;🐇' Capitulo 19 '

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Mientras recorro el vestíbulo de la residencia de Jimin, intento quitarme esos pensamientos de la cabeza. No hago más que imaginármelo desnudo debajo del cuerpo de ese niño bonito. Lleva el cárdigan atado alrededor de los hombros mientras se lo folla. Si no fuera porque me da náuseas, la imagen me resultaría chistosa.

Llamo a la puerta de Jimin una vez antes de girar el pomo y entrar. No está cerrada con llave, lo que significa que su novio y él no tienen planeado nada demasiado salvaje. Eunwoo y él están sentados en la cama a oscuras, y Jimin da un respingo al verme y se aparta un poco de él.

—¿Qué haces tú aquí? —ladra, y eleva la voz al darse cuenta de quién acaba de llegar—. ¡No puedes irrumpir en mi cuarto de esta manera!

Sonrío a la adorable pareja.

—He quedado con Taehyung. —Me siento en el borde de la cama de Taehyung, sabiendo que es una mentira descarada. Me vuelvo hacia Eunwoo para evaluar su nivel de cabreo. ¿Será un tío majo o un estirado como Jimin? Seguro que se cabrea como una mona en cuanto pronuncie su nombre. —Hola, Eunwoo, me alegro de volver a verte. —Me planteo estrecharle la mano. Seguro que está acostumbrado a hacerlo en el club de campo al que pertenece.

—Está con Hyunjin, probablemente en tu casa —dice Jimin escupiendo las palabras como si intentara insinuarme que me largue.

«Todavía no, rubito.»

—¿Ah, sí? —digo para sacarlo de quicio—. ¿Vais a venir a la fiesta?

Eso sería mucho más divertido. El tipo encajaría en la casa de la fraternidad, el resto de los pijos rubios lo obligarían a beber cerveza del barril haciendo el pino en cuanto entrara por la puerta. Su alma pura se vería mancillada, y Park tendría que buscarse otro guaperas rubio. Pobrecito.

—No..., no vamos a ir. Estamos intentando ver una película —me contesta. Eunwoo mueve la mano en la oscuridad y me horrorizo al ver que la coloca sobre la de Jimin. Percibo lo incómodo que está incluso a través de la penumbra.

—Qué pena. Será mejor que me marche... —Al volverme, parte de la presión que siento en el pecho desaparece—. Ah, Eunwoo... —Hago una pausa entre mis palabras y espero para ver cómo Jimin se echa a temblar—. Llevas una chaqueta preciosa.

Parece aliviado al comprobar que no voy a montar una escena.

—Gracias, es de GAP —me responde él. El pobre no tiene ni idea de que me estoy burlando.

—Me lo imaginaba. Que os divirtáis —digo, y salgo de la habitación. Me arde el pecho mientras cierro la puerta. Menudo pelele.

Cuando llego a casa de los Jeon, aparco justo en medio del acceso. Detesto esta preciosa casa, que descansa sobre un perfecto césped verde. JungJae y Yejin pagan una buena pasta para que les arreglen el jardín; fijo que también pagan una buena pasta para que los arreglen a ellos. Seguro que a la recién prometida de JungJae le encanta vivir aquí. Probablemente disfrute gastándose su dinero en emperifollarse.

Estoy que echo humo. Estoy cabreado y no lo suficientemente borracho como para aguantar gilipolleces. ¿Qué clase de padre de mierda le anuncia a su único hijo que va a casarse con otra mujer justo cuando estás empezando a conocerlo? Ésa es justamente la razón por la que no quería saber nada de él.

Me jode mogollón que sólo quedara un cuarto de licor en esa botella. Me va a estallar la cabeza, tengo la garganta seca y me muero por un trago de whisky. Jeon JungJae tiene guardadas muchas botellas caras. Siempre que alguno de sus pijos colegas de suéter sin mangas regresan de sus vacaciones a Escocia le regalan una.

El cabrón de mi padre va a volver a casarse, y me lo suelta así: «Yejin y yo vamos a contraer matrimonio. Pronto, muy pronto». «¿A contraer matrimonio?» ¿No había una expresión menos natural que ésa? ¿Y durante una puta conversación telefónica?

After "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora