido con la misma ropa que llevaba anoche. —Siento llegar tarde. Tengo una resaca de mil demonios— gimotea. Pongo los ojos en blanco de nuevo. ¿Cuándo no tiene él resaca? —Perdona, Jimin, olvidé decirte que Jungkook se pasaría por aquí.— Se encoge de hombros, como si le importara una mierda.
—Tu novio es un grosero— le suelta el rubio. No puedo evitar echarme a reír otra vez. Taehyung me mira con una ceja levantada al ver lo mucho que me estoy riendo.
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After "Kookmin"
Fanfiction(Versión KooMin) [1ʀᴀ ᴛᴇᴍᴘᴏʀᴀᴅᴀ] La inocencia, el despertar a la vida, el descubrimiento de una aventura un amor infinito, dos polos opuestos hechos el uno para el otro. (Esta es una adaptación sin fines de lucro, todos los créditos son para la auto...