Capítulo 8

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Los brazos se encontraban agarrando mis hombros y sacudiéndolos un poco.

-¡Ciara! ¡Ciara! ¿Estás bien? – gritaba zarandeándome mientras trataba de calmar el ataque de ansiedad. No era capaz de reproducir ningún tipo de sonido por mi boca, Aron seguía a mi lado intentando ayudarme y comprender realmente qué es lo que estaba ocurriéndome – Ciara, mírame, mírame a mí – mis ojos fueron directamente a los suyos – Inspira, expira. Eso es. Inspira, expira, así, poco a poco – mi respiración lentamente comenzó a volverse estable – mejor, mucho mejor cariño, así poquito a poco – Aron solo me abrazó – No vuelvas a darme un susto así por favor.

Seguí pensando en la visión, esa sala, y que había realmente detrás de la puerta que no conseguía abrir. Pasado un rato, Aron me trajo un vaso de agua a la vez que esperaba una explicación de lo sucedido.

-Bien, ¿ahora me dirás qué es lo que acaba de ocurrirte? – preguntó dejando la taza en la mesilla.

-Una pesadilla, nada más,.

-¿Una pesadilla? ¿Eso es todo? – asentí – Ciara, eso no era una simple pesadilla, una simple pesadilla no te hace tener un ataque de ansiedad tan grave como el que acabas de tener tú – no dije nada, y él agachó la mirada – ¿sabes? Últimamente, siento que no me cuentas las cosas, o al menos, no me dices toda la verdad – me miró.

-Aron, eso no es así – le cogí sus manos – es solamente que estos últimos días no me estoy encontrando del todo bien – aparté mi mirada – pero de verdad, ha sido una simple pesadilla, te lo prometo.

-Te quiero mucho Ciara – sonreí al mismo tiempo que se me cayó una lágrima de mi ojo derecho.

-Yo también te quiero Aron.

-¿A sí? – me miró – ¿Cuánto me quieres? – dijo digno, apartando el rostro.

-De aquí al cielo, que digo al cielo, te quiero de aquí a Plutón – me miró confundido.

-¿Plutón? ¿Por qué Plutón?

-Porque, aunque muchos crean que no merece la pena llamarlo planeta, su brillo es único y destaca entre planetas grandes, haciéndose notar. Exactamente igual que tú, nunca dejes que nadie te quite esa luz que tienes, muchos la querrían y es preciosa – terminaba de decir mientras una lágrima comenzó a caer por su mejilla.

-¿De aquí a Plutón entonces? – me extendió su mano.

-De aquí a Plutón – respondí dándole la mía. Terminamos dándonos un abrazo que duró unos pocos minutos – las clases comenzarán en poco – me separé – deberíamos prepararnos para irnos – solo asintió y se marchó a cambiarse.

Me encontraba en mi clase de elementos, y el profesor Henderson mandó hacer un trabajo en grupo sobre un elemento y sus variaciones, la pareja se elegía por sorteo y a mí me tocó con una chica con la que no había hablado antes, y su mera presencia imponía bastante.

-Hola – dije nerviosa – creo que soy tu pareja en el trabajo – me miró de arriba abajo y solamente apartó sus cosas de mala manera de la silla de al lado para que pudiera sentarme. Fue una forma bastante arisca de ofrecerme un sitio – soy Ciara – le extendí mi mano – Ciara Márquez.

-No me importa – respondió arrogantemente.

Genial, otra imbécil, ¿por qué todos los imbéciles me tocan siempre a mí?

-Al menos podrías decirme cómo te llamas simpática – respondí sarcásticamente.

-Kara – añadió cortante, su nombre me resultaba familiar.

-¿Tienes pensado algo para el trabajo? – traté de mantener una conversación.

Ella solo me ignoraba, y eso me enfurecía demasiado ¿Cómo podía ser tan engreída?

El corazón de OriónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora