꧁༻- Eɭ Hiɭ๏ R๏ʝ๏ -༺꧂ || ✎ℒackadaisy ꜰᴀɴꜰɪᴄᴛ [Reescritura Leve]

꧁༻- Capítuɭ๏ D๏s| trauma del pasado -༺꧂

Anteriormente en "El Hilo Rojo ":

Nicodeme: ¿Entonces? ¿Averiguaste algo?

Serafine: Aunque quisiera decir que sí, lamentablemente no.
Será una ladrona, pero, durante el tiempo que hablé con ella, pude ver que tiene buenas intenciones.

Nicodeme: ... ¿Sólo por su tono de voz y su forma de hablar?

Mordecai: ¿Cómo sabes que no está actuando?

Serafine: No lo sé. Sólo... Lo presiento.

Mordecai: De acuerdo. Que bien que lo presientas... Pero eso no es una prueba verdadera e irrefutable de que mi huésped no sea una mentirosa.

Serafine: ¿Cómo lo probaría, si no? ¿Cómo lo probarías tú, el hecho de que es o no, una mentirosa?

Suspiró pesadamente.

Serafine: Como sea.
Nico, vámonos.
Aquí el ambiente está muy tenso.

Dijo mientras veía disgustada al de lentes.

Unos instantes después, ambos hermanos salieron por la puerta principal.

Mientras tanto, Mordecai se puso manos a la obra para cocinar algo especial.

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Aclaración: Lo que aparezca a partir de este capítulo entre paréntesis son los pensamientos de Mordecai.

Ahora sí, comenzamos:

En cuanto Mordecai terminó de cocinar, se lavó las manos, se quitó el delantal, lo dejó en su respectivo lugar y rápidamente puso la mesa y emplató lo que cocinó.

Ya satisfecho con su trabajo, se dirigió discretamente al pasillo, llegando a una puerta en específico.

Golpeó muy audiblemente la puerta.

Sin respuesta o alguien que se la abriera.

(Aparentemente, tiene el sueño imperturbable.)

Decidido, abrió la puerta, dejando entrar algo de la tenue luz que iluminaba el pasillo.

Una Tn de pie dándole la espalda en mitad de la habitación fue lo primero que vio.

Mordecai: Señorita.

Dijo suavemente.

Mordecai: Señorita.

Dijo un poco más fuerte.

Mordecai: Tn.

Alzó la voz, como si estuviese a punto de gritar, ya disgustado por estar siendo ignorado por una simple ladrona que no le mostraba un mínimo de atención.

De repente, el de lentes oyó un sollozo.

La chica se dio la vuelta.

Ojos abiertos y llenos de terror.

Repletos de lágrimas.

Su cabello negro y plateado, revuelto.

Su rostro juvenil, sombrío.

Como si algo faltara para completar aún más todo esto, la chica habló en español.

Tn: Por... Fa-Favor... No m-más...

Mordecai abrió los ojos como platos al oír claramente lo dicho por la de ojos (ahora notable) heterocromáticos.

Se aproximó lentamente hacia ella.

Ella cayó sentada sobre el piso de madera, rápidamente se tomó las rodillas, y se movió hacia atrás con cada paso que daba el de corbata roja en su dirección,él, tratando de ayudarla, y ella, tratando de evitar que siquiera la tocase.

Ahí él entendió lo que ocurría: recordó haber leído alguno que otro libro relacionado al tema, y todo lo que estaba viendo en ese momento encajaba.

Tn: ¡NO!

Gritó en cuanto el gato casi la tomaba de la muñeca para levantarla, acción que ella evitó golpeándole la misma con su otra mano.

Los pensamientos del felino iban a la velocidad de la luz mientras conectaba los hilos.

(Tn sufre de un trauma relacionado a... Abuso sexual... Podría ser la razón por la que se fue de su país natal, por miedo... Y quizá para tratar de olvidar ese asunto tan delicado... Carece de sueño... Tiene Ansiedad... Irritabilidad... Posibles ataques de rabia... Y... Sufre de alucinaciones... Como en este momento.
Cree que soy su agresor.)

Se siguió arrastrando sentada por el piso de madera, evitando el contacto físico con el único gato que se encontraba con las facultades para ayudarla en ese momento.

Tn: ¡NO ME TOQUES!

Sin recurrir a la razón, se lanzó sobre ella, inmovilizándola en el suelo.

Tn: ¡SUÉLTAME! ¡SUEL-!

Se calló de repente.

Estaba siendo abrazada.

Abrazada.

Sin ninguna mala intención.

Cerró los ojos, escuchando como una voz le cantaba al oído:

Mordecai: Tranquilízate. Respira hondo, y relájate.
Ya no hay peligro.
Ya no hay sufrimiento,
Ya no hay dolor.
Quédate aquí, a mi lado,
De forma permanente.
Mi amor, mi amada,
Lear, con mi vida, yo voy a protegerte.
Yo voy a cuidarte.

(Hace... Mucho no podía pronunciar su nombre)

Pensó mientras se levantaba y veía, a continuación, a la chica dormida en el suelo.

Se agachó y la cargó al estilo nupcial, dejándola cubierta con las mantas por el frío en su cama.

Salió de la habitación con una duda en la mente.

(¿Querrá desayunar mañana una cena fría...?)