Cap 19 Proteccion

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La vieja del faro en antaño una poderosa bruja hoy no era más que un viejo cascarón de lo llegó a ser capaz en sus mejores días y hasta la fecha no había logrado apreciar totalmente las bendiciones que la misma magia le ofrecía.

La edad golpea más fuerte de lo que habría deseado, hasta hace no mucho capaz de rivalizar con los más jóvenes atletas ahora tiene que caminar lento y apoyada con un enorme bastón, dolores que en su vida jamás habría imaginado e incluso cirugías modernas quién habría pensado que ya no era letal la extracción de la vesícula, ni tan doloroso como en antaño le contaban.

Y no era la única, incluso había casos peores, esta isla estaba llena de esos tan drásticos que algunos no han sobrevivido ni siquiera un año, pero a pesar de eso son persistentes, no se han rendido y esta bruja tampoco.

Si la magia se perdió, el conocimiento seguía vivo en cada una de estas mentes, acervos enteros destinados al conocimiento mágico y fue gracias a estos conocimientos que han logrado sobrevivir hasta la fecha.

Muchas vidas que se creían perdidas han regresado, otros nunca se fueron, solo olvidaron pero eso no se compara con aquellos que han sido llamados, gente común atraídos al mar, atraídos a estas tierras, como si algo los guiara, como si algo aclamara por ellos.

Era un poco irónico la vieja del faro al inicio estaba en desacuerdo con su presencia pero en un tiempo récord su presencia marcó un antes y un después, hace no mucho un joven llamado Max llegó a estas tierras junto a su amiga Alexa, ambos competitivos y pertenecientes al ejército, enrolados desde jóvenes sus talentos fueron únicos llegando a pertenecer a grupos muy especializados a tan corta edad.

Cuando se enteraron de la verdad no escaparon ni huyeron, ellos simplemente desearon luchar a su modo.

La joven Lucy toda una líder y empresaria con una visión extraordinaria, no solo nos salvó de la miseria y una agónica muerte, además logró recuperar una fracción de lo perdido.

La vieja se tomó un descanso y sacó un frasco de pastillas — Cada vez duran menos — La anciana sacó una y la tragó sin dudar y en unos cuantos minutos solo se estiró y siguió caminando normal como en cualquier otro día ajena a los dolores.

Su llegada al muelle fue algo interesante lo que parecían ser cientos de aberraciones estaban congelados en algún bloque de hielo, cuando tomo el bote para regresar al viejo faro noto un espectáculo único, una ola solidificada en hielo adornaba una de las orillas de ese hotel, era un espectáculo único, pero no parecía ser la primera ni la única vez que a pasado.

A diferencia del primer bote este le permitía ver el exterior dejando a la vista un hermoso espectáculo, era una hermosa danza entre dos criaturas, jóvenes entusiastas dispuestos a danzar para cubrir este lugar algo agotador, tal vez era su forma de dar su parte en estos momentos de crisis.

Tras salir de esa zona helada el exterior era muy diferente, asemejaba a una tormenta en la mitad del océano cosa que hasta la fecha había desalentado a los intrusos a incursionar, a pesar de ya tener la isla protegida ellos llegaron un poco más lejos y se comprende, todos ellos son muy apegados con sus familias es natural su deseo de querer protegerse mutuamente.

Cosa que lamentablemente todos no pudieron lograr.

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La alcaldesa se veía realmente molesta.

— Hope, escúchame no es nada personal solo que era imposible cubrir más tus adeudos y Susie se hizo con la deuda — La alcaldesa comentó.

Hope estaba en el enfriador sirviendo un poco de agua caliente para preparar otra taza de café — a mi no me engañas, me quedaba un plazo de pago mucho mayor, gastos que habría cubierto con mucha facilidad si no hubieras permitido que Susie abarrotara las bodegas —

— Tu y yo sabemos que en trabajo del taller ha sido casi nulo en meses — La alcaldesa mencionó — Si, este pueblo se está deshaciendo pero eso no significa que desaprovechemos esta oportunidad, Susie compraría la deuda y va a renovar ese taller, con más asistentes, mejores equipos e incluso me planteo la construcción de mejores instalaciones para ti la jefa de equipo —

— Pues sabes que no pienso aceptar que esa maldita engreída me diga que hacer, quedense con su mugre taller, ahora trabajaré con mi socio — Hope le dio un golpecito en el hombro a Oscar quien finalmente pudo notar la mirada de malicia de la anciana.

la pobre alcaldesa no tenía mucho que objetar — Entiendo, solo respeten las reglas de la migración , en lo que llegaban recibi demasiadas quejas del departamento de pescas así como grupos de observadores, estuvimos a nada de una enorme demanda y todo por su culpa —

— Solo fue una vuelta de prueba — Oscar comentó dudoso.

— Justo frente al campamento de observadores — La alcaldesa comentó.

— Lo lamento, no volverá a pasar — Oscar comentó algo intimidado.

— ok, pero deben dejar ese bote fuera del agua y de la vista de todos hasta después de la migración — La alcaldesa comentó ya con cara de cansancio.

Este par estaba por retirarse sin antes ser interrumpidos.

— Dame las llaves del taller — La alcaldesa comentó.

— ok, solo deja sacó el bote de ahí — Hope mencionó.

— Eso se negociará hasta después de la migración, ahora dame esas llaves o estarás invadiendo propiedad privada — La alcaldesa habló seria.

— Pero y mis cosas — Hope mencionó molesta.

— Toda la herramienta es del taller — La anciana lo recalco claro.

— ya hable con la encargada del bar te proporcionara una habitación por un tiempo y... — La alcaldesa solo escucho como azotaron la puerta.

Oscar no dudo demasiado y fue tras su amiga.

— Maldita mocosa solo dando problemas, ojala Susie regrese pronto odio lidiar con niñas malcriadas — La anciana llamó a uno de sus asistentes para que sacara la ropa de la chica del lugar, de ser necesario cambiaran las cerraduras no tenía la intención de dejar que esos dos salieran al mar sin una protección adecuada, bajo esas aguas había cosas que no están para nada contentos que invadan su territoria.

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En una hermosa isla con un ambiente tropical, Susie terminaba de armar su pequeño bote improvisado, tenía provisiones y suficientes cocos para durar semanas en estas tranquilas aguas, ya había probado la flotabilidad del mismo, había preparado raciones de alimento para aguantar hasta semanas con la ración mínima.

— Solo un poco más — Susie quien se veía molesta arrastraba hasta la orilla del mar su pequeña embarcación, cuando al fin tocó el mar, tomó su remo y un par de repuesto y subió a la misma estaba lista para regresar a casa.

Apenas habían pasado cinco minutos remando cuando un ruido extraño se comenzó a escuchar.

— Mierda no de nuevo — Como si fuera un desquiciado Susie remo lo más rápido que pudo para tomar distancia pero para su mala fortuna, un enorme tentáculo salió nuevamente de las profundidades, al ver al intención de esta criatura esta salto lo más lejos posible solo para ver como esta bestia aplastaba por completo su proyecto de manera brutal levantando diferentes extremidades solo para pulverizar todo.

El constante asedio solo generó corrientes que arrastró a Susie de regreso a la playa.

— Haaaaaaa! — Una gata de pelo rosa se molesta como nunca antes en la vida.

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