16 de julio del 2018.
Era el Día del niño, mis hermánanos seguían en que mi tía. Habían pasado dos semanas desde ese día y a pesar de que apenas podía hablar con ellos mis ánimos habían decaído considerablemente.
Nuevamente no había podido hablar con mi madre. El ser que se hace llamar mi padre no me
Lo permita y cuando yo tenia mi móvil el me vigilaba solo para asegurarse de que no le enviara mensajes a mi madre contándole sus mierdas.Me sentía frustrada y triste. Ni siquiera tenía una palabra que definiera como me sentía en este momento. Quería huir con mis hermanos hacia donde mi madre y dejarlo a él a tras definitivamente.
Mis amigas habían venido a verme y yo había ido con ellas y mis primos y Tony al monumental, me distraían al igual que Easton, venía de vez en cuando pero la verdad disminuí sus visitas por que la situación entre mi padre y yo era insoportable y no quería que él presenciara eso.
De igual forma ninguno de ellos salvo Tony sabía mi situación y lo prefería así. No hubiera nada que ellos podrían hacer y a pesar de eso, me moría de vergüenza.
Me levante del sofá, no había mucho que hacer. No podía tener mi móvil y no había mucho cable, tenía hambre y no había absolutamente nada que pudiera comer. Eso me entristeció de inmediato porque no hasta hace dos días mi madre había enviado dinero y yo no había visto ni un solo céntimo.
Y no hablo del hecho de que quería el dinero para mi si no que era para comida y no había ninguno de los dos.
Vi mi móvil en la mesa de la entrada. Mi padre no se donde estaba así que lo cogi por fin para enviarle un mensaje a mis amigas, Easton y a mi tía.
Me metí a las historias de WhatsApp para ponerme al día con rapidez. Vi que muchas de las personas que conocía publicaba cosas de los niños de su familia por ser el día que era. Mi tía había publicado una foto con mis primas y mis hermanos. Mis ojos ese humedecieron al ver la foto.
Mis hermanos y mis primas estaba rodeando una pizza, una pizza enorme. Se veía buenísima y sentí como mi estómago rugía con braveza.
Deje el móvil de lado como si quemara. Me ardía la garganta y el estómago. Las lagrimas salían de mis ojos y entre a la cocina dispuesta a comer así sean piedras.
Abrí el refrigerador y lo único que encontré fue una lechuga casi mala y ketchup.
Solloce mientras sacaba ambas cosas. No se que hacía solo se que lo único que me quedo fue llorar mientras lo hacía. Cortaba la lechuga mientras mi pecho se sacudía con el llanto, me dolía todo y no podía sacarlo como era.
Lloraba en silencio al momento en el que revolvía la lechuga con ketchup en la sartén. Eso ni siquiera era comida y era lo único que comería hasta quien sabe cuando.
Cuando acabe, me senté en él isla, llore mientras me comía la lechuga caliente con ketchup. Me sentía mal, humillada y sola. Jamás me había sentido tan Solá hasta este momento.
No podía molestar a Tony con comida siempre, podía meterlo en problemas y la vergüenza que sentía me cerraba la garganta. Ni siquiera se como conseguí comerme eso, pero lo hice.
Me hubiera gustado decir que él hambre se calmó, pero no fue así. Recogí mi plato y me puse a lavar los que estaban ahí, en ningún momento dejé de llorar, mi pecho ardía y dolía como no tenía idea y en un momento sentí que unos brazos me redoraron por detrás y rápidamente me separé con brusquedad y me tiré al piso a llorar desconsoladamente mientras miraba a mi padre con rabia.
—¡Déjame la vida en paz!—grite con la garganta desgarrada.
—Perdón...
Intento acercarse pero como pude me puse de pie y me fui corriendo interrumpiéndolo, me encerré en el baño y no salí de ahí hasta el día siguiente. Dormí (o si se puede decir pegar la cabeza al suelo y mirar a la nada) toda la noche.
Me sentía vacía, completamente vacía.
🖤
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ANÓNIMA
Non-Fiction«¿Esta historia? Un poco rara, corta, quizás triste pero definitivamente... Una mierda, tú vez si la quieres leer Sabrás mi vida pero nunca mi nombre»