Capitulo 24

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Félix indicó al chófer que lo llevara a un hotel del amor.

Cuando todo lo que sucedería ahí sería todo menos eso, y es que un Minho casi inconsciente por la borrachera que con el pasar de los minutos subía más hacia su cabeza se apoyaba en el cuerpo de un Félix el cual luchaba por sostenerlo en el elevador de aquel edificio.

Subió y abrió la habitación y lo tiro sobre la cama con sábanas frías.

Felix comenzó a besar a Minho de forma hambrienta pero este se resistía, aún en la confusión provocada por el alcohol sabía que ese no era su amado Jisung.

- Quítate- le decía con voz suave por el profundo letargo en el que se veía sometido.

Félix le soltó una cachetada a Minho al ver que rechazaba sus besos y caricias, al escuchar como nombraba a ese tipo el cual desconocía.

Le dolía porque nunca logró que Minho sintiera eso por él,  y si el mayor no había sido feliz con él tampoco lo sería con ese tal Jisung.

Félix a este punto no tenía intenciones de recuperar su relación, solo quería joder a Minho.

Porque sí, hay personas que no quieren que los demás sean felices si ellos no lo son.

Y Félix estaba siendo la persona más egoísta del planeta por una estúpida obsesión, porque eso ni siquiera podía llamarse amor.

Comenzó a quitar la ropa de Minho hasta que lo dejó completamente desnudo, comenzó a retirar sus propias ropas y se colocó encima de él, se llevó el miembro del mayor a su boca haciendo una felacion intentando hacer que este despertara, fallando epicamente en el intento.

La oportunidad de darle una mamada y por fin tener sexo con él después de varios años se le estaba yendo de las manos.

Se dio por vencido al ver que no despertaba, así que decidió subirse encima de Minho y tomó su celular.
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Minho despertaba con la resaca de su vida, se asustó al no reconocer nada a su alrededor, y más aún al verse desnudo, solo cubierto por una sábana.

Se dio una ducha para poder despertar correctamente, analizando y tratando de recordar todos los acontecimientos de anoche.

Cuando salio de la ducha echó un vistazo en el espejo del baño y vio como marcas color rojo adornaban todo su cuerpo.

Hizo un esfuerzo por recordar.

-Maldito seas Lee Felix-

Buscó su ropa y sus cosas, no tenía batería en su celular. Iría a casa hecho un completo desastre. Tomó un taxi y se marchó. 

Llego al hogar que compartía con Hannie, quien tenía clases temprano ese sábado.

Tomó nuevamente una ducha, se sentía sucio y el pesar y culpa comenzaba a asentarse más en su cabeza. Se le venían recuerdos muy vagos, pero en uno de ellos veía como Felix le daba una mamada.

Se sentía enojado consigo mismo. Enojado y con temor de que esto implicará perder a Jisung.

Jisung llegó a eso del mediodía y vio a Minho quien descansaba y estaba profundamente dormido.

Se dispuso a hacer algo para almorzar y después de una hora tenía una comida decente, así que decidió ir en busca del mayor.

Se arrodillo suavemente en la cama comenzó a dejar besitos en su nuca, provocando cosquillas en el contrario que se despertó feliz.

Pero la felicidad duró poco, porque al ver como Jisung servía comida para él, ver sus atenciones, caricias y muestras de afecto la culpa se abría campo.

Una culpa que taladraba destruyendo las paredes en su interior, creando pequeños agujeros donde podía sentir como su felicidad se iba a escapar.

Jisung sintió un comportamiento extraño y le preguntó si estaba bien porque lo veía raro, a lo qué él contestó era por la resaca de la noche anterior.

- Por cierto, ¿cómo te fue con tu amigo?- dijo sin mayor malicia Jisung.

Nunca se imagino que esa pregunta aumentaba la carga en Minho.

Un Minho que estaba casi seguro que no había tenido sexo.

Casi.

Pero esa pequeña duda nunca podría ser despejada más que por Lee Félix,  su ex sumiso.

Algo que enojaba a Minho es que Félix se había aprovechado de la situación, parecía que no le había quedado claro que él no pretendía volver a meterse entre su piernas.

Estaba completamente loco.

Jisung pudo sentir su cambio de actitud y lo vio ensimismado en sus pensamientos.

-Bien, fue...divertido- dio otro bocado para evitar hablar y poder darle tiempo para pensar en algo, daré un giro a la conversación y por fin cambiar de tema.

- Y a ti ¿Cómo te fue? - preguntó.

- Bien, tengo exámenes la semana que viene, pero creo estar bien- siguió- desde que dejé mi trabajo gracias a ti, me he concentrado más en las clases .

-Gracias- se acercó para unir sus labios en un corto besó.

Se vieron con profundo amor, adoración y alegría.

Alegría que muy pronto se convertiría en algo más...

BDSM ¿Quieres ser mi Sumiso? | MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora