;🐇' Capitulo 14 '

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Ya es por la mañana y no he dormido una puta mierda esta noche. Y ni siquiera ha sido por las pesadillas que me mantienen despierto, sino por Jimin.

Aparecía ahí en cuanto cerraba los ojos, y no como me habría gustado que estuviera. En lugar de estar desnudo, gimiendo suavemente mientras se lo metía, estaba furioso y aburrido durante la excursión al arroyo que he decidido que vamos a hacer. En una de las escalofriantes escenas peliculeras que mi mente insomne y acosadora había ideado, se daba un golpe en el dedo y se pasaba toda la tarde quejándose. En otra, estaba aburrido de la muerte y quería que el insulso de su novio viniera en coche desde su casa hasta el campus para recogerlo. Y, cuando llegaba, era todo él un cárdigan. Un monstruoso cárdigan gigante, escalofriante y soso al mismo tiempo.

Resulta realmente frustrante la cantidad de tiempo que he malgastado pensando en ese chico.

Nada de todo esto importará dentro de un mes o así. En caso de que esta «cita» salga bien, espero ganar la Apuesta antes de dos semanas... Joder, si consigo camelármelo lo suficiente, puede que en el arroyo...

La alarma de mi teléfono empieza a sonar desde el otro lado de la habitación y salto de la cama para apagarla. Hoy es el día. Ya tengo la cabeza a punto de estallar, y me cabrea la presión que siento por hacer que el tiempo que pase con él actúe en mi favor. Debería darme una ducha. Mientras me visto, me pregunto brevemente qué estará haciendo en estos momentos... ¿Estará tan estresado como yo? Supongo que sí; está nervioso todo el tiempo, y probablemente me anotara en su agenda en el momento en que me ofrecí a intentar esto de la amistad. Tras la ducha, busco una camiseta negra limpia en el cajón. La que encuentro está arrugada, pero me vale.

Fuera, cuando arranco el coche, oigo un crujido debajo de mi pie y encuentro una botella de agua vacía bajo el pedal del acelerador. Medio dormido como estoy, el sonido me irrita tanto que salgo de nuevo del coche para buscar un sitio donde tirarla. Ojalá durmiera mejor.

Llego al campus algo pronto y, sin querer, me dejo los libros de texto, unos apuntes y mi jersey negro en el asiento trasero. No me doy cuenta hasta que ya estoy a medio camino de clase, pero no pienso volver al coche a por ellos. Ocupo mi asiento en el aula de literatura. Jimin y Hoseok todavía no han llegado, y una pequeña parte de mí se alegra con malicia. Va a llegar más tarde que yo, y sé que eso la sacará de quicio. En fin, hay que disfrutar de las pequeñas cosas.

Me paso el rato mirando sin parar hacia la puerta y la lista de llamadas perdidas y mensajes de texto de Jieun, Changbin y esa chica rara que nunca recuerdo cómo se llama. Cuando Jimin y Hoseok entran por fin por la puerta, están de cháchara, y él parece alegre y descansado. No tiene ni rastro de ojeras ni nada que indique que algo le quitara el sueño anoche.

—¿Estás preparado para nuestra cita de esta noche?— le pregunto cuando su cadera roza mi pupitre. La curva de esa cadera me resulta tremendamente atractivo.

—No es una cita— me dice, y se vuelve hacia Hoeok para añadir —: Vamos a salir como amigos.

—Viene a ser lo mismo.— Lo miro y me fijo en su ropa de hoy. Lleva puestos unos vaqueros lo suficientemente ajustados como para distinguir la forma de sus torneadas piernas y su culo. «Joder.»

Jimin me evita eficazmente durante el resto de la clase. Y yo tampoco miro en su dirección. Cuando acaba la hora, no capto lo que Hoseok le dice..., el muy idiota habla demasiado bajo, pero sí que oigo lo que él le responde: —Sólo intentamos llevarnos bien porque mi compañero de cuarto es un buen amigo suyo.

«Así que sólo intentamos llevarnos bien, ¿eh?» Me acerco unos pasos a don Empollón y a su amiguito, el empollon sexi. Hoseok lleva el puto polo metido por dentro de sus pantalones grises de vestir. ¿Sabe este tío que se supone que es un estudiante universitario pelado? Ah, espera... Él no está pelado. Vive en un pedazo de casa a corta distancia de aquí con el hombre que técnicamente es mi padre, mientras que mi madre vive en Inglaterra en una cueva. Y lo que yo llamo hogar es una vieja casa de fraternidad llena de tíos desesperados por molar que no hacen nada por ayudar a esta maravillosa comunidad, tal y como anuncia su lema. Seguro que el novio de Jimin pertenece a una fraternidad. Pelo rubio, ojos azules, mocasines, cárdigan... Es el candidato ideal. O al menos lo sería si aprendiera a beber como un cosaco.

After "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora