Cap 3 Bendiciones del mar

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Nunca te dejes deslumbrar por el brillo de un tesoro.

— La paga fue buena — Oscar se regodeaba por tan buena suerte, pensó un momento y volvió a lanzar los anzuelos mientras tomaba ruta, la luz de faro indicaba cómo navegar por estas oscuras aguas y a pesar de la niebla era fácil retomar el camino.

Siendo casi una casualidad los anzuelos picaron de inmediato — No puede ser — Nuevamente la pesca era exageradamente abundante, casi todos los anzuelos picaron de inmediato y no eran simples peces pequeños algunos eran tan grandes como los conocidos por sus especies.

El joven pescador se dedicó a tomar el pescado que pudo y lanzarlo a la pequeña bodega destinada a la pesca, no tardó demasiado y decidió detener el bote, no estaba demasiado lejos, la pesca era buena y con suerte podría saldar algo de su deuda más rápido.

En cierto momento era ridículo la facilidad con la que atrapaba los peces, anzuelo que lanzaba, pez que atrapaba, era tanta su suerte que este se estaba agotando de tan solo recoger la pesca.

Cuando estaba en el mejor momento algo tenía que pasar, las luces del bote comenzaron a parpadear, apagándose de golpe y Oscar maldecía su mala suerte.

Con cuidado regresó al panel de ese viejo barco y trato de encenderlo nuevamente, cada nuevo intento parecía que funcionaba el motor sonaba y las luces rogaban por encenderse.

como si esta carencia de luz las atrajera la neblina comenzó adentrarse más en el bote ordenando y mezclados con todo lo que estaba alrededor, el tratar ver con solo esa lampara de mano en poco tiempo se volvería imposible.

Oscar decidió revisar nuevamente el cableado y para su fortuna ahí estaba el problema un viejo cable se había soltado, un simple falso contacto esto solo lleno de alivio a Oscar en cuanto conecto el cable y arranco el motor las luces se encendieron y como animal asustadizo la neblina tomó distancia de ese barco.

Oscar había decidido que sería más que suficiente y tomó camino a puerto.

La vieja alcaldesa lo estaba esperando.

— Bienvenido muchacho — La anciana sonrió — Tardaste un poco, algún contratiempo?—

— Todo tranquilo, solo atrape unos cuantos peces, había un cardumen cerca— Óscar señaló en la bodega mientras aprovecho para bajar la carga — Excepto que el barco falló un momento pero solo fue un falso contacto —

— Eso es curioso, que la encargada de los talleres lo revise y puede tenga equipo que tal vez te ayude — La vieja alcalde solo se despidió y tomó camino al faro —

El pescador lleno unas cuantas cajas y las llevó la carga a los refrigeradores donde el responsable un viejo hombre fornido lo estaba esperando.

— Veo que eres el nuevo, te me haces familiar — El hombre robusto solo lo saludó de mano — déjalo en aquella mesa par procesarlo y mañana se mandaran las ganancias a tu cuenta claro descontando una pequeña parte de tu deuda —

El joven sin más llevo su recién atrapada carga y miró curioso al gigantesco sujeto — Mi nombre es Oscar, tendras alguno —

— Mortimer, el chico del pescado — El enorme sujeto mencionó.

— Mortimer, sabes que pasa por estos lugares, está demasiado tétrico y solitario, hay muy buena pesca para que este lugar este tan no se como describirlo—

— Desértico? si eso pasa con los viejos pueblos muchos jóvenes buscan una vida diferente— El fornido sujeto sacó un cuchillo realmente enorme y comenzó a trozar algunos de los pescados — y como vez esto del pescado es un poco desagradable para algunos —

— ¿A ti te gusta? — Oscar mencionó.

— No me des ideas o pronto este lugar se quedará sin quien procese el pescado — El sujeto solo descabezo de un golpe preciso un pescado más — Casi todo se vende, antes estaba un sujeto que sabía preparar de todo pero hace mucho que no lo vemos estas islas están algo incomunicadas y a este le gusta estar explorando—

— ¿Explorando? no sabía que había cosas interesantes por aquí — Oscar comentó curioso.

— Aunque no lo creas hay cuatro grupos de islas alrededor e incluso puede que miraras alguna de ellas y no te percataste —El enorme sujeto destazo otro pescado más — Pero son tan pequeñas que nadie se molesta de ponerlas en los mapas —

— Y tienen algo de especiales— Oscar mencionó.

— No sirven demasiado para habitar pero son como un imán para caza fortunas e incluso hay turistas aventureros y uno que otro científico, pero para mi lo mas increible es la fauna marina es como si lo mejor de cada mar se arremolinaba alrededor de estos lugares y si llegas a tener suerte puede que tu anzuelo se enrede con alguna reliquia — El sujeto le susurro a Oscar. — Hace no mucho un conocido se topó con un dije interesante este se lo compró una coleccionista en casi una fortuna, no tardó y se mudo de este lugar —

— Y como en todo supongo siempre hay un pero, es que es demasiado bueno para que este lugar estuviera abarrotado — Oscar miró juzgando al enorme sujeto.

— Las letras pequeñas verdad, si hay tres cosas peligrosas en estas aguas, la primera y que ya habrás notado es esa niebla que cubre todo y solo se puede navegar con lámparas muy potentes, a duras penas el faro es visible a través de esta — El sujeto suspiro — Y lo segundo y lo que se a cobrado mas víctimas, las rocas creo que ya pudiste notarlas en tu desafortunada llegada —

— Si no se de donde salieron — Oscar mencionó y agradeció estar bien a casi nada de ese incidente — pero y mencionaste algo más que es eso otro peligroso, las corrientes o bandidos —

— Ojala y fuera algo tan simple, hay rumores de animales extraños bajo el agua, todo mundo los comenta pero nadie los ha visto y ese es el problema espantan a la gente, a los turistas y hasta a los pescadores — Mortimer termino de partir el ultimo pescado y lo comenzo a meter a la bodega refrigerada.

— Si lo había escuchado — Oscar mencionó serio pero con un poco de júbilo — no es que crea en eso así que como lo veo para mi es una oportunidad única—

— Quisiera decir lo mismo, no soy mucho de supersticiones pero no creo tener el valor de navegar esas aguas y menos de noche — El chico se quito los guantes de trabajo y se comenzó a lavar las manos — qué te parece si te invito un trago, un brindis por las nuevas oportunidades —

Oscar contempló el momento, tal vez solo juzgó mal las cosas.

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En el faro.

— No lo puedo creer — La anciana del faro comentó a la alcaldesa — El chico regresó a salvo—

— Es uno de ellos, todos regresan— La alcaldesa tomó un sorbo de su té— son como polillas atraídas a la luz de este faro —

— lamentablemente nunca atrae lo que realmente buscamos — La anciana miró una vez más desde la una de las ventanas del faro como una enorme sombra nadaba tranquilamente en las partes más profundas de las aguas —

— Sigue ahí verdad — La alcaldesa intentó distinguir en vano — Ten paciencia, ya atrapamos a uno otro mas caerá pronto.

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