Capitulo 34

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Minho había colocado a horcajadas sobre sus piernas a Jisung, mientras succionaba un pezon ya rosado por las cortas y suaves mordidas de la que era objeto.

Mientras Jisung se sostenía de los hombros con sus brazos entrelazados sobre los mismos. Minho recorrió su clavícula y cuello, subiendo hasta su mentón, mientras amasaba las nalgas ya desnudas del menor.

- Te amo tanto Jisung- lo vio a los ojos transmitiendo seguridad y verdad en sus palabras.

Jisung comenzó a llorar otra vez, y es que no podía creer que con solo su palabra Minho le había creído, lo hacía sentir tan amado y comprendido que lo abrumaba.

-Perdón por haber sido tan idiota.- sollozo.

- Shhhhh, no digas eso- su voz era suave- tu no tienes la culpa de nada, ninguno de los dos la tiene.

- Pero fue mi culpa-el nudo en la garganta no lo dejaba hablar- me fui- recordaba- te deje aquí solo.

- Pero ya estamos juntos amor- movía su cuerpo de adelante hacia atrás, como arrullando a Jisung- por favor, no llores.- decía- no me gusta ver tus ojitos tristes.

- Prométeme que nunca nos vamos a separar Minho, nunca- envolvió el cuerpo del pelinegro en un abrazo.

Minho sonrió ladino- Nunca-. y selló la promesa con un casto beso en los labios.

Ambos se observaban con total adoración y algo de pena, sabiendo que ambos por su lado la habían pasado realmente mal al estar separados. Jisung peinaba los mechones de cabello del mayor.

Minho con cabello largo era su nueva obsesión.

Y Minho apoyaba su oído a la altura de su pecho, escuchando el latir del corazón contrario, y fue testigo de como su corazón dio un vuelco, quizá volviendo a su lugar, porque quien lo había robado meses atrás lo había regresado a su puesto con solo 2 simples palabras.

-Te amo Lee Minho.- ambos sonrieron.

Unieron sus bocas nuevamente, Lee esta vez afianzó sus manos en la espalda de Jisung y lo levanto sin esfuerzo, caminando en busca de la habitación.

Sin dejar de besarse lo colocó sobre el colchón de la cama, que Jisung había cambiado, ya que había llegado hace 2 días al apartamento, pero sin haber sido capaz de ir en busca de su dueño.

Un miedo que fue disperso o más bien eliminado a base de besos y caricias, que le aseguraban que el amor que en el pasado se declaró aún seguía intacto.

Minho hizo que Han se pusiera en cuatro, iba a prepararlo para joder su bello agujero.

Tantas noches recordando e imaginando fundirse nuevamente en Jisung lo tenían con las bolas y el miembro a punto de explotar.

Separo sus nalgas y escupió sobre ellas, pasando su dedo medio sobre su entrada que palpitaba en necesidad.

Introdujo su dedo medio lentamente, extendiendo la entrada que no había sido profanada desde hace más de medio año, ya que el último que lo había hecho había sido precisamente Minho.

Un segundo dedo se unió a la intromisión, los jadeos salían de forma casi silenciosa.

-Mgh- el ruido acuoso lo excitaba aún más a ambos. 

Lee decidió introducir un tercer dedo para dilatar aún más, empujando más  profundo tocando el punto dulce de Jisung, quien al sentirlo solo bajo su pecho al colchón, dejándose ver de una forma más sumisa y necesitada.

Sus ojos llenos de lágrimas de placer sin derramarse, solo salieron de sus hermosos orbes al presionar sus párpados fuertemente al percibir el placer de su clímax.

Estaba tan fuera de forma en el sexo que se corrió en menos de 10 minutos.

Minho quien no estaba mejor que él, recogió con su dedo índice la esencia que cayó derramada en la sábanas blancas, y la llevó a su boca viendo a un Jisung hecho un desastre por el paso de su orgasmo.

- ¿Tan pronto te corriste Hannie? - su voz era seductora- La noche será muy larga.- pasó la lengua por sus labios- voy a joderte tan fuerte Han Jisung que la próxima vez que pienses en abandonarme te acordaras de esta noche.

Esas palabras lejos de entristecer nuevamente a Han, enviaron una corriente de excitacion a todo el cuerpo de Jisung.

Le encantaba el dirty talk que el mayor hacía.

Sin decir nada le dejó ir una nalgada, dejando marcada su mano en los glúteos del menor, que a pesar de ser un tono de piel más bronceado que el mayor, le dejó una muy evidente marca rojiza.

-Mghhh-

La versión sumisa y la versión dominante de Minho salió a flote, pero el de cabellos largos supo que no aguantaría mucho, por eso decidió salir de la cama e hizo que el contrario se colocará a la orilla de la cama, bajó su rostro y pasó su lengua por el anillo de músculos, haciendo que Jisung formará una perfecta "o" con su boca.

Alineó su miembro y se adentro suavemente comenzando un vaivén.

Ese era su lugar.

¿Qué si lo había extrañado? El cielo era testigo que sí, y su cuerpo era el más agradecido al experimentar nuevamente tan deliciosa sensación.

Sus manos se presionaban alrededor de la cadera de Jisung, dejando levemente los dedos marcados, el ritmo era perfecto, tocando el punto dulce de Han que abrazaba con sus pliegues internos de forma cálida el miembro de Minho.

Han que estaba de rodillas a la cama sólo podía gemir sumergido en el más grande placer de entregarse nuevamente a la persona que amaba, ser correspondido de ese amor que creyó pérdido.

Se habían hecho a la idea de que nunca más sus cuerpos estarían unidos.

Sin embargo esa noche sus cuerpos, sus olores, sus esencias, y sus almas se unieron una vez más.

Fin.

BDSM ¿Quieres ser mi Sumiso? | MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora